Un paseo por la Antártida y el pato sevillano.


"Nunca desesperes. Pero si a ello llegas, sigue trabajando a pesar de la desesperación."
(Edmund Burke).

A veces no se trata de mentir, ni siquiera de fingir. Más bien la cuestión trata de encontrar el modo de olvidarse de una misma y seguir avanzando. Soy una superviviente nata. No es que me sienta orgullosa de ello. Honestamente, preferiría simplemente vivir y no tener que pelearlo tanto. Hay estados del alma humana de los que cuesta salir. Quienes no los conocen, sin duda, tienen una mejor vida. A veces les envidio. Cierta ignorancia se me antoja entonces como si fuera un lujo o un pecado capital que pagar en una hoguera, pero que justificaría como necesario. 

Acercándose los días de fiestas que más me gustan del año, al margen de cualquier imposición de consumismo, estas navidades también parecen apuntar a querer añadirse a la lista de las tristes. Hay ciertas cuestiones que ahora, ni puedo, ni me apetecen contar. Pero que han convertido mi ilusión por estos días del año en una puta pesadilla. Intento encontrar entre mis contradictorios estados aquella que sé que soy. Me gusta cantar villancicos y tener cada año la oportunidad de vivir estas fechas con la ilusión de la niña que habita en mi. La capacidad de imponerme a las adversidades y ser capaz de aparcar unos días todo aquello que me hace daño y simplemente dejar que los recuerdos bonitos y la ilusión de vivir estas fiestas con lo que tengo, aflore. No obstante. Me levanto cada mañana con más cara de malfollá y sin apenas ganas de hacer nada. 

La desesperación entonces, me da la del tigre. Hasta que me encorajo de asco al verme tan revolcada y contraataco. Trabajar es lo único que me pone las pilas. Estos días he tenido bastantes encarguillos de manualidades y algunas que otras muñecas. Así que eso me ha ayudado en la batalla. Y luego también me han salvado las salidas de ocio con ASPACE Sevilla. El voluntariado suele hacer milagros contra la apatía y termina por dar una patada en las bolas a la desesperación. Nada como negarse a uno mismo por el bien común. El servicio a los demás suele crear un efecto positivo, además de curativo en cualquier estado (mental o espiritual), por muy pésimo que sea. Y si no me crees... pruébalo. 

La última salida fue al Museo Casa de Las Ciencias. Nos habían invitado a ver la exposición de "Antártida" Una presentación de este continente realizada por el Museo de Ciencias Naturales y con la colaboración del CSIC. Lo cierto es que me apetecía esa actividad. Ese tipo de salidas me gustan mucho y siempre hay usuarios que me sorprenden por el modo en que se centran en ellas y las disfrutan también. Como Margarita. A la que hacia tres meses que no veía desde el viaje a Roquetas. Y me dio mucha alegría ser su compañera en esa nueva salida. Por sus problemas para atender pensé que sería un poco más complicado el asistir a todo el recorrido dentro. Pero válgame Dios la sorpresa tan grata, porque mientras que la chica que nos explicaba cada sala iba hablando, nuestro grupo estuvo muy atento incluida Marga, que aunque no me queda claro que entendiera lo que allí nos explicaban. Sí que su cara estaba relajada y trasmitía alegría. 



La primera imagen del post fueron dos selfis que me tomé en el coche camino del metro. Me acababan de preguntar por chat que cómo me encontraba... y bueno, iba con los ojitos de la cara. La foto de la izquierda la saqué por error del mal tino que llevaba incorporado, le di antes de mirar al objetivo. Me había llevado toda la noche en vela. Estaba cansada. Anímicamente a menos 100. Me había bajado la regla después de casi cuatro meses (puta premenopausia) y había estado esperando a Lucy para preguntarle si podían apañarse sin mi. Pero esa mañana al llegar a casa venia cabreada porque le habían fallado dos voluntarios a ultima hora y los usuarios que llevábamos eran de sillas manuales. Así que me quedé callada y tiré palante. Punto. 

