Me sale la gitana.

 

"Kiya, déjate ir que vas a necesitar un cementerio para ti sola". (Mi padre).

Cuando me encorajo me sale la gitana. Todavía hay quien me cree conocer y piensan que soy visceral y apasionada (en gran parte lo soy) ... sin embargo para que me encoraje y me salga la gitana, tienen que aliarse dos factores en la amenaza: injusticia y chulería. Entonces salto y ardo como la yesca olvidando mi parte más fría y cerebral. No soporto a las personas que se creen superior y abusan chulescamente de los demás. Eso saca fuera mi gitana. No por calentura, más bien por pura frialdad. Es en ese momento, fríamente, cuando pongo en practica la experiencia de saber que cuento con capacidad para comportarme así y además la garantía de hacerlo porque puedo.

En algún post antiguo de este blog, sale la única foto que tengo de ella. Me refiero a la que para mi es la gitana por excelencia, mi abuela Matilde. Metro y medio de mujer callí. Con su pelo blanco, largo, anudado en un roete bajo. Vestida siempre de negro. Con uno bata salva vestido encima y su delantal en todo lo alto. Así la recuerdo. Con la manos en las caderas y un ojo medio guiñado que te ponía cuando le salía la gitana. Se casó con un hombre que la hizo parir como una coneja, catorce hijos, y que siempre la tuvo trabajando en la casa y como casillera de la RENFE. Hasta que un día cuando él  ya no era el capataz del que dependía su salario... se la juró y murió sin hablarle. Ella fue la primera mujer empoderada de mi vida, la que económicamente, pudo con su jubilación, por fin plantar sus ovarios sobre la jerarquía impuesta. Muchas de las que hoy se sienten así, empoderadas, que tan de moda está eso del empoderamiento, deberían haberla conocido, para saber lo que es realmente aguantar la mecha y crecerse solo por dentro aguardando el momento. Ser una mujer empoderada de naturaleza, pero sin independencia económica. En una época de posguerra cargada de hijos y con un capullo por marido, fue en ese caldo de cultivo donde ella fue forjando el empoderamiento venidero. 

Tuve la suerte de conocer a esa gitana en su última etapa. Cuando viviendo bajo el mismo techo que él, nadie, le metía ya las cabras al corral. Me fascinaba su frialdad. Como aquella mujer tan negruzca y pequeña podía tener tantos reaños en un mundo de hombres. Más que cualquiera de ellos, o de los que la habían sometido en otros tiempos. De ella aprendí que una mujer ante todo debe tener su propia independencia económica, para que la dejen ser. Sin remilgos, tonterías, ascos, porque solo el salario ganado con valentía y honradez te hacen poder empoderar quien eres, frente a una sociedad que se vende por cuatro perras en todas las generaciones.  

Hay algo que quizás no sepas aun de mi. Cuando era una niña, fui durante mucho tiempo victima de lo que hoy llaman Bullying. Entonces eso era algo que se trataba con mucha más normalidad. Si alguien te acosaba no había tanta tontería psicológica. Te daban un palo y te decían: ve y pártele a ese hijo puta las costillas. Y nadie se rasgaba las vestiduras. Tampoco había tantos traumas, ni suicidios de inocentes. Sin embargo yo tenia una madre muy pacifica y poco dada a usar la fuerza... y somos en gran parte una cantidad de aquellas cualidades referentes de quienes van por delante. Un día mi abuela dándose cuenta de lo que me pasaba me cogió por la manga del abrigo y me dijo: "No te quiero ver lloriqueando más. El día que me traigas un manojo de pelo con raíz, o las tiras de pellejos de alguno de esos hijos de puta bajo las uñas, te voy a dar veinte duros pa ti sola, sin preguntar que ha pasado". 

Me imagino la cara que pondrían muchos de esos educadores de hoy si algún  consejo fuera como aquel de mi abuela. Premiar la fiereza de la violencia. Pues yo seguí siendo la "Pava" de mi calle bastante tiempo más. Así era como me apodaron y me insultaban. Y mientras ellos me aislaban cada vez más con su crueldad de niños, y la fuerza del grupo que nunca falla a los mediocres. Mientras que mi madre insistía en que yo era más lista que ellos y que no les hiciera caso, que no entrase en conflicto. Mi abuela me azuzaba con que no fuera tonta y que tenia que usar sus armas y aplastarlos. Yo sin saber qué tenia que hacer entre un extremo y otro, cada vez me sentía más sola e insegura. Lo peor era la herida invisible. Cada vez que pensaba en defenderme me daba tanto miedos los resultados de mis acciones, que seguía siendo la pava aislada en medio de todos ellos. 

