LA NIÑA DE LAS PATALETAS.

“Si un niño tiene algo contra ti, te lo dice; sin embargo, los adultos mienten y te pretenden engañar.” 
(MICHAEL JACKSON) 

De pequeña nunca tuve una rabieta. Miento. Mi madre solía contar que en el kiosko de Cayetano una vez (tendría cinco o seis años) me dio una. Quería un paquete de gusanitos, ella no me lo compró, tenia uno en casa pues ya lo había comprado por la mañana al ir por el pan. Me contaba que me puse a llorar y me tiré a suelo, de donde me subió ella, crujiéndome el trasero varias veces. Fui rascándomelo y llorando hasta que llegamos a casa, donde por cierto, tampoco me dio los gusanitos que ya había comprado por la mañana. 

En el cartelito superior no veo el método de mi madre, ahora tienes que tener un cuidado con eso de pegar a los hijos, porque no veas lo pronto que aprenden a llamarte maltratadora y a decir que te denuncian porque tienen derechos. Pero lo que puedo decir es que a mi madre le funcionó. Ni una más. Jamás, contaba ella, tuve otra pataleta de esas.

Con mis hijos, bueno con Lucy muchos años después tuve que usar el de la madre histérica, como aquella del anuncio, que se ponía al nivel, pero berreando más que la niña para noquearla de vergüenza. En otra ocasión planté cara a la gente porque la tuve que sacar por las trajillas de los vaqueros al vuelo y meterla al coche mientras la niña iba pidiendo socorro. La gente me miraba como si fueran padres modélicos y sus hijos de gomaespuma que nunca dan la nota. Y allá que les dije: "¿Qué coño miráis, vuestros hijos nunca os dan pataletas?" 

El caso es que, aunque nunca más tuve pataletas, según mi madre, la pataleta se convirtió en una de mis mejores aliadas. Las mías quiero decir. Porque si algo he aprendido con los años, es que las cosas que duelen, como te las guardes dentro te pudren la moral. Y me niego. Así peque de insolente, de temeraria, imprudente, inestable... o todos esos calificativos desvalorativos con que los demás te tachan cuando no tienen cojones de hacer lo mismo que tú... o simplemente son incapaces de darlas. 

Me dijo mi psiquiatra que tenía que sacar lo que llevo dentro. Me reía. Justo por dentro. Lo hice, reír hacia fuera, no lo pude evitar. Después pensé que se me podía haber interpretado esa reacción con algún tic de alguna patología y haberla cagado. Pero así soy yo. No me guardo nada dentro como no sea un secreto que me confíe otra persona. Ya me guardé dentro muchas cosas cuando era una niña indefensa y oprimida. Así que ahora que soy una mujer, aunque esté en estado de vulnerabilidad, que nadie me toque las palmas... porque me conozco. 

Volviendo a la psiquiatra, le dije que me había hecho gracia lo que decía porque yo todo lo largo en mi blog. Eso le pareció curioso y me dijo que era una buena terapia para una  misma y para quienes leen. Luego le confesé que un día dejó de importarme si a los demás les servía. Que lo hacía por mi y porque en algún momento publicaré ese libro que tengo en borradores y que dejará a muchas sagas al ras del suelo... y claro... cuando me lluevan las ofertas y me haga famosilla, voy a joder a todo oportunista que quiera sacar mis trapos sucios, porque ya los saqué  solita aquí todos, jejeje. 

Entonces ella (comprendiendo mi peculiar sentido del humor) fue quien se partía de la risa y cuando me quedé mirándola me dijo: "Usted Sacramento lo que tiene es una carga familiar muy grande, que la convierte en una mujer vulnerable y con predisposición a la exclusión social por su situación, pero tiene un genio ahí en su cabeza, que por cierto funciona muy bien". Con lo escuchado me di por satisfecha de que al menos hasta la próxima revisión pertenezco al grupo de los cuerdos, tocados tan solo un poquito del cascabullo. Así que llegué a la conclusión de que dar pataletas después de todo es una buena terapia, a mi por lo menos me funciona. A quienes me rodean... mira... que elijan, o eso, o una cómoda para el salón de estar. 