Tenia muchas ganas de llorar. De meter la cabeza bajo tierra y no tener que hacer nada más. Pero cuando me preguntaron como estaba envié la imagen de la derecha y escribí que yo siempre estoy bien. No mentí. Aunque era obvio que me sentía el culo del mundo. Sólo traté de centrarme en no pensar en mi. Sacar fuerzas y vivir el momento, por... y con el grupo. Punto. Me centré en ello. 


Al terminar la visita, en una sala adjunta que hay en la entrada, nos invitaron a un desayuno. He de reconocer que el personal del Museo De la Casa de las Ciencias nos trató muy bien. Desde Angelines, la señora que estaba allí atendiendo a los que llegaban, a los de seguridad, la limpiadora, todos nos hicieron amena la visita y fueron muy atentos. Y creo que es justo que se mencione la profesionalidad de algunas personas, del mismo modo que se denuncian la falta de otros cuando se nos trata inadecuadamente. 

Hasta las cuatro que era la hora en que los familiares y nosotros nos encontraríamos en el punto de encuentro, estuvimos de picnic en los Jardines de María Luisa. Paseamos por la Plaza de España. Nos hicimos algunas fotografías en grupo y por parejas. Marga y yo mientras los demás estaban con las fotos nos fuimos a explotar pompas de jabón con los críos y un señor que estaba haciéndolas con dos palos y una cuerda. Sé que a ella le gustan los niños. Y aunque no atinaba como ellos a explotarlas. Nos metimos las dos en mitad de todos ellos. Algunos pequeñajos al principio se quedaron mirando la silla de ruedas. Pero cuando vieron que Margarita se reía a carcajadas mientras que yo le explotaba las pompas encima, enseguida empezaron también a saltar junto a nosotras. Y el chico que hacia las pompas, nos lanzó algunas de más por encima. Con lo cual, los críos se nos acercaban más y Marga se ponía más contenta. 

Fue mi momento del día. pese al dolor de útero, lo indispuesta que estaba y lo cansada físicamente. Ese fue nuestro momento. De Marga y mío. Aunque ella no lo dijo, yo lo sé. nos divertimos juntas y fuimos felices. Confieso que cabe mucha felicidad en unos instantes. Que seria muy ingrato no disfrutarla y agarrarla con las ansias de hacerla eterna, aunque sepamos que dura poco. Nosotras lo hicimos mientras duró. 

Luego estuvimos con el grupo junto al estanque viendo los patos. La mañana estaba templada y soleada y allí que estaban los animalitos tomando el sol y algunos incluso nadando. Pensé que los patos del parque puede que nos hagan a todos, de algún modo, regresar a momentos de nuestra niñez. No sé... a mi por lo menos me pasa. Y si te das cuenta siempre hay padres con niños cerca de los estanques. También personas que gustan de observarlos. Lo mismo a los patos, que a aquellos que se entretienen cerca del estanque con los patos. Se crea como un ambiente de complicidad naturalista que nos hace ser más sencillos y pausados. ¿No te lo parece? ¿Alguna vez has notado esto de lo qué te hablo? Cómo si el tiempo fuese favorable a la contemplación y nos atrapa rescatándonos por unos momentos de aquello en lo que íbamos inmersos a toda pastilla antes de pararnos junto al estanque. 


La última fotografía no está censurada, sé que ellos dos pueden salir en las imágenes de las redes sociales del centro y que sus padres no tienen objeción en que yo use sus imágenes para dar testimonio de una realidad como la suya, y creo que estos dos momentos hablan por si mismos. Es que ves sus caras y lo sabes sin que yo tenga que contártelo. 

La felicidad nos asalta y nos sorprende cuando menos la esperamos. A todos sin diferencias. Por fortuna pasa en situaciones y por desencadenantes que no buscamos, que nos llegan de un modo gratuito. que nos animan el instante. Como fueron aquellas risas que todos pudimos dar con las ocurrencias del pato que sabia más que los ratones coloraos y que con magistral zalamería nos conquistó a todos por igual, usuarios y voluntarios. La Virgen que pechá de reír nos dimos con el puñetero pato sevillano. 