La primera vez que me salió la gitana, lo recuerdo como si fuera ayer. Son sensaciones que nunca olvidas, que afloran como el vicio, cuando caes en él. Todos a coro burlándose de mi y una chica animando al grupo, yo tan pava como siempre rompí a llorar en mitad de ellos que me rodeaban burlándose. Aquella niña era de mi edad, me dio una patada en la espinilla que me hizo mucho daño.  Por primera vez en mi vida respondí con un golpe, un puñetazo inexperto, que terminó en el aire. Lo siguiente lo veo todo como en una película a cámara lenta. Ellos sorprendidos, la cara de la niña reflejando sorpresa y miedo. Yo sin pensar, solo sintiendo la rabia de tantas injusticias sufridas. Traté de alcanzarla de nuevo, volví a fallar, se giró y corrió. Yo corrí detrás de ella. Gritaba llamando a su madre conmigo pegada a sus talones. Cuanto más gritaba y corría, más ganas tenia de alcanzarla y darle con todas mis fuerzas. Llegó hasta su casa. Atravesó la puerta encajada. Debió sentirse ya a salvo. No contó con que el portón estaba cerrado. Entré tras ella y allí entre el cristal del portón y mi furia, le aticé tal puñetazo en la espalda, que ni King Kong lo hubiese dado más fuerte. Le pude partir la columna, todo sea dicho. También que a mi en aquel momento (y en éste) tampoco me importaba. Hay quien se lo merece. Ella se lo merecía. El puñetazo sonó tan fuerte sobre su espalda, como el castañazo que dio su cuerpo al caer sobre el portón. Desde dentro de la casa, su madre salió como la niña del exorcista maldiciéndome. 

Corrí entonces en dirección contraria, con su madre tras de mi y siendo yo quien muerta de miedo corría hacia mi casa para alcanzar la puerta. En la calle se formó un gran revuelo, los vecinos habían salido a husmear atraídos por los gritos. Mi madre, seguida de mi abuela, también salía a ver que pasaba cuando me choqué con ellas en la entrada. Apresurada les dije lo que pasaba antes de que mi vecina llegara. Fue la primera vez que vi a mí madre con aquella expresión. Me puso tras ella, mi abuela agarrándome me pasó de segundas a sus espaldas de modo que las dos estaban entre la otra mujer y mi persona. Mi madre que jamás la había levantado la voz a nadie, le dijo en un tono imperativo a mi abuela que ella se encargaba. Mi abuela asintió aunque ya estaba con la tijera en la mano tras la cintura, acechando como una fiera. Sí que era muy gitana. 

Escuché alzar la voz a mi madre por primera vez. La otra mujer trató de decir lo que había pasado y mi madre le dijo que no quería saberlo. No la dejó explicarse. Le soltó con el mismo tono imperativo que ella estaba ya cansada de ver como yo entraba en casa después de que me pegaban y se burlaban de mi los otros niños y que nunca había ido a darle las quejas a nadie., ni a pedir una explicación a aquellos abusos. Le dijo que su hija era una provocadora y una busca pleitos. Que ya era hora de que alguien la pusiera en su sitio. También la amenazó con que iba a meterle mano como no saliera de su casa en ese mismo instante y que se iba a ir con otro puñetazo puesto también ella. 

En aquel momento miraba a mi madre llena de orgullo. Lo que sentí en ese instante no me ha abandonado nunca: pequeña, asustada, llorando, con el corazón a mil y los mocos colgando tras mi abuela y mi madre. Ver a mi madre en aquella actitud y mi abuela en la retaguardia... eso me hizo entrar en trance metamórfico. Y la Pava que siempre había sido mutó a Pollo inglés. Y claro... ¿puede haber un animal más gitano que un gallo de pelea? Pues no... aunque esa ya es otra historia.

Lo que siguió ese día fue que mi vecina se tuvo que ir por donde había llegado porque no se atrevió a enfrentar a mi madre. Y que justo cuando lo hizo, aun jipando de sentimiento, le dije a mi abuela que si ya me podía dar los veinte duros. Ella sacó la cartera del bolsillo ribeteado del delantal. Me dio la moneda. Luego sacó otra de cinco duros y también me la dio diciendo: "Así me gusta, y esto por adelanto para cuando le arrees a otra hija puta como esa". 

