Sábado de ocio con mi prole.

Cartel oficial del mundial Ayto. Dos Hermanas. 


"Pertenezco a las personas que amo y me pertenecen; ellos, y el amor y la lealtad que les brindo, forman mi identidad mucho más de lo que cualquier palabra o grupo podría jamás". (Verónica Roth)


Hacía tiempo que no hacía nada fuera con mis hijos. Cuesta  porque mi padre nunca quiere salir y siempre solemos salir por tanda para que alguien se quede en casa con el abuelo. Nuestra última salida juntos fue el día del padre. Luego hemos salido pero no había coincidido con mis hijos a la vez. 

Este sábado Lucy tenía que trabajar de ocio con los chicos de Residencia. No era una salida organizada por ella, sin embargo faltaban voluntarios y allá que nos arrastró a Lula, su amiga (que ya tiene la chica valor porque se acababa de recoger de toda la noche de fiesta) su hermano (que se levantó también de la cama) y a mi, que llevaba un mal cuerpo que pareciera que también me acababa de recoger de estar de parranda. 

Mientras que en Sevilla capital están este mes con las celebraciones del "Festival de las Naciones", aquí en mi ciudad celebraban este finde el "I Campeonato del Mundo de Foodtrucks" en el Parque de La Alquería. Y a las doce y medía habíamos quedado en el centro para anclar a los chicos a las furgonetas y salir. Mientras Lucy conducía mi coche, yo aproveché para ver en el móvil a dónde coño nos arrastraba.  Por lo visto el encuentro era de restaurantes sobre ruedas con música y actividades en directo, en los aparcamientos del parque de la Alquería, con acceso gratuito. Ese día a la 13:15 horas, habría función de animación con los Cantajuegos Disney que animarían a los más peques. Luego a las 14:00 horas, el tributo a Triana (vaaaaale... lo admito, grité como una posesa al leerlo); a las 16:00 horas, seguían los tributos con otro a Marea y a las 22:30 horas, el último tributo de la jornada del día para Extremoduro.

Pintaba bien la programación, aunque lo más duro iba a ser estar a la rechapa con lo que ya pegaba el sol. Y es que... el veranillo del membrillo en Sevilla, hay que tener un par de cojones para afrontarlo. Justo pasábamos junto a un poste digital de marcador de temperatura, lo miré de reojo y se me abrieron como platos... eran las doce y un minuto y ya marcaba 41º. Lucy nos trató de tranquilizar diciendo que Rociito llevaba una carpa para meternos debajo. Yo solo podía pensar en que me había dejado el abanico en casa. Y que no había ninguno más en el coche, señal que no soy la única que hace uso de ellos, porque siempre voy dejando algunos en la guantera o los compartimentos de las puertas. Bueno, estaba el paraguas. Aunque solo dije que me lo llevaría para ver como reaccionaban jejeje... estos hijos míos eran capaces de tirar el paraguas por la ventanilla con tal de no tener que ir a mi lado bajo él 😁.

Iván era la primera vez que venía a actividades del centro con su hermana y estaba un poquito cohibido al principio. Se le pasó enseguida al ver como los usuarios le recibieron, más animados aun cuando empecé a decir que era el hermano de Lucía. Como ya he ido a algunas actividades con ellos, me conocen y es muy gratificante ver con el cariño y la alegría que te reciben, vamos que ni fui consciente de la calor que hacia y los chorreones de sudor que me caían de las sienes y por la columna abajo. Bueno, si que todos éramos conscientes de la caló, pero lo cierto es que lo sudado no se podía comparar con las sonrisas y las miradas de los chicos y chicas de "resi" y lo contentos que estaban todos porque comían fuera. 

A pesar de tener edades diversas y que la mayoría han pasado los treinta, cuando salimos por ahí todos sacamos a flote nuestro niño interior, usuarios, trabajadores y voluntarios y solo pensamos en pasarlo bien, como cuando éramos jóvenes y lo de menos eran las inclemencias del tiempo. De hecho hasta los jóvenes de grupo se iluminaron reactivando el niño interior cuando nos pusimos en camino.   