Nos sentamos a comer junto a una pequeña fuente rodeada de bancos alicatados de azulejos sevillanos. Primero estuvimos charlando de lo que habíamos visto en el museo. Cada cual dando sus opiniones al respecto. Y fue entonces cuando de pronto advertimos que había un intruso en el grupo. El pato o pata. Que tampoco nos quedó muy claro que era, más allá de que no paraba de hacernos filigranas para que le diésemos algo de comer. Y eso que no habíamos sacado nada aun de los bolsos. Porque en cuanto el pato vio el primer papel de plata, se transformó y empezó a cortejarnos. Vamos que solo le faltó ponerse a cantarnos sevillanas, porque desde luego bailarlas... bien que nos las bailó. 

Lastima que no pueda compartir los videos que tenemos grabados. Porque no tienen desperdicio. Fue muy divertido la verdad, a pesar de que terminamos bastante cansados. Después de comer descansamos y reposamos la comida charlando, sentados todos a media sombrita. Con los rayos de sol, templados, haciéndonos guiños entre las ramas de los arboles. Alguno dio una cabezada en la silla y otras casi nos tumbamos en los bancos.  Después de tantas risas, esos instantes de paz son lo más. No encuentro palabras para describirlo. El caso es que pensé al sentirme tan en paz conmigo misma y con la vida en general, que merece la pena. Siempre merece la pena el tiempo que dedicas a trabajar y a estar con tus semejantes. No estamos hechos para ir por la vida desesperados, más bien para vivir en paz. 

La paz no debería ser tan cara. No lo es. De hecho no deberíamos permitir que nos tengan tan engañados. Pero allá que vamos, la mayor parte del tiempo (y sálvese quien pueda) amargados, encabronados, desesperados, queriendo comernos el mundo o resistiendo para que no sea él quien nos engulla. Con lo fácil que puede ser vivir en armonía y disfrutar de momentos de felicidad. Las pequeñas cosas están ahí, al servicio de nuestra felicidad y mientras nosotros seguimos empeñándonos en buscar el más difícil todavía mientras se nos va la vida en ello. 

Comentarios

  1. No queda otra, ¿verdad? Seguir cavando, seguir peleando, sin pensar, con la ciega determinación de que encontrarás la salida más temprano que tarde. En tu caso, como siempre dices, dependen demasiadas cosas de ti para desfallecer, lo cual, nada más escribirlo, ya me resulta agotador... la verdad, no sé cómo lo logras.

    Me da pena que no puedas disfrutar de las fiestas como te mereces, pero sé que lo harás lo mejor posible.

    Un abrazo

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    1. A veces me cuesta lograrlo. Me canso. Y hasta deseo tirar la toalla. No es para menos cuando en una familia como la mía toca ser quien cómpacta. Tengo mis momentos de recaídas anímicas y a veces sufro tanto que el suicidio es la única puerta de salida que veo. Sufro con las personas que me rodean y que sufren, pero ser empática también me proporciona la ventaja de ser feliz y disfrutar con la misma intensidad cuando toca lo contrario.
      La navidad se me presenta difícil con la situación que tengo personal, pero me bastará cantar con mis sobrinos un par de villancicos y tomarme con mis hijos un ron antes de que se vayan a sus fiestas para sentirme satisfecha 😉
      Otro para ti😘

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    1. Siempre. Por muy nefasta que sea la realidad, seguro que surgen acontecimientos que dan un giro inesperado y positivo ;)

