Mi vida entre perros...


"Los perros no son todo en nuestra vida pero ellos la hacen completa".
 (Roger Caras)

Un día tras otro de curas y sigo siendo después de dos semanas una mala versión de ET. La imagen de la cabecera es de esta mañana volviendo a casa después de la cura diaria. Si no tienes experiencia en mordeduras de perros, te diré que al ser heridas contaminadas por las bacterias de la boca, ocurre igual que si te muerde una persona. Vamos... que no se suturan, hay que ir curando y rezando a todos los dioses pertinentes, según creencias si se tienen, para que no se infecte. 

Cada día en la sala de espera de curas, sufro el bombardeo de opiniones y comentarios inexpertos de quienes al preguntar qué me ha ocurrido y saber que me ha mordido un perro cuentan las mil batallitas de todas esas historias que conocen. He terminado por pasar de explicar que más del 95% de las mordeduras de perros son por una mala actuación humana y no por culpa del animal. En mi caso así ha sido. Sin embargo la mayoría de personas que tienen ese concepto de perro peligroso difícilmente atiende otras ideas. Por ende he pasado de contar la mía y solo me he explicado si he visto que la otra persona mantenía la mente abierta.

Mi hermana tiene un cruce de Yorkshire con chucho, se llama Thor y tiene la edad de Juanito, mi chihuahua. Thor es un perro muy territorial y suele atacar a todos los que entran en la parcela de mi hermana. Desde fuera podría parecer un mal perro. Pero la verdad es que ese perro protege instintivamente lo más valioso que tiene, su manada, que son mi hermana y los niños. Con una buena educación canina, ese perro sería un guardián estupendo. Sin embargo enseñar adecuadamente a un animal ha utilizar ese tipo de pautas, requiere tiempo, conocimiento y muchas veces ayuda profesional. Digamos pues que Thor es ese típico perro que está detrás del aviso de: "cuidado con el perro, muerde". Que se ve en las puertas de algunas viviendas.

Thor además de morder tiene la costumbre de ladrar y gruñir en cuanto alguien se acerca a la alambrada. A mi es a la única que no ataca de fuera de su manada. El otro día Lucy trataba de pasar los niños de nuestra parcela a la de ellos, cuando Thor casi le muerde. Ese fue el detonante (aunque no me di cuenta hasta más tarde) para que Brack. el perro que Lucy tiene en acogida marcase a Thor. Fue mi error no percatarme de ello porque soy yo quien más sabe de ellos en casa.  

El caso es que hace dos viernes, mientras que Pepe pasaba a los niños para su lado del terreno, Thor comenzó a ladrar atacando a través de la valla, en un descuido entre las piernas de unos y otros el Malinois se coló y atacó a Thor. Iba  a matarlo, lo agarró por el cuello y lo estaba asfixiando. A los gritos de Pepe, acudimos Lucy, Iván y yo. A pesar de ser cuatro adultos para separar dos perros, nuestra mala praxis dio como resultado que al liberar a Thor, éste no estaba reducido y al morder para defenderse, halló mi mano en medio del objetivo de su mordida.

No voy a mentir, fue muy doloroso y desagradable. porque mientras conseguimos reducirlo a él, no podía soltarlo y mi dedo sangraba como un aspersor. La herida era muy grande tenía el nudillo entero levantando y vuelto. No dije nada para no poner más nerviosos a los míos. Pero en cuanto Lucy se percató que la sangre era mía y no de Thor,  todos empezaron a desesperar.

Una vez separado cada perro en su lado de las fincas. Corrí a la cocina a lavar la herida.  si algo se de mordeduras es que es importante lavar al chorro lo más rápido. La sangre que brotaba no me dejaba ver el daño. Más al caer el agua y levantarse el colgajo de carne, pude ver el hueso y la imagen me hizo perder un poco la concentración. Me dio como vértigo y supe que no podía perder el control. Recoloque la carne, sangraba mucho, y puse papel de cocina apretando encima de la herida. 

Todos querían verla, pero me negué a enseñarla porque mi sentido común me decía que era mejor seguir ejerciendo presión. Mi hermana y Lucy venían con una toalla de mano.  Mi hija insistió en quitar el papel por los residuos que podía dejar dentro de la herida.  Fueron las únicas que vieron la mordida al quitarlo y poner la toalla y sus caras lo dijeron todo. En ese momento me volví a asustar, pensé en que podía tener el tendón dañado en que no era normal el reguero de sangre que estaba limpiando mi hijo con la fregona, los nervios le dio por limpiar. 

Pensé muchas cosas mientras Lucy se saltaba todos los semáforos hasta el hospital y por momentos con la mano por encima de la cabeza y apretando con la otra el dedo dentro de la toalla, sentía vértigo. Por fortuna soy bruta y tengo un alto nivel de resistencia al dolor.  Porque tardaron más de una hora en atenderme en el hospital. De hecho en el triaje, al ver cómo llevaba la toalla de sangre me mandaron a trauma sin valorar. Pensé entonces en cómo afectaría tanta perdida de sangre a mi problema de salud reciente y confieso que tuve un poco de miedo.