Había menos gente de lo que esperaba, como he dicho antes, Lorenzo estaba apretando. Las familias se agrupaban bajo las sombras de los arboles del parque y la zona de los aparcamientos habilitada estaba casi vacía, quitando los primeros metros cercanos al escenario donde estaban las carpas del ayuntamiento y algunas de los chiringuitos de los restaurantes sobre ruedas, incluidas las de familias que también habían optado por llevar sus propias carpas.  

Metimos las furgonetas hasta la zona habilitada para los servicios públicos y bueno... nadie nos dijo nada, así que nos pusimos a desanclar carros a toda pastilla. Agrupándolos bajo una de las sombras de los arboles más cercanos. Se notó que llegamos, pese a que la música estaba alta y ya sonaban los canta juegos de Disney. Nosotros llevábamos nuestra propia banda sonora. Unos ya riéndose, otros revolucionando, pon a fulanito aquí, dale al joystick sin pillar a nadie. Niña que se va cuesta abajo, pillarlo. Todo alboroto y risas. Y llegó el momento culmen de ponernos en marcha y entre carros motorizados, los que lo están pero necesitan ayuda para moverlos porque sino pillan al más "pintao", los carros manuales que podían ir solos y los que no... el caso es que sobraban cuatro carros o faltaban cuatro voluntarios. Pues nada, había que atravesar toda la explanada de los aparcamientos y avanzar hasta la zona más pegada al escenario donde hubiese sombra. Qué te voy a decir, sí, se notaba que estábamos allí y encima no nos salían las cuentas 😋.

Lucy había puesto dos carros en forma de trenecito y otra de las trabajadoras igual, yo iba al final del todo con dos carros manuales, tratando de llevarlos al par con una mano en cada manillar y yo en el medio. Haciendo más eses que si fuera borracha, aunque la verdad es que iba mareada de reírme y de la calor. Encima era cuesta arriba y en cuanto te parabas un poco ya no había forma de arrancar. Y claro, ellos nunca quieren quedarse atrás en el grupo y uno de los chicos que llevaba, empezó a hacer un sonido suyo muy característico para decirme que apretase que íbamos los últimos. Me estaba acordando de su madre en voz alta y entre risas cuando vi que unas personas se acercaban a Lucy para ayudar y una de las mujeres se dirigió también hacia nosotros, era una familia con niños, que nos ayudó a llevar los carros hasta la zona donde abrimos la carpa. 

Por suerte siempre hay gente que se presta a ayudar cuando hace falta. Aunque honestamente son más los que se quedan mirando como si tuviésemos monos en la cara y a mi me sale la gitana. Tengo que contener el carácter, por respeto a las personas que estoy prestando mi ayuda en ese momento y porque no pierdo de vista que lo importante es que estamos ahí para pasarlo bien juntos y no para discutir con los que verdaderamente pienso que están discapacitados, pero que no lo saben o no lo quieren saber. Me refiero a esos que nos miran con cara de pescado podrido cuando cuatro carros a la vez les limitan a ellos la velocidad en un pasillo del centro comercial, o si nos paramos a sentarnos y tomar algo, y tenemos que mover las mesas y reajustar las zonas a nuestros carros, porque los chicos y chicas que llevamos tienen movilidad reducida y los espacios casi nunca están habilitados realmente para ellos. 

La jornada de ocio del sábado fue divertida.  A mediodía y para nuestra sorpresa, la caló se aplacó un poco y la brisa que se levantó vino un poco más fresca. Se sintió el alivio a la sombra que nos proporcionaban los aboles y el toldo. Tratamos de encontrar algunas sillas, y fue muy difícil, tres y una mesa. Es peculiar ver lo egoísta que somos incluso cuando se está de fiesta, que se supone que la gente debe de estar relajada y animada. Grupos de personas sentadas con mesas no ocupadas en su totalidad, y aunque se les explicaba y señalaba hacia donde estábamos y para quienes eran la mesa, nos la negaban. Eso me hizo darme cuenta una vez más de lo orgullosa que me siento de mi prole. Porque me consta que mis hijos en ese sentido están hechos de otra pasta y que son capaces en semejante situación de ceder una mesa y quedarse sin apoyo con la bebida en las manos. No me cabe duda de que su nivel de empatía con personas en condiciones más desfavorables que ellos, no les hacen mirar hacia otro lado. Y eso para mi es muy importante. No se trata de ser mejores personas, simplemente de ser uno mismo en cualquier situación que se presente, y ser fiel a los propios principios sin que influya el entorno.  