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  3. Siempre que termino de leerte sonrío MENTO, esa es la sensación que me produce leerte y sí, comprendo muy bien de lo que hablas.. tanto la primera parte, como la de lo que sucede mirando a los patos ( aquí directamente en el río) Hay personas como tú, con una generosidad innata o trabajada, eso no lo sé, que son capaces de sobreponerse a lo que sea que les ocurra por los demás, o sea, porque los demás no noten lo que les ocurre, haciendo algo por ellos- en tu caso hoy yendo a esa salida- y es acierto que nada más reconfortante - incluso en los peores momentos- que sentir que ayudas a alguien a sentirse mejor.. eso es absolutamente curativo.. por el contrario, otras que hagan que prefieren quedarse tiradas lamiéndose sus heridas, reconcomiéndose/angustiándose con lo que sea que les reconcoma/angustie... A veces no es nada fácil, de hecho por eso siempre sonrío al leerte, porque tienes una fuerza descomunal.. Tiras de todo, de todos e incluso de ti misma, eso es lo genial y admirable de ti... Saber disfrutar con Marga, saber disfrutar en general de lo que sea, es una cualidad de la que algunos carecen...ni aun teniendo delante todas las maravillas del mundo mundial... Así que no lo dudes, saldrá esa niña que has perdido estos días .. mira bien porque está jugando al despiste, pero te lo aseguro, estar .. está : ) me alegra muchísimo por ti...
    Sea como sea, que pases una muy feliz Navidad. Te mereces todo lo mejor.
    Un beso enoorme!!

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    1. Hay que trabajar mucho María, a mi por lo menos me parece que sin currarlo no me sale. Ojalá. Aunque he conocido personas a las que sí que parece que es un don natural. A mi cada día me cuesta mucho levantarme y vivir un día más. Tanto que ya ni me planteo el futuro. Me centro solo en vivir otro día y no hacer un "hasta luego MariCarmen" Soy una persona que sufre mucho con el sufrimiento ajeno, no sabría decir a qué se debe eso, pero siempre ha sido así desde que puedo recordar. Luego tengo mucho carácter y me repongo a cualquier revés... como es por ejemplo enfrentar una cena de Noche Buena sin saber qué cojones va a pasar porque tu marido y tu hermana (que es como mi hija mayor) no se hablan. Y habrá quien diga: pues coño que cada cual coma en su puta casa. Y sí es una buena solución. Pero en medio de ellos dos estoy yo, mi padre que aunque tiene alzheimer se da aun cuenta de muchas cosas y pregunta dónde está mi marido y si no aparece a la cena él dice como un niño que no come hasta que no llegue. Y están mis hijos que aunque mayores, no comprenden que no se pueda hacer un sacrificio y comer todos juntos aunque ellos dos no se hablen. Están mis sobrinos que aunque son niños y saben que su madre y su tío no se llevan bien también quieren que estemos juntos todos, y son niños que tienen a su padre (por su mala cabeza) en la cárcel. Imagina el panorama que tengo en casa para celebrar nada. Somos la única familia que tenemos y no hay quien nos siente en paz media hora juntos a comer. A mi me gustaria cerrar los ojos y abrirlos pasado ya por lo menos de 7 de enero. Pero como no puede ser. Tendré otro año más que improvisar y que salga el sol por Antequera. Más callada que una puta en misa con respecto a lo que piense y tratar de hacer lo mejor para los miembros más vulnerables de mi familia que son los niños y mi padre.
      No sé si merezco una mejor navidad, a mi me bastaría con poder comer todos juntos, pero es lo que hay... y aun así me niego a que me la amarguen del todo la fiesta. Comeré con mi padre y quién quiera sentarse a la mesa que lo haga y después me iré a casa de mi hermana con mis sobrinos a esperar a Papa Noel y punto pelota. Por fortuna en mi Navidad aun existen los niños y eso es una verdadera bendición contra cualquier pena.
      Un beso, guapa.

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    2. No me cabe ninguna duda que te lo tengas que currar mucho muchísimo MENTO... precisamente eso es lo admirable de ti, que lo fácil sería tirar la toalla, porque mira que tienes la cosa complicada, maaaadre mía...pero como cuentas siempre haces, al final, el pizle se armará y la pieza encaja, eso es lo que deseo haya sucedido en la cena de Noche Buena, que como ya pasó, un peso que te has quitado de encima ( lo que comentas le pasa a tu padre con tu marido, le ocurre a mi madre con el mío ; ) En fin guapísima, que habrá quien prefiera instalarse en el cinismo de la crítica constante a todo y todos, yo prefiero fijarme en los que como tú, estáis al pie del cañón contra viento y marea, para que el tren no descarrile .. y no lo hará, con maquinistas como tú es imposible.. si hace falta te pones de rail de vía... ; )
      Un beso enoorme, yo acabo de volver de mi Navidad que cuando se va mi familia en extenso, termina.. el resto de los días es otra cosa. Sea como sea... solo quería abrazarte fortísimo y que sepas que si en el mundo hubiera más gente como tú en vez de tanto llorón/protestón crónico, la cosa sería totalmente distinta, así que ánimo y que toda la fuerza del universo te acompañe, la necesitarás ; ) MuaaaksS!

