Hasta que de nuevo salga el sol... así sea por Antequera.

"Es fácil esquivar la lanza, 

mas no el puñal oculto"

(Proverbio chino) 

El día trece hizo cinco años y seis meses de la muerte de mi madre. Es curioso porque en las condiciones de salud que yo estaba cuando se fue, con todo lo que vino después y de lo que he tenido que hacerme cargo durante todo este tiempo. Todo apuntaba a que me rompería. Incluso mi terapeuta lo tenía claro. He aguantado todo este tiempo sin hacerlo. Y mira que han sucedido acontecimientos que bien podrían haberme barrido del planeta. Dicen que pasa, que por muy fuerte que uno sea, el estado anímico termina por colapsar. Yo he empeorado de salud progresivamente y he tenido que enfrentar pillar varias cosas menos la Covid, todo sea dicho. He ido a trancas y barrancas, pero he avanzado. He sobrevivido.

He resistido, hasta ayer. Lo que menos esperaba que me pudiera afectar. Porque soy de esa clase de personas que se reponen a todo. Incluida la traición. Ha terminado por ser ésta, la gota que a colmado el vaso que llevaba muchísimo tiempo al limite para rebosar. 

La cuestión es que siempre he defendido que a lo largo de nuestro camino a veces llegan personas que caminan en paralelo un trecho. Crean una complicidad enriquecedora que nos hace ser incluso mejores personas y que de pronto un día llega su desvío y se marchan. Dando por concluida la finalidad que tenían en nuestro destino. De diferentes formas se marchan, eso sí... Algunas de ellas tan dolorosas como la que me acaba de tocar a mi. Tanto. Que ha ocasionado que toda ese pena que tenia dentro acumulada, esa de la que todos hablaban que tendría que terminar venciéndome y saliendo a flote, ha salido,  empujada por el golpe de una deslealtad.

Que te mientan y te traicionen no es plato de buen gusto para nadie. El caso es que asumo que era una posibilidad con la que contaba. Pasó. Y punto. Como suelo decir siempre: así salga el sol por Antequera uno debe ser responsable de las consecuencias de sus actos. Y siempre supe que caminaba al borde de un precipicio del que me iba a pegar la hostia de mi vida en cuanto me resbalase un poco. No esperaba que me empujarían de un modo tan deshonesto, la verdad, no lo esperaba, pero ha pasado. 

Cuando pones tu confianza en alguien eres capaz hasta de saltar al vacío si te lo pidieran. Y no como un acto de locura. Más bien como el resultado de un progreso paulatino de conocimiento mutuo. ¿Qué falla entonces cuando al llegar a ese punto de complicidad la otra persona te empuja a traición colina abajo?

Nunca me ha avergonzado reconocer mis debilidades, porque soy humana y tengo derecho a equivocarme, también a sufrir cuando me hieren. A no tener que fingir como me siento por vergüenza a parecer débil, porque sentir dolor cuando te dañan no es signo de debilidad, sino de humanidad. La cuestión es que me he dejado romper y no puedo culpar a nadie porque la única culpable he sido yo por creer en la palabra de quien estaba a mi lado. Con tan mala suerte que todos esos infiernos internos que tenia acumulados se han desatado con el daño actual. 

No voy a mentir. Tengo algo de miedo porque nunca me había sentido tan, tan defraudada y triste. Tanto, que ni guardo rencor a quién me ha dañado. No me quedan fuerzas, la verdad. Me preocupa que me cueste recuperarme como vienen vaticinando desde que tomé las riendas del matriarcado que dejó ella. Más que nada porque muchas personas dependen de mi y están frustrados desde hace dos días por como me están viendo. 

Hay un instante en que parece que todo se detiene y lo que siempre ha sido, deja de ser. Sabes que nunca será más y que lamentarse no cambiará los hechos. Pero necesitas llorar y no solo por dentro porque todo tu cuerpo te delata y te traiciona también. Sé que todo esto pasará, no sé cuanto va a durar, pero algún día pasará y solo será otra experiencia más que me ayudará a no cometer los mismos errores. Pero mientras tanto es una putada, que duele como mil infiernos. 

Comentarios

  1. Hay que dejarse llorar por dentro y por fuera, y mientras hay que dejar que el dolor se sienta, porque creo es la única manera para poder cerrar la herida. Y sí, mientras tanto es una putada.
    El resto de lo que pienso ya lo sabes y que estoy, también.
    Un abrazo que cobije
    (la opción dos hostias que parezca un accidente sigue en pie, tú sílbame y yo voy jajajajaja)

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    1. Naaa... Seamos pacíficas que si no te van a poner el San Benito de violenta🤦🏼‍♀️😁

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  2. La mejor manera de sacarse la rabia y la pena, es escribiendo. No le haces daño a nadie y cooperas con tu intelecto para que salga a flote. Solo te puedo decir que lo que estás viviendo, muchas personas lo ha experimentado. La gran mayoría lo calla y se lo muerde, otros, intentan pensar que no pasó y el resto, escriben como tú.
    Saldrás adelante.
    Abrazos

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    1. Escribir es de las mejores terapias Tatiana. 😉☺️
      Abrazo.

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  3. Llorar nunca sirve de nada, pero es necesario, ayuda a cerrar las heridas a empezar de nuevo.

    A veces nos entregamos de una manera irracional, y asumimos la posibilidad de que nos hagan daño pero, ¿no sería peor no hacerlo? Quedarnos encerrados en nuestro pequeño mundo en el que no nos hacen sufrir. Debemos creer, debemos confiar porque la alternativa a eso es peor, ¿no te parece?

    Un abrazo

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  4. Sí, me lo parece.
    Menos lo de llorar. Si que sirve porque alivia tensiones. Estoy convencida que si en ocasiones no rompiera en llanto...me estallaría algo por dentro.
    Otro para ti

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