Recuerdo que cuando eran pequeños en el colegio con el tema de lo abusones, siempre les decía que si veían a algún alumno sufrir acoso, no mirasen a otro lado y que si tienen que partirnos la cara... al menos que sea por causas justas. Respetar a los mayores, a las personas diferentes por motivos diversos, ya sean étnicos, culturales, por tener diferencias físicas o psíquicas,  de género, no excluir a las personas porque no piensen del mismo modo... incluso a los gilipollas crónicos hay que darles su oportunidad y luego si hace falta dos ostias. Y en ese sentido me siento satisfecha de que mis hijos, tanto Lucy como su hermano son chicos volcados en respetar a los demás. Les observo y les veo como crecen día a día, también en valores y esa es mi mayor aspiración como madre. Ver que son individuos leales a causas justas y no borregos adoctrinados o arrastrados por las tendencias que tocan en cada generación. 

Lucy es más pizpireta, es más abierta de primeras, en eso tiene un carácter más parecido a mi. Habla con todo el mundo aunque sea la primera vez y se mueve bien en cualquier ambiente. Iván de entrada es algo más tímido y reservado, pero cuando conoce al personal también es sociable y simpático, con esa dulzura que posee y el tacto de los hombres de otra época. Es para su edad muy caballeroso y cortés, sin dejar de ser un chico de su generación. Me sorprendió lo bien que llevó a una de las usuarias y con la percepción que supo, no solo bailar y animar, sino responder a las preguntas que le hacia. Para ser la primera vez, fue comprensivo e inclusivo en el grupo. Porque las primeras veces cuesta un poco más la comunicación. 

Y la finalidad es justamente esa, la de formar un grupo de personas que se divierten juntas y superan las dificultades que pueden surgir de la diversidad funcional y más que de ello, de la carencia social en infraestructuras o del pensamiento que se ha inculcado en general sobre este tema. Hay mucha falta de información y también pasa que personas de buena voluntad, no saben como relacionarse o tratar a otras con diversidad funcional. En ese aspecto es importante la formación y para dar a conocer lo fácil que puede ser realizar actividades juntos donde cada individuo aporta al grupo lo que puede y lo que tiene. Y aunque suene un pelín fanfarrona... me siento orgullosa de que mi prole sea capaz de superar ciertas barreras con esa normalidad y no ser como la gran mayoría. 

Aunque luego se avergüencen de su mami cuando se pone a bailar o cantar animando al grupo, jejeje (seguro que te habría gustado que tuviera alguna imagen de ese momento o algún video para haber compartido aquí, pero cuando me divierto no suelo usarlo)... y es que bailar y hacer el ganso cuando uno está de fiesta le gusta a casi todo el mundo. ¿No crees?

Estuvimos bailando las coreografías de Disney aunque todos estábamos ya pasaditos de edad. Y luego los de mi quinta, cantamos en voz alta las canciones durante el tributo a Triana. Hubo sándwiches para todos y refrescos, que Roiicito y Lucy fueron a la Moneda a comprar, porque las bebidas estaban muy caras en los chiringuitos de la zona. Y con la única mesa que conseguimos tuvimos más que suficiente de apoyo para montar los bocadillos que no estaban hechos y servir las bebidas, los yogures de fruta y antes de marcharnos, como buenos ciudadanos, dejarlo todo bien recogido... jejeje, que no se diga. 

Pues ná... que me encanta salir con mis hijos y si es para compartir el tiempo con personas afines... mejor que mejor... así que ya me he apuntado en el grupo de voluntariado para el ocio de los fines de semanas, porque esta peña me encanta y me rio un montón con ellos. Cuanto más los conoces, mejor te lo pasas con ellos. 

El próximo sábado ya tenemos salida para el Acuario de Sevilla, aunque esta vez no es con residencia, sino con centro de día. ¡Ah! Y queda pendiente contar lo de Roquetas... que no veas lo intenso que fueron los días... y las amistades que hemos fraguado. 😊 

Comentarios

  1. Es que no paras!!!
    Bien por vosotros!!!

    Besos.

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    1. Hay quienes piensan que es una contradicción. Porque entre semana cuido de mi padre y de mis sobrinos y salgo para hacer lo mismo cuando llega el finde. . cuidar de otros. Pero la verdad es que salgo para divertirme, porque realmente lo paso bien y me divierto mucho, aunque no todo el mundo lo puede ver tal cual es. Y sí 🤗🤪... así me gusta ser imparable.
      Besos!!