Pues sí, soy una calloquí, así que ya lo sabes... que no me busquen a malas porque me sale la gitana, jejeje... 

Ah, por cierto. Ahorré bastante en mi cartillita de la Caja Rural infantil a partir de aquel día. Y con lo que junté me compré una bicicleta. Pero nunca pegué a nadie que no se lo mereciera, solo a los hijos de puta, que por cierto, los había a montones. Como los sigue habiendo en todas las generaciones. Lastima que los chicos víctimas de acoso no tengan todos una gitana en sus vidas. 

Comentarios

  1. Nunca he vivido en propias carnes, ni he presenciado situaciones así -creo que de heberlo hecho mi carácter no me hubiese permitido dejar que maltratasen a una persona de esa forma- sólo hay un episodio en mi vida, que yo no recuerdo, pero en mi casa siempre han comentado y es que de pequeña, muy pequeña, debía estar en primero de EGB llegué a casa roja, y le dije a mi madre que una niña me había pegado y mi madre debió preguntarme que yo qué hice, y abrí la mano y le enseñé los pelos que le había arrancado. No soy gitana, pero mi sentido de la defensa está muy arraigado: no me gusta que traten injustamente a nadie, y en ese nadie me incluyo a mi, y ante situaciones así, mi mala leche sale a pasear.
    No entiendo ni entenderé qué les lleva a unos niños a comportarse así, y ya sé que en ello influyen muchas cosas, pero siempre me ha parecido algo tremendo que haya pequeños monstruos y que sus padres no sean capaces de educarles en el respeto.
    Aunque dicen que la violencia solo genera más violencia, y aquello de ojo por ojo y al final todos ciegos, está muy bien para un mundo flower power o de Yupi, pero en este mundo real de mierda, a veces la violencia se ataja con violencia, ya sea física o verbal, que gracioso es a mucho buenista oirles decir que la violencia no es la solución y en ocasiones ellos utilizan la lengua a modo látigo de 8 puntas.
    Mi lema siempre ha sido y es: jamás levantes la mano a nadie ni insultes a nadie, pero jamás dejes que hagan lo mismo contigo. Siempre me he querido bastante. Y si hubiese tenido hijos les hubiese inculcado eso mismo, el respeto por los demás y el respeto a uno mismo.
    Todos llevamos dentro o una gitana o una mala leche de impresión o una mala baba del carajo, solo hay que dar con el resorte que hace que aflore.

    Aunque en mi caso con la edad cada vez me voy haciendo más pasota y cuando utilizan la palabra para intentar joder, sonrío.por dentro y paso de largo, otras veces no, y como tenga el cuerpo de jota entro en la pelea verbal, aunque es cierto que cada vez me da más pereza y cada vez me importa menos, porque cada vez sé mejor quién soy y dónde estoy.

    Espero que en tu caso haya aflorado la gitana pero no haya sido por nada grave.

    Un besazo, gitanilla ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un bien lema el tuyo. El mío siempre ha sido y he conseguido inculcarlo en mi mi prole. " Si puedes evitar el enfrentamiento, que no te importe que te traten como a un cobarde. Si no puedes evitarlo arrea el primero. Y hazlo a matar. Porque de la cárcel se sale pero del centenario no". Y sí.... me tachan de violenta porque nadie se para en la primera frase. Jejeje.
      Los violentos de verdad solo entienden un idioma. Quién le mete las dos hostias de su vida para que nunca más deseen meterse en otra. Hasta que no asimilamos eso, el buenismo y los abusones estarán dándonos porculo.
      Naaa.... no me pasa nada. Es que escribir a cara descubierta tiene sus pos y sus contra😅😁😁
      Un beso ... que anda que tú tampoco te quedas atrás. Me hace gracia lo de los pelos, 🤦🏼‍♀️😉

      Eliminar
  2. Me has hecho recordar, cosas del cole, en las que te tenías wue imponer sí o sí. Pero sin los 20 duros.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eran otros tiempos. Siempre ha habido Abusones, pero me da a mí que antes las madres no eran tan protectoras en temas que los niños deben solventar. No sé.. el tema daría para una buena charla.
      😉😘