Allí en traumatología otro desborde de usuarios. Comencé a ponerme de mala hostia. Valorando desde el carro en que estaba sentada, con las manos por encima de la cabeza, cuántos de los allí  presentes estaban con heridas abiertas, sangrantes y sin valorar aun... solo estaba yo, el resto eran traumatismos por caídas y honestamente no tenía intención de esperar otra hora. Lucy debió de leerme el pensamiento porque se puso en pie, aporreó la puerta de una de las consultas, se coló y la escuché discutiendo. Acto seguido salieron a buscarme.

Tuve suerte. El tendón estaba tocado, no roto.  Pero la mordedura era tan grande que tuvieron que sujetar el colgajo con cuatro puntos de ajuste, como si de los agarres de un mantel de mesa se tratase. El resto del desastre abierto según protocolo para el drenaje de heridas contaminadas. Cuando salí de quirófano ya estaba pensando en lo que iba a ser mi vida en el próximo mes.

El dolor de cojones incluso con la medicación y antibiótico como para curar un elefante que a hecho que mi flora vaginal se vaya al garete junto al resto de mis defensas. Desencadenando en tres días de fiebre con síntomas gripales y una tos del carajo que ha conseguido que me duelan músculos del abdomen y los pectorales que ni recordaba tener. Y aun así ... no cambio mi vida entre perros, por otra igual o mejor donde no estuviesen ellos.

A mis perros ya los conoces. Ellos tres forman parte de mi familia. Pero sin tonterías animalistas y tantas chorradas que leo y veo por ahí. Vale que yo diga que Juanito es mi hijo adoptivo y que Nala y Valkiria son mis nietas perrunas, sin embargo eso no pasa de ser un formalismo verbal para definir quien es el responsable final de cada animal.  Personalmente no acepto ciertas conductas relacionadas con los hábitos de vivir con mascotas que se dan en un cada vez mayor sector de la sociedad. Tú puedes elegir tener hijos o quedarte con un perro y hacer de padre o madre con él. Esa es tu elección y yo no soy nadie para cuestionarla. Pero en el momento en que en un lugar publico, por poner un ejemplo, tú quieres que tú perro sea tratado al mismo nivel que uno de mis hijos. Cuidado. Porque eso es ya terreno resbaladizo. Que tú quieras a tu perro como a un hijo no te da derecho a rebajar al mío al nivel de una raza inferior, antropológicamente hablando es justo esto que afirmo y si ya nos ponemos en plan tonto desde luego que es para sacar los guantes de boxeo y hacerlo a lo bestia. Porque no me vengas a decir que en un bar molestan más los niños que los perros. Pues aunque sea verdad que hay niños que uno piense que ya se los podían volver a meter en el coño sus madres. Un niño siempre será un niño y un perro ... un perro. 


Y lo digo yo... que tengo mal educado al mío, a este de la foto. Al que doy de comer de mi plato y acuesto en mi cama aún con la negación de mi marido que no lo quiere en ella. Juanito llego a mí vida un viernes 9 abril de 2021 y desde entonces es el mimado de la familia. Pero esas son mis tonterías y mis caprichos con mi perro. Si me viera en la obligación de tener que elegir entre la vida de mi perro y la de otra persona, aún siendo una persona anónima, elegiría al humano.  Para mi quienes eligen a su perro tienen un problema y aún no lo saben.


Un año y cinco meses después, un lunes 19 de septiembre de 2022, Lucy adoptó a Nala. Llegó a casa con un contrato de acogida de un mes de adaptación. Se quedó. Ella es el segundo miembro perruno de mi casa.


El jueves 24 de noviembre, dos meses después Valkiria (según yo... Valquiria con Q), aterrizó en nuestras vidas. Era un cachorro de un mes al que habían tirado en un contenedor con el resto de la camada. Aquella bolita de PPP sin identificar, se puso en menos de un año como puedes ver en la imagen. Mi hijo mide casi metro noventa, así que.... imagina la "mole" que está hecha la más pequeña de mi familia perruna a día de hoy.  

Imagina lo que sería una mordida de ese animal, o de Nala. Yo es algo que tengo muy presente aunque conozco bien a mis animales. Pero si un animal daña a otro o a alguien, o incluso enseres, la responsabilidad es siempre del propietario.

Ayer se llevaron a Rafaela, la podenca de siete años que hemos tenido en el último mes en acogida junto a Brack, el cachorro de nueve meses de Malinois. Tengo el corazón compungido. La operaron de dos tumores abdominales y la han esterilizado. El postoperatorio ha sido algo complicado conmigo imitando a ET. y todos se han tenido que implicar en los cuidados de los perros. Ya que Lucy ha estado la última semana en Benidorm con ASPACE.  Ese ha sido otro contratiempo, tenía concertado acompañar al grupo de voluntariado en este viaje, pero después de la mordida... se jodió. Aun así no cambio mi vida entre perros.


Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y uno se quedaría con un concepto muy equivocado si solo viese la imagen primera de este post. Como el comentario que me hizo una persona sobre que sabía que con tantos perros en casa pasaría algo así, que alguien acabaría mordido. Le respondí que claro, que como quien tiene gatos acaba arañado alguna vez, quien duerme con niños meado, o quien viaja en coche cambiando una rueda... no te jode.


