LESLY LA HERMANITA COJA.

© AHORA QUEDAMOS EN EL BLOG

"Mientras el adulto juega para divertirse 
el niño juega para jugar".
(Francesco Tonucci).

Hoy he recogido el paquete con mi Lesly perjudicada. Por presupuesto este tipo de Lesly antigua es la única que me puedo permitir. Las que están rotas, las otras escapan a mi presupuesto económico y moral. Cada una de mis aventuras las hago por diversión y en mi cuadriculada cabeza no cabe que para divertirse haga falta tanto dinero. Visito las plataformas de segunda mano y una muñeca descatalogada vale un huevo, nos topamos con una de las reglas básicas en economía: los bienes son escasos. Comprendo que aquellas personas que se lo pueden permitir inviertan su poder económico en satisfacer y engrosar su colección. Pero para mi la felicidad tiene parámetros diferentes, sé que incluso pudiendo me seguiría pareciendo una burrada pagar tanto por un trozo de plástico. Terminaría con dos como esta y el reto de arreglarlas, que con una en su caja sin ser usada. 

De pequeña tuve muñecas y fueron muy usadas, aunque nunca fui una niña destrozona con ellas más allá de pintarlas pecas y maquillarlas, casi todas terminaban marcadas con rotulador. Por eso cuando me enfrento a reparar alguna lo disfruto tanto, intentando imaginar quienes fueron aquellas niñas, o quizás fue un chaval quien jugó con ellas hasta el momento de convertirse en algo de lo que se pudo prescindir. Esta Lesly se ve que ha sido muy jugada. Incluso ha pasado por peluquería. E imagino que la han maquillado muchas veces por los restos que quedan en el plástico, también porque se le ha borrado todo el maquillaje original: cejas, labios y pecas. Son características que junto a la dureza de los brazos (que por su mala calidad endurecían y encogían) y la raya del pelo, flequillo o rizos, lo que ayuda a que se calcule la fecha de fabricación. Esta la anunciaban como: lo ha dado todo. Lesly para restaurar. Y sí que ha dado mucho, pensé al tenerla sobre mi poyo de cocina... pero no todo. 

Me siento como una doctora de triaje de urgencia, valorando los daños y calculando las posibilidades rápidamente y por encima. Pierna amputada por la rotula. Famosa tenia muy baja calidad en las piernas de sus muñecas y un fallo de física en la separación de estas con relación caderas-tobillos. En las fotos pensé que la había mordido un perro o algo así. Viéndola en persona advierto que ya ha sido reparada al menos dos veces por restos de intentos. Le falta trozo de plástico, le sobran residuos y se ve que la han perforado, quizas intentando unirla. Yo lo tengo claro, para el uso que voy a darle, si no puedo reparar esa rotula... soldaré la pierna al tronzo y punto pelota. No necesita injertar pelo, así que después de asearla ya veré si el corte necesita perfección. Se va a quedar con el corte Bob, decidido. Aunque pasará por tinte. Tiene el mecanismo de los ojos dañados (ojo izquierdo más) hay que desmontar, limpiar y poner pestañas. Y puesto que ya será una Lesly difícil de catalogar, tengo pensado hacerle una cosita especial en esos ojitos. Los brazos no son ni duros ni blandos, debo medirlos con la que tengo de reedición. Pero así por encima y por el iris de los ojos sin ser ni Arona, ni margarita, sino del que se usaba en las primeras May. Sin número en el casco de referencia más que la marca de "Famosa made in spain" en el cuello. Pienso que es una de comunión de final de los 70 o principio de los 80. No es de reedición eso lo tengo claro, pero es difícil, catalogarla sin más parámetros. Los lóbulos de las orejas los trae perforado de alguna propietaria coqueta que le puso pendientes, así que contará con ellos y con una nueva imagen de pequitas y cejas al estilo Menticuchi. 

 

Escribí la primera parte del post al recoger la muñeca. Esta segunda parte la escribo días después, cuando ya mi Lesly ha sido reparada. Con muy poquito invertido y métodos rudimentarios... los resultados han sido muy satisfactorios. Al menos para mi. He conseguido recuperar la pierna. Con una simple pistola de pegamento y con paciencia fui poniendo capas, creando y rellenado partes del plástico que faltaba. Luego lo pegué. Todo eso para mi fue fácil, soy muy manitas. Lo difícil vino luego, meter la rotula restaurada en el hueco de la cadera sin que al forzar saltara lo que había pegado y reconstruido antes. Tenia pensado soldar con la pistola la pierna al cuerpo, si al primer intento se rompía lo reparado. Pero no fue así y la Lesly coja dejó de serlo. Volvió a tener dos piernas funcionales en su funcionalidad de muñeca con pataje pobre de fabrica. 



Una vez recuperada la pierna me metí en cintura con la parte más divertida. Igualar el corte, teñirlo en pelirrojillo. Limpiar el mecanismo de los ojos. Aproveché el trabajo que tiene esta parte para innovar y poner un iris de cada color. Ya que no iba a reproducir ningún modelo exacto, pensé en hacerlo a mi manera y crear tras la restauración una Lesly genuina. Hubo quien ha visto influencias de David Bowie y hasta de personaje de Tarantino, jejeje... quizás tengan parte de razón porque la niña que una vez fui tiene mucho que ver con esas personalidades y quedan reflejadas en el resultado. Trece. Trece han sido las pecas en cada moflete... Un número especial, asociado a cambios y sobrevalorado desde mi punto de vista por la mala (o buena) suerte.  Se relaciona con la muerte y con cambios así que... qué mejor número para contar la historia de esta muñeca que ha pasado de darlo todo a estar lista para dar mucho más. 

Mientras la arreglaba, pensé en la terapia personal que con ello realizo. A veces es más fácil hablar a través de las manos que con palabras. A mi me pasa. Cuando estoy francamente mal, creo cosas. Pongo la mente en blanco y simplemente me dejo llevar. A veces me gustaría que no fuese un fin, sino la posibilidad del volver a jugar por jugar... como cuando era una niña. Pero crecer deja secuelas irreparables. Caminamos en una misma dirección, hacerse mayor conlleva tomar caminos sin retornos que nos llevaran a un común destino. Primero la muerte de nuestro niño interior y tras esta un periodo de abrupta madurez que termina por desembocar en la muerte física.  Los tiempos varían, pero como diría ese refrán de que todos los caminos llevan a Roma... no hay modo de escapar a nuestro destino... o si? Por si acaso yo intento dar rodeos, mantener viva a mi niña interior todo el tiempo posible, me niego a vivir una vida adulta sin ella donde la realidad de la vida adulta me impida poder seguir soñando. 


Comentarios

  1. Fabuloso, he vivido eso porque en aquellos tiempos en que los juguetes eran casi un lujo, o sin casi, mi padre las reparaba y yo de mirar termine por aprender. Me ha encantado tu exposición y al tiempo iba improvisando arreglos en el coco.

    No lo dejes nunca y Salud.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde siempre me gustó arreglar cosas. Además como soy muy curiosa aprendo enseguida. Lo mejor de esto es haber podido inculcar ese pensamiento de reutilizar a mis hijos.
      Y sí, los juguetes eