Al filo de los 50...la mayoría de circunstancias me la pelan.

"La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su vida, una imitación; sus pasiones, una cita". 
(Oscar Wilde).

La foto es de hace unas horas al volver a casa después de un día de trabajo. Pepe se ha pasado a recogerme y mientras volvíamos a casa me decía que hoy me había quemado en la piscina. Que se me notaba colorada, y eso que me eché protección, pero como soy tan blanquita...

Luego hemos parado en el super y él se ha bajado a comprar unas cervezas. Mientras me puse a mirar el móvil, que no lo habia mirado en todo el día. Primero lo importante, el WhatsApp para ver qué tal Lucy y su novio Juan en Oporto. Joder, que bien se lo están pasando aunque apenas han enviado fotos al grupo familiar. Iván también bien, en casa de unos amigos. Me paso al Instagram  para ver que han colgado mis dos prendas. Y ellos no han subido nada pero...  cataplum! Me cae el historial completo de las super vidas de todos aquellos que bien o mal, al menos por las redes sociales, muestran una vida de puta madre. Que suerte tiene la gente (ironía on) Están en todos sitios, comen como dioses y visten como reyes. Pues nada, que lo disfruten todo lo que puedan. 

Me miro en el espejo interior del quitasol. La Virgen, si que tengo coloradilla la nariz, y joder, joder, más arrugas de las que quiero, y una mancha de vitiligo en la garganta que después de darme el sol se me ve aun mejor... pues me la pela todo. Es que la mayoría de los mortales somos de este bando. De los normalitos. Aunque... yo me veo divina de la muerte a punto de cumplir cincuenta. Medio mes más y habré entrado de lleno en el medio siglo. 

Y sí, estoy en mi mejor momento. Me afectan ya poquisimas cosas y cada vez me rio más de las circunstancias que en otro tiempo me hacían de tropiezo. Así que ahora, en este mi espacio social y virtual voy a hacer un poco de postureo pero del bueno, como cualquier hijo de vecino con móvil en mano y ganas de faldar.

Mediados de agosto y solo he ido tres días a la piscina, nada de río, ni playa, ni balneario que me relaje, ni falta... Dos de las tres, he ido trabajando con una chica invidente, usuaria de ASPACE. Su hermana me ha pagado para que cuide de ella y de su padre durante diez horas y que la lleve a ella a la piscina del club por la tarde. 

La tercera vez que pisé piscina fue la semana pasada con el voluntariado de ASPACE, Lucy llevó a cinco usuarios de residencia a la piscina de Fuente del Rey. Las tres veces me he quemado un poquillo, pero... las tres lo he disfrutado como una enana en vísperas de Reyes. Quizás porque me gusta mucho el agua. Y cuando tengo alguna oportunidad lo vivo con la intensidad que corresponde al instante.

Como hoy. Que L y yo hemos estado tres horas seguidas metidas en la piscina, las dos cogidas de las manos, nadando, jugando, haciendo el trenecito y divirtiéndonos, porque resulta que a ella también le gusta mucho el agua. Arrugaditas de manos y pies que salimos. Y luego en la ducha adaptada, nos hemos reído las dos tocándonos las huellas dactilares, llenas de montículos lineales y rugosos. 

Sí, a punto de cumplir los cincuenta, no solo me siento divina de la muerte, tengo una vida de lujos nulos pero con instantes llenos de calidad. Y me siento muy afortunada por las pequeñas cosas que puedo vivir. Tanto. Que no me cambiaría por nadie en el mundo. Ni por postear el mejor de los history jejeje...

Pero vamos, que si a alguien le apetece invitarme a dar un paseito a la playa en plan dominguero, como a un resort en pleno caribe... jejeje... que lo diga sin vergüenza que yo me adapto a todos los planes... 😏😜😁😁 

Porque visto lo visto y entre tanto filtro y postureo, me miro al espejo y siento que ya no tengo perfil malo, ni perfil ni de frente. Lo que viene siendo que me la pelan, y quien no lo pille que beba agua y cambien el paso. Jejeje...