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    3. Ah! y sí mereces una mejor Navidad, una mejor vida y toooodo lo mejor...
      No lo dudes ... cruzaré los dedos de los pies y las manos para que así sea : )

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    4. Pues al final lo que se armó fue la marimorena y en el peor de los sentidos. Al medio día del 24 se lío gorda en casa. Y salió lo peor de mi. Colisioné y perdí el control. Con decirte que mi hija llegó de la calle diciendo que se me escuchaba una manzana antes de llegar... Esa es mi parte que no veis. Solo los de casa y los vecinos, (que tengo al lado un narco alque temen todos en la urbanización y él me teme a mí porque piensa que estoy loca) el caso es que cuando llegó a ese extremo ya no me puedo controlar. Solo el miedo en las caras de los mios me frena. Me tomé no sé cuántos Lorazepam y dos Diazepam y me encerré en el dormitorio. Ese tipo de crisis me dan muy de vez en cuando y los míos ya saben como deben actuar. Me dejan hasta que lo saco todo fuera y bueno, les tengo prohibido llamar a urgencia. Al final se.me pasa solo gritando hasta que terminó fulminada. Desperté el 25 de noche más tranquila que un bebé. A tomar por culo todos y la cena de.noche buena. Al final se la apañaron cada cual como pudo porque nadie es imprescindible aunque a veces lo pensemos.
      Solo tomo sedantes como tratamiento de choque para cuando me pasa algo así... Por lo de las dependencias. Ahora mi cabeza necesita esa sensación de evasión y es una putada acabar el año como la yonki recetada. Estos son temas complejos. Pero existen. La gente no lo cuenta porque a nadie le gusta lavar la ropa sucia a vista de los demás. Ahora la cena de nochevieja y las uvas y todos estos me dan menos problemas. Como se pongan muy tontos me marcó otro chute asistido y al carajo. Me pegó otra siesta de dos días y el año que viene Dios dirá. 🤦🏼‍♀️😅😁😁
      Gracias por tus buenos deseos. Lo cierto es que la positividad siempre suma. Y lo que menos necesito es personas cerca que resten👍.
      Un beso y espero que tú si estés disfrutando de las fiestas porque sin duda son para eso, para vivirlas.

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  4. Cansa tanto tener que pelearlo todo, y más aún, cansa tener que ser siempre la fuerte para todos, cansa tener que estar con la sonrisa aunque por dentro la pelea diaria duela. Pero hay que seguir y se sigue, porque tampoco se sabe otra manera de hacerlo. Como ya hemos comentado tú y yo muchas veces, el voluntariado es adictivo y sirve para olvidarse de todo y recargar pilas, creo debería ser obligatorio en los colegios :))

    La ignorancia es una píldora de felicidad.
    Y estas fechas imagino que en ti tienen que tener ese regusto agridulce, pero creo que al final cuando mires a tu alrededor saldrán las ganas de celebrarlo y disfrutar de La Navidad.

    Un besazo

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    1. Pues sí, quien no sabe es como quien no ve... a veces es mejor ignorar ciertas cosas pero cuando esas mismas cosas te pegan la hostia de lleno y de frente... no queda otra que defenderse aunque canse. Ojalá solo tuviese que enfrentar estos días con el dolor que amortiguo dentro y el recuerdo de mi madre, eso es una insignificancia para lo es tener que mantenerme en pie cuando los que quedan me piden soluciones que no están en mi mano.
      Cada cual tenemos nuestras batallas, yo tengo la mía y cuando prevalezco y sigo en pie, me ayuda a esperar sin perder del todo la fe. Como le decía a María más arriba, por fortuna tengo niños y las penas con pan son menos penas ;)
      beso!