Es lo que soy. No sirvo para interpretar nada durante mucho tiempo, en cuanto lo intento me aburro. Tampoco soy capaz de cambiar por nadie, es la verdad, soy una persona tolerante, empática, o eso dicen... Pero siempre con los demás, para mi soy muy exigente. Incapaz de ser, o amoldarme a quien no deseo ser. Por eso pataleo. Es mi modo de no sucumbir a que no me importen las cosas, a la frialdad que todo lo invade cuando la apatía se invita a pasar. Ojalá fuera más comedida, menos impulsiva, pero si lo fuera... con la vida de mierda que tengo ahora, ya me habría tirado desde el V. Centenario de cabeza como dijo mi profe de historia, o sucumbido a la resignación. La vida no me ha dado muchas oportunidades y cuando las he tenido siempre me he decantado por cuidar antes de los míos. A veces me siento como una mujer dividida, entre el resto que dejó la educación matriarcal de mi época, y el individuo exclusivo que soy. 

Lo malo de ser así es que cuando doy la pataleta sale esa niña egoísta, que solo piensa en ella, con el temperamento y la arrogancia de un "Belial", al rato ya se me ha pasado, me quedo como una reina, sin trono pero reina. Lo mismo me da gritar, que llorar, que mandar a la mierda a quien se tercie, si ocurre. Es mi modo de descomprimir la presión que llevo por dentro, de no explotar literal. Es bueno porque consigo no volverme loca, ni explotar como acabo de decir... la parte mala... es que no me aguanta ni Dios. A la gente con este genio es difícil tenerles paciencia, empatía, si estás de buenas como desean verte, medio que. Pero no te vayas a columpiar ni un poquito porque entonces eres la peor persona del mundo. Una sin equilibrio emocional, con falta de personalidad, etc. etc... Un día de estos voy a fotocopiar  mi informe de salud mental, haré un par de cientos de copias, por si acaso, y luego voy a poner en practica lo de primero dar la pataleta y luego a quien juzgue, obligar que lea primero el informe y luego hacérselo tragar. 

Lo siento, pero es la verdad, no puedo con las personas que cuando te ven en una pataleta piensan que saben que te ocurre, como solucionarlo, o creer que tienen el equilibrio y el control del adulto más perfecto de la humanidad para dar lecciones a los demás. Primero a los niños: "A mi me tenía que tocar un hijo así, que se iba a enterar, lo que está es muy mal educado". Luego a los adolescentes: "Estos, estos no tienen vergüenza, tenían que venir unos tiempos como los de antes para que se enterasen". Por último a los raritos como yo: " El aburrimiento, si estuvieran más activos verías como no tenían tiempo de depresiones, ni tantas tonterías".

Pues nada, por mi se pueden ir todos de la mierda... un par de kilómetros más adelante... buscando su lugar, porque a mi lado lo que hay son pataletas (.)

Comentarios

  1. Hay mucho "cuñado" por la vida dando lecciones de moralidad... de esa gente hay que huir como de la peste....
    Saludos

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    1. Pues sí Ángel... pillaste al vuelo la transparencia de esta entrada.
      Saludos:

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  2. Me criaron mis abuelos: como hijo —a mi padre en cambio lo criaron como nieto— los chicotazos que no le dieron: me los dieron a mí.
    En se entendido no creo que haya hecho pataleta alguna y si la hice seguro mi abuelo me dijo: estas haciendo el ridículo y bastarían esas palabras para que yo dejase de hacer lo que estaba haciendo.
    Alguna vez uno de mis hijos se empaco y puso cara larga porque no le compre lo que el quería, vámonos le dije y el no se movió. Le pedí permiso al dueño del negocio y me senté en un taburete, encendí un cigarrillo y le di gusto a mis ojos mirando a las mujeres que circulaban por el lugar, a la media hora comente que si seguíamos en ese lugar no encontraríamos las empanadas que habíamos acordado servirnos, él me miro, sonrió y dijo: vamos
    Ni que decir de mis nietos: los mato con la indiferencia
    Besos

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    1. Se ve que eres un hombre paciente Chaly, eso es muy importante cuando de educar y dar ejemplo se trata. Me gustan las anécdotas que cuentas, gracias por compartir tus experiencias en este comentario.
      Un beso.

