LAGOH Y LOS AMIGOS DE ASPACE SEVILLA .
"Lo que se encuentra detrás de nosotros y lo que se encuentra ante nosotros son asuntos pequeños en comparación con lo que se encuentra dentro de nosotros". (Ralph Waldo Emerson)
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Este es uno de nuestros clásicos, vamos... como las tardes de domingo y fútbol. Me refiero a las salidas al centro comercial. Son de las que más repetimos y no porque seamos consumistas (que también cae alguna comprilla) sino más bien porque como a todo hijo de vecino, nos gustan los centros comerciales por el barullo, las tapitas y el ocio que proporciona todo junto y accesible.
Dicen que está considerado el centro comercial más grande de Europa. No sabría si confirmarlo, porque te voy a contar un secretillo, odio los centros comerciales. Me pongo mala nada más entrar por las puertas. Odio el barullo, lo alto que suena todo, tantas cosas juntas y tratando de llamar mi atención. No sé que le ve la gente a ir a esos sitios. Todos parecen felices de ir de un lado a otro con cara de estar a punto de perder la cabeza, sobre todo en las zonas de compras. Será que yo ando ya sin la mía. Pero quitando el restaurante chino y el cine, a mi el resto me sobra todo. Igual es lo que digo siempre que me hago mayor. Porque de joven iba al de los Arcos con mi amiga Eva, aunque sinceramente era a ella a quien le gustaba ir y yo la llevaba que era quien tenía coche. No, nuca me han gustado. Pero sea todo dicho que disfruto mucho cuando voy con ellos.
Como a la mayoría de los jóvenes, a ellos también les gusta el rollito de los bares y establecimientos que ofrece el centro comercial. A veces nos cuesta poder pillar hueco, pero lo solemos conseguir. En las salidas que hacemos al centro comerciales, solemos comer, ir de compras, ver alguna peli si da el presupuesto. Lo que nos gusta es ir en plan de amigos, porque no es lo mismo ir con tu familia a comprar una sudadera que hacerlo con tu pandilla. Y eso es lo que somos nosotros, un grupo de amigos que sale a divertirse juntos. A hacer cosas tan normales como ir a echar un vistazo por los diferentes pasillos y ver que nos gusta.
En esta salida tuve una sorpresa, porque no sabia que venia Margarita y fue mi pareja en esa salida. Siempre me hace ilusión cuando coincidimos, pasar con ella las vacaciones en Roqueta, nos unió mucho. Y aunque ella no lo exprese como yo, sé que le pasa lo mismo.
La foto de arriba fue de cuando llegamos. Lo primero que hicimos fue tomarnos algo mientras Lucy y Mireya se encargaban de pedir las pizzas y otros complementos para almorzar. Esos momentos son muy positivos. Todos estamos sentados y podemos conversar, cada cual a su ritmo. Hablamos de nosotros, de las cosas que nos gustan, o de las cosas que están pasando en las diferentes áreas de la sociedad. Bueno, también hay algunos que sin poder hablar verbalmente, gastan mucha guasa en sus mensajes, y con su pictograma, te llaman cacatúa y te dicen que charlas mucho... manda huevos, jejeje. El día que me toque de pareja, me vengaré y él ya lo sabe, jijiji.... 😏😇
Después de comer nos solemos dividir en dos grupos por preferencias. Siempre hay los que prefieren ir de tiendas y otros a los recreativos, u otra zona del centro comercial. También de ese modo no hacemos tanto atasco. Porque aunque digan que son zonas adaptadas... bueno, en los planos de los arquitectos posiblementes les parecieran que sí, pero dudo que ninguno se parase a sentarse en una silla de ruedas y probar proyectos similares a los suyos. Lo siento pero es lo que pienso. Pero como nosotros somos un grupo muy prudente, pues tratamos de facilitar el acceso a los que caminan de pie para que todos quepamos en los mismos sitios.
En todas las salidas nos reímos un montón. Y luego contandoselo a los padres o los familiares, nos volvemos a reír porque siempre nos pasan algunas cosillas divertidas. Como en las fotos de abajo. Rosanna se quería sacar la foto con el luminoso de la tienda. Porque como mujer empoderada que es la tía, deportista federada y con varios campeonatos ganados. El eslogan le venía como anillo al dedo. Primero se sacó ella sus fotos, y luego nos acoplamos las tres que revolucionamos todo el momento. Porque Margari no se estaba quieta y nos hacia reír al resto y todas queríamos salir guapas. Así que hasta que Lucy no tiró por lo menos cinco mil fotos no paramos. Pero lo gracioso no fue eso, sino que la chica del stand estaba fuera y le teníamos cortado el paso de acceso al comercial. Y se le estaba acumulando gente en el mostrador, pero en ningún momento nos metió prisa. Y es que claro, con el resto del grupo enfrente también esperando, cualquiera nos dice algo; le damos a tope a los carros y hacemos una estampida que ni en los documentales de Ñu de la 2TVE.