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  5. Tu eres una tia grande y peleona. A mi es que estas fiestas ni fu ni fa es mas me cargan un montón por tener que ir a ellas aparte que la nena esta a diecisiete horas en avión de aquí. Menos mal que hay videoconferencias.
    Pero bueno ya falta menos para volver a empezar y me parece que el año que viene , viene un poco torcido sobre todo gracias a estos politicastros que tenemos alrededor. En gin, al mal tiempo buena cara hay que pensar solo en las cosas buenas que tenemos a mano y las otras dejarlas pasar.
    Ánimos.

    Beso.

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    1. Así es, tomar aquello que tenemos a mano y que es bueno y tratar de hacer con ello lo mejor que nos salga. Yo no soy mucho de fiestuquis, me cansa todas las celebraciones que se han ido añadiendo a estas fechas. Pero si que me gusta recuperar en ellas a mi niña interior y tratar de mantenerla en alza el resto del año.
      Beso!

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  6. al ver tus dos fotos juntas, pensaba "mento clonada!". ;) ahora que lo dices, en la primera tenías la mirada algo más perdida, pero son muy bonitas las dos.
    estoy totalmente de acuerdo en que es bueno tener la mente ocupada en las épocas bajas. y conozco esa sensación de tener que ir a un sitio cuando no quieres más que quedarte en casa, pero que luego merezca mucho la pena el esfuerzo.
    ya recuerdo a tu buena amiga margarita, de otras publicaciones. hay personas que las ves y se te pasan todas las tristezas.
    me has hecho recordar los paseos que daba por el retiro casi a diario el verano pasado. el patito se integró en vuestro grupo.
    por cierto, la chica de la chupa vaquera me suena de algo. ;)
    besos!!

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    1. JAJAJA... el mundo no podría con dos como yo.
      Sabes ... lo malo de mis horas malas es que son jodidamente malas y no quiero estar en ningún sitio. Y bastan pequeñas cosas para que me crezcan alas, no sé si de ángel o demonio, el caso es que me recargan las pilas y tiro otro buen rato para delante.
      Marga no mostró nada al verme,eso es normal, pero luego si que se lo pasó bien y a mi me hizo ilusión repetir con ella. La de la chupa vaquera iba ese día de una mala hostia, que yo tengo valor con ir con ella a ningún sitio.
      Beso!

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  7. Me ha enternecido mucho leerte, tienes razón es muy especial ver esas caras en su contexto y que haya cosas que sean tan valiosas y cuesten tan poco. voy a estar desaparecido un tiempo, quizá demasiado así que aprovecho para despedirme con un deseo de felices fiestas y un hasta pronto.

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    1. Las cosas buenas de verdad son gratis, curioso... sí.
      Vaya, espero que lo de desaparecer un tiempo es porque te vayas a descansar, o de vacaciones, o algo así y no porque te pase factura la actividad bloguera. Leí por ahí ciertos comentarios desagradables donde se te atacaba, espero no sea por eso.
      También te deseo unas felices fiestas y que no tardes en volver... o iré a buscarte ;)

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  8. Siempre pa' lante, Mento. Eso sí, se pueden tomar los descansos que sean necesarios para recuperar fuerzas.

    Besos.

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    1. Como le decía a María más arriba. Descansar sí que he descansado. Es lo que pasa cuando una va mucho tiempo por encima de sus posibilidades, yo reventé.
      Me da que mi propósito para el año nuevo será que me empiecen a resbalar más cosas😉... y tomarme mis tiempos o no llegaré en serio al 2025🤦🏼‍♀️😅
      Un beso!!

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  9. Impresiones de primera mano de tus logros a pesar de los pesares. ¡Muy bien!
    Sevilla es bonita, no hay más que ver las fotos. Yo vivo muy cerca del Parque de María Luisa y siempre que puedo me doy una vuelta por ahí.
    Abrazos!

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