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  3. Me encantó tu blog, amiga. Original propuesta. Te agradezco la visita... Te sigo de aquí en más...

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    1. Me alegra Carlos... verte aquí, no soy capaz de llevar dos blogs a la vez, aunque a veces necesito escribir sin ningún filtro. Y me gusta tener aquí en este blog tan personal mío a los amigos que hice en el otro perfil.
      Un beso.

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  4. Como te has puesto de buena mañana. ;))))
    Un beso.

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    1. JAJAJAJA... soy un caso sin remedio Alfred, pero sigo siendo la niña que tan bien educaron mis padres. No doy una pataleta sin tenerla bajo control. Hasta cuando pataleo tengo el mando sobre el dominio de mis emociones.
      Un beso.

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  5. Mi madre siempre me ha dicho que he sido muy buena, aunque eso no me ha librado de más de una zurra en el culo. Así que ha base de decirme que he sido buena y sensata, pues eso me he esforzado en ser.
    Ahora, de mayor, soy muy contenida. Y aunque con el tiempo he aprendido a decir más veces «no», a enfadarme y decir lo que siento, todavía lo hago pensándolo mucho y midiendo bien lo que voy a decir para explicarme bien.

    Tal y como has explicado tus pataletas y forma de ser me ha hecho pensar en una persona con la que he coincidido recientemente y con la que tuve un problema. Me pregunto si su reacción no fue una pataleta, o su forma de ser. Pero eso no justificó su forma de tratarme.

    Besos.

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    1. Te leo y es como si yo misma me hubiese comentado. Con la única diferencia amiga mía, que yo solo lo mido mucho con las personas que realmente merecen la la pena. Hay personas que se merecen una explosión de nuestras emociones (una pataleta) mandarles sin contemplaciones al carajo y quedarse tan pancha. Es una buena terapia, créeme
      En cuanto al último párrafo de tu comentario. He de decirte que yo cuando escribo un post, suelo ser siempre algo irónica y exagero para dar vidilla al texto, a menudo hay que leer entre líneas y no siempre literal a la frase. Ten cuidado con las pataletas de las personas, que igual solo son al fin de cuenta gente maleducada, o con muy mala baba. Las pataletas de las que yo hablo, jamás dañan a nadie injustamente. ;)
      Un beso.

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  6. Lo que tiene este país es que no tenemos fácil acceso a las armas, imagina una buena pataleta con una pistola en las manos... Jajaj
    No sé si me pareces más valiente (y tonta, no pretendo ofender, pongo mi sinceridad al nivel de la de tu entrada) por tomar el loquísimo e infernal camino de la maternidad, o por fiarte de un psiquiatra.
    Mucho más valiente que tonta, eso desde luego, casi temeraria diría yo.
    Tienes un espacio muy interesante aquí, seguro que escribirás un libro loquísimo y genial.

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    1. Jajaja, ay Kiffi... ¿y si te digo que en mi casa hay una escopeta de cartucho y que siempre llevo un estilete encima? Por eso mis pataletas han de tener cierto nivel de control pese a que yo esté como una puta cabra.
      Soy un poco de todo, valiente, tonta, temeraria, a veces hasta demasiado prudente, soy ante todo madre( pese a que nunca me imaginé siéndolo) y sí, me fio de la profesionalidad de toda persona que estudia y pone al servicio de los demás su carrera. Más o menos es como cuando te pones en manos de un tatuador, decides qué tatuarte y hasta dónde y el resto lo dejas en manos del que entiende. En esta vida muchas veces no nos otra camino que fiarnos delos demás si queremos llegar a un fin.
      Me gusta verte por aquí, me caes bien, y eso que eres tan arriscada como mi Lucy ;P
      Solo espero que mi lado religioso no te de reacción alérgica. Soy una loca con un sentido filosófico y moral algo peculiar :)