Lo cierto es que pese a algunos riesgos a asumir, la convivencia con animales aporta múltiples beneficios, sobre todo a aquellas familias con niños. Aunque de eso ya hablaré en otro post. Te dejo con unas fotografías que saqué el otro día a mi sobrina Mentito, jugando con los tres más grandotes de los peludos. 

Comentarios

  1. qué bonita la foto de tu padre con los perros. y mentito, qué cara de felicidad!
    esta frase: "le respondí que claro, que como quien tiene gatos acaba arañado alguna vez, quien duerme con niños meado, o quien viaja en coche cambiando una rueda... no te jode", es muy tuya, te imagino diciéndola con tu acento andaluz. ;)
    siento mucho el incidente. el dolor tenía que ser horrible, aunque imagino -puedo estar equivocado- que ese dolor estaba un poco enmascarado por otras sensaciones: la adrenalina ante la situación peligrosa y apremiante, el enfado por la lentitud en la atención...
    si ciertos perros son peligrosos, es porque se les ha entrenado para ciertas prácticas y luego eso se ha transmitido a su genética. pero quién les ha adiestrado de esa manera? los humanos.
    espero que te recuperes pronto, un abrazo enorme.

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    1. El viejo se cansó enseguida de ayudar con lo perros, jajaja, no se le puede pedir más. ;)))
      Mi tono además de andaluz, de cabreo 100%. Es que me jode igual que el tipico: te lo dije. A ver, que yo tengo perros porque me da la gana y ya cuento con que rompan cosas o muerdan, son perros no peces.
      En cuanto a la mordida Chema empiezo a desesperar. Ya no duele tanto. Pero me imposibilita hacer cosas y no está curando... vamos que va para largo y mi paciencia a punto de colapsar jejeje...
      beso!!

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  2. Te deseo una pronta recuperación. He leído entero tu blog y pienso que tu familia y tus perros tienen mucha suerte de tenerte. Eres muy especialh me da igual que lo niegues. Un abrazo.

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    1. Gracias Joaquín, La verdad es que va más lento de lo que me gustaría y me desespero por momentos.
      La verdad es que si me siento especial, sobre todo entre mis animales. Te hace sentir especial el hecho de que un grupo de perros te sientan parte de su manada y con su lenguaje corporal te lo hagan saber. Al final recibir una mordida es lo de menos.
      Ojalá nosotros, las personas, cuando herimos a alguien fuésemos como los perros, se soluciona el conflicto y no quedan resentimientos.
      Me alegra que sigas escribiendo ;)
      beso!!

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  3. Paciencia y que tengas una buena recuperación. :)

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    1. Sobre todo paciencia, sí... jejeje. Tengo el dedo justo para estar en plan impositor organizando y dirigiendo una de esas orgías de las que hablabas, jejeje... ;P

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  4. Los niños que crecen con perros me parecen más felices, diría que incluso mejores personas cuando crezcan, pero no quiero crear polémicas ;)

    Me sorprende mucho, te lo he dicho más veces, la capacidad de raciocinio que tienes, yo creo que no podría manejar cierto tipo de perros.

    Suerte con la herida, bufff...

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    1. Mi experiencia de haber sido niña con mascotas.ha sido muy positiva y me ayudó a querer criar a mis hijos en el campo rodeados de animales.
      Soy más de gatos que de perros, pero después de Dominus Cat no habrá más felinos. Eso lo tengo claro.

      Los perros se me dan bien, porque siempre he tenido y soy muy observadora, además de mandona. Pero soy muy consciente de que ciertas razas de mayor mordedura son para tener la cabeza muy en su sitio.
      El dedo ... Pufff... Hoy me han quitado los puntos de sujeción y el cabestrillo y tengo el dedo como el de la estatua de Colón que hay en Huelva. Encima con riesgo que a que se abra de nuevo. Más... que estoy algo cabreada. Pero esto es lo que tiene vivir entre perros ☺️😉😘

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  5. Seguro que estás harta de que te cuenten historias relacionadas con el post: "pues a mí me mordió tal perro, etc". Aquí va otra: a mi padre le mordió su perro, que estaba super amaestrado, fue cuando el pobre dejó de oler y no se percató de que el que sujetaba el collar para separarlo de otro perro era mi padre, así que... ¡zas!, mordida parecida a la tuya.
    Bonitas fotos, en especial las últimas con la pequeña disfrutando de los perros.
    Abrazos!

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    1. Pues de historias así no me canso, la verdad.
      La de tu padre es muy común entre quienes tenemos perros y tenemos la gran fortuna de tenerlos hasta el final.
      A mí es la sexta vez que me muerde un perro y sé que no será la última. ☺️
      Me gusta mucho fotografíar a mis sobrinos jugando con la Pitbull y la AmericanStanford, porque a diferencia de lo que sale en los noticieros sobre ataques de esta raza, lo cierto es que son niñeros estupendos.
      Beso!

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