      Eliminar
  3. Tendrían que enseñar en las aulas aquel refrán que dice que el valiente vive hasta que el cobarde quiere. En estos casos de muchos contra uno, hay que ir a por el líder. Por más que nos pese, la violencia es una de nuestras señas de identidad, el buenismo un fracaso y la educación casi una utopía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si. Yo tuve la oportunidad de poner a muchos cabecillas con la cara contra el suelo. Literal. Por eso cuando me dicen que la violencia no es el camino, bueno... Para ciertas cosas si que lo es. Lo que no se puede aguantar es la agresividad con la que vive nuestra sociedad. Gente gritando, insultando, llegando a las manos por gilipolleces. A mí que no me da miedo enfrentar a nadie cara a cara, cada vez más me preocupa esa postura que la sociedad está adoptando con tan malos modales y tan poca vergüenza que más que violentos son unos maleducados, sí.

      Eliminar
  4. Eso , que
    sepan las
    progres ,
    lo que
    es la
    equidad,
    tanto
    cacarear
    sobre ella,
    las que no
    dan un palo,
    y las que
    lo tienen
    todo .


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo bueno de vivir en democracia es que cada cual puede aportar su opinión. Lo malo, que casi siempre se olvida que en democracia hay que aceptar de buen grado lo que la mayoría vota. Las mujeres vivimos en un mundo de hombres, ahí lo dejo... y entiendo que muchas desesperen y traten de imponerse como sea.. Yo aprendí pronto de las mujeres de mi familia fui una niña afortunada que disfrutó y aprendió de sus abuelas. Una mujer siempre es feminista aunque tenga que adoptar un rol sumiso en la sociedad que le toque vivir. Pero cuidado que todas llevamos una gitana dentro. 😁😉

      Eliminar
  5. el que tengas sangre gitana, no me sorprende en el sentido de que han pasado tantos pueblos por la península, que lo raro sería que no lleváramos ninguna mezcla en los genes...
    la etnia gitana me parece muy interesante. es un pueblo proveniente de la india, que hace siglos se fue dispersando hacia europa. aunque no tengan una patria, un estado unificado, sí tienen su bandera e incluso su propia lengua.
    y digan lo que digan de los gitanos, con ellos te llamas menos a engaño que con otros...
    no es que me guste la violencia, pero seguro que la madre de esa niña estaba enterada de lo que hacía. lo que no se puede es tener la ley del embudo, en plan: a mi hijo/a le dejo hacer lo que quiera, pero a él que nadie me lo toque.
    aunque sin llegar necesariamente al nivel de bullying, la mayoría hemos tenido cerca a algún g1l1p0ll4s que nos ha hecho la vida más difícil. luego les ves ocupando grandes puestos en empresas, y pierdes un poco la fe en la humanidad...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí a lo que dices de las diferentes culturas, ya ves, a orillas del Guadalquivir muy cerca de donde vivo incluso hubo asentamientos de vikingos. . Vete a saber dónde puede llegar el mestizaje de esta tierra. Personalmente me gusta siempre que no se pierdan las culturas.
      Como le decia antes a Cabronidas yo hice que muchos gilipollas mascaran tierra y mira que al leerte me hace gracia, porque hace unos días me crucé con uno en Correos. Naaaa... Un papafrita. No llegó a ser nada, como la gran mayoría. Y fíjate que cuando me los cruzo lo pienso. Parecían adolescentes con futuro, que se iban a comer el mundo. Me alegra saber que yo fui parte de la vida que les arreó las primeras hostias. Debo ser una persona muy mala, si jejeje🤪😘😘

      Eliminar
  6. Bonita anécdota, yo nunca me meteré contigo, no sea que te salga la vena gitana (jajaja).
    Te deseo unas muy felices fiestas!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 😅😂😂😂 naaa... si ya voy muy calmadita.

      Eliminar
    2. Jolín como va el táctil del móvil que envía sin permiso. Lo ves... Ya me voy a empezar a encabronar con lo calmada que estaba 😅😂😂😂...
      Oye gracias por tus deseos. Eres el primero que me lo dice este año y he sonreído literal, sintiendo que la felicidad de estos días de fiesta es posible incluso para mí. GRACIAS 😉😘

      Eliminar

Publicar un comentario

☝💬 Las palabras liberan a las personas, deja escrito lo que piensas. Se admiten todo tipo de opiniones, consejos y críticas. Luego ya veré si lo publico...
... o no 😉.