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    2. A pesar de que estés armada, seguiré diciendo lo que pienso, correré el riesgo, supongo que yo también soy un poco temeraria. Un título no te da fiabilidad, en la universidad pude ver a los futuros médicos, jueces, psiquiatras etc. como para perder todo resquicio de fe y confianza en la humanidad. Y por supuesto que me da alergia todo lo religioso, pero puedo hacer un intercambio de opiniones e incluso debatir pacificamente con cualquier persona, por más opuesta que sea su opinión con respecto a la mía, que es lo que yo entiendo como ejercer la libertad de expresión, aunque vivamos en un mundo de ofendiditos por todo. Total, siempre puedes censurar mis comentarios cuando quieras, que para eso está esa opción en la programación jaja

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    3. ¿Lo ves? Por eso me gusta tu forma de ser (lo poco que conozco de ti) o por lo menos de expresión.
      Y sí, también pienso en parte como tú que cuando ves a cierto sector de la sociedad y su aptitudes, se vomita de golpe la fe en los demás. A esos que tú llamas ofendiditos yo los llamo los del buenismo, y casi siempre tengo algún frente abierto con alguno del gremio buenista.
      Me da que a ti no creo que te censure, y mira que este blog tira un alto número de comentarios a la basura. Me volví jodidamente selectiva con lo que dejo pasar. Jejeje...

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  7. cómo te entiendo en todo lo que cuentas!!
    yo puedo ser un poco dr jekyll o mr hyde, según cómo me traten. precisamente hace muy poco he tenido lo que algunos podrían considerar una pataleta, y les doy la razón, lo es. en un curso de locución que estoy haciendo, me han puesto un 5 raspado en una entrevista que tenía que hacer como ejercicio, en la que había puesto mucha ilusión, y que tardaron casi tres semanas en corregir (cuidado, no se vayan a estresar). he mandado varios mensajes al equipo de profesores (la mayoría más jóvenes que yo) dejando ver mi disconformidad.
    así que no puedo culpar a los niños porque tengan pataletas, yo también las tengo con 45 palos. ;) como no fui rebelde de joven, lo soy ahora.
    y los que miraban mal cuando lo de tu hija, son lo que yo llamo "sensatitos". los "sensatitos" lo hacen todo bien, nunca pierden el control, y te miran como si tuvieras dos cabezas cuando les cuentas algo que a ti te pasa y que no entra en sus esquemas...
    besos!!

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    1. Ostras como te entiendo yo a ti en eso que cuentas del curso. Y vale que pase por pataleta tu actitud, pero seguro que es de esas como las mías... porque si fuera una de las buenas... es para que les hubieses pateado el culo a más de uno.
      Las pataletas de los adultos que no fuimos rebeldes de jóvenes deberían tener una fiesta nacional y considerarse patrimonio cultural, manda huevos.
      A mi los sensasitos siempre me hicieron sentir insegura y torpe, hasta que me harté. Y aprendí a mandarlos a tomar por culo, a veces con diplomacia y otras, si lo merecen, en plan bestia.
      Por cierto, me faltó mencionar en el trípode a Heidi... ;P
      Besos.

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  8. Eso es un poco como cuando se te rompe el coche, que todo el mundo es mecánico. O cuando tienes una dolencia, que todo el mundo es médico. Y parece que todos son sabios y enterados sobre cualquier cosa que no les suceda a ellos.

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    1. Así es Cabrónidas. Y en esas es cuando a mí me sale la mejor versión de niña pataletas 🤦🏼‍♀️😁😁😁.O si no, en esa que de pronto una que no sabe llorar por fin rompe y salta alguien muy oportuno y si e aquello de que llorando no se soluciona nada. Me empieza a girar la cabeza como a la niña del exorcista y a salir cosas por mi boca que suenan como aquello de : ...la puta de tu madre ... Esta es la versión gore de mis pataletas oficiales 😋

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  9. No recuerdo haber tenido nunca una pataleta. Pero es que yo he sido siempre un poco raro. Y sigo...

    Salud

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    1. 🤦🏼‍♀️😂😂😂Pero Erik... Si a los raros es a los que más nos dan porque no encajamos entre tanto normal😋
      😘😘

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