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    2. Lucy es la
      que lleva
      tatuajes?

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    3. Sí, Lucy es la que lleva tatuajes... ella que puede, jejeje.
      Quiere comprar una máquina para que sea yo quien la tatúe y no le cuesten tanto, porque anda siempre juntando hasta que se los puede pagar.
      Su padre ha dicho que nanai de la china JAJAJA... pero me da a mi que terminaré dedicándome a ello, jijiji...

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  2. ahora que lo dices, hace unos meses, en un bar donde estaba comiendo entró una señora en silla de ruedas, con su acompañante. les dije "poneos aquí, ya me tomo el café en la barra". pero ya ni me acordaba de esto, no pensé apenas en ello, es lo que cabría esperar que hiciera cualquiera...
    una amiga mía que tiene espina bifida de nacimiento, antes llevaba muleta, últimamente va con silla de ruedas. en primavera quedamos en el retiro, lo pasamos muy bien. yo la llevaba diciendo gracietas tipo "nos van a multar por exceso de velocidad". tenemos un humor absurdo-surrealista parecido.
    tu hija es muy guapa!! se agradece que haya gente alegre como ella, que la sociedad está un poco mustia últimamente.
    besos!!

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    1. Pues no Chema, cualquiera no reacciona así como tú, es lo que se espera, sí... pero cada vez somos más trogloditas. Y eso que ya en la primera etapa de la humanización nuestra especie normalizaba la protección a los más débiles del grupo. Y ser débil no significa menos valido, simplemente que si una barra de bar está por encima del nivel de un carro, lo normal es que un individuo que puede estar de pie tomándose una copa o un café, sea lo suficientemente cortés para ponerse de pie y ofrecer su mesa a otro que debe de estar sentado en un silla. Es matemático. Pero la gente no lo hace. Ya te digo yo, que la mayoría no lo hace.
      El humor nunca debe perderse, y te lo dice una persona con trastornos diagnosticados de ansiedad y depresión, que lucha cada día con trastornos de conducta suicida y que se ríe hasta de su propia sombra y todo sin estar loca. Jejeje.
      Yo también digo lo de la velocidad si llevo a alguien que sé que me sigue el rollo. Y hacemos piques de carritos por llegar antes al punto que vamos. O como el otro día, que estando allí les digo: "Venga que no se diga, a bailar que aquí estamos todos para pasarlo bien y que cada cual mueva lo que pueda sin quitarle los frenos al carro (porque el suelo tenia desnivel)". Y eso hicimos, cada cual bailó como pudo la coreografía y cantó o gritó, o desafinó también como le salió.
      La gente me lo dice a menudo, que mis hijos son muy guapos. Se parecen más a su padre físicamente, y tanto Iván como Lucy son atractivos. Pero son aun más bonitos por dentro, aunque esté feo que yo que soy su madre lo diga, me da igual si suena mal, es la verdad. Lucy es una pizpireta y realmente hace falta gente como ella que además de no mirar a otro lado ponen su mejor sonrisa en las cosas que hacen. Si la vieras que se monta en los carros con los chicos y chicas, atrás sobre los soportes o en brazos y hacen carreras, cosas normales de su edad que hacen también las personas que van en sillas de ruedas en cuanto alguien les acompañan en sus locuras. Eso que dices del humor absurdo surrealista es más bien un don al alcance de pocos y hay que fomentarlo si se tiene.
      Si subimos a Madrid en alguna salida, que sepas que te fichamos para empujar un carro, que ya no te escapas... jejeje...

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  3. Pues ya veo que fue un día lleno de momentos bonitos a pesar del calor. Aquí en Granada sigue pegando fuerte también, qué ganas de que refresque tengo.
    Besitos.

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    1. Pues ya somos dos las que deseamos que refresque. Personalmente me gusta mucho el otoño, pero cada vez es más veroño que otoño ;P
      Y sí, lo pasamos muy bien todos. Ya sabes, cuando las personas deseamos pasar un buen rato juntos sin malos rollos, suele ir sobre ruedas y nosotros ya las llevábamos incluidas, jejeje...
      Un beso.

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