Tormentas
"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza."
(Santa Teresa de Jesús).
A veces me gustaría ser más paciente, pero mi espíritu inquieto no sabe mucho sobre la paciencia. Con los años solo he aprendido a hacer una cosa que si bien no tiene que ver con la paciencia, es un buen sustituto. He aprendido a desconectar en el momento justo.
Cuando la vida me arrea con toda tu mala hostia y el resto de los mortales sienten como los demonios se los llevan. Yo he aprendido a pulsar el botón de desconectar... y a tomar porculo todos los infiernos posibles.
No sé cómo dar consejos sobre ello. Mi cerebro parece hacerlo de forma autónoma, en cuanto el sufrimiento se empieza a hacer insoportable. Desde aquella primera vez en que me descubrí en ese lugar fuera del alcance de cualquier sentimiento, siempre me pregunto lo mismo al descubrirme en este estado de vacío: ¿Cómo consigo hacerlo? Y... ¿Cuándo volveré a salir?
Un instante después ni mis propias incógnitas me preocupan.
Esta es una táctica de supervivencia certera. Ya está. Sin aditivos. Sin implicados. Sin consecuencias para nadie más a parte de mi.
Lo único que tengo claro de ese lugar tan mío de desconexión es su banda sonora, siempre escucho la misma canción en ese vacío.
Que pasa
ResponderEliminarmi niña?.
Pues ya te iba a preguntar justo eso..como lo haces,pero,al llegar al segundo párrafo, mi gozo en un pozo.
ResponderEliminarAdmiro esa capacidad de poder desconectar y no entrar en bucle,que es lo que me pasa, y me da tanta rabia,porque al final, la que se jod...soy yo.
Gracias por este rato de paz.
Besitossssssssssssssss