A veces....

 

"La tristeza es la emoción que sentimos cuando estamos frente a algún mal que no podemos evitar, cuando estamos obligados a convivir con el mal. Es lo contrario al gozo. Cuando alcanzamos un bien que buscábamos, frenamos y convivimos con él. Eso nos produce gozo. El gozo es reposo en el bien. La tristeza es cierta agitación en el mal. El alma está turbada. La tristeza implica cierta fatiga o enfermedad." (Santo Tomás de Aquino).

... más veces de las que me gustaría me siento como aquella niña, que solitaria y sentada en el bordillo de la acera (o en el poyete de la entrada de mi casa) miraba como los demás niños de la calle jugaban.

Quería ser normal. Quería ser como ellos. Pese a que eran ellos quienes se burlaban de mi y me desplazaban a aquel estado de marginalidad. Recuerdo cómo me sentia tratando de encajar, esforzándome por no perder las ganas cada día cuando me acercaba a pedir participar en los juegos. Ellos se burlaban de mi, hasta que me hacían llorar y desde la acera yo les contemplaba jugar imaginando que al día siguiente la situación cambiaría y yo estaría ahí con ellos jugando. 

Cuando miro a esa niña que fui, recuerdo cada emoción. Lo peor es que siguen aconteciendo situaciones que me llevan a un estado parecido. A ese lugar de los sentimientos heridos donde todos en mayor o menor medida somos vulnerables. Siento pena por mi. Por ella . Por querer ser normal
 
Entonces mi Megan interior resurge de ese lugar dónde habita la resiliencia en su estado más visceral y menos caritativo y con su gesto mordaz me mira preguntando: "qué... te has hartado ya de compadecerte de tí misma ... pues ahora levanta del puto suelo y jódelos a todos. Enseña a todos esos putos anormales quién manda aquí ". 

Sí, la tristeza es para el alma como un mal cáncer para el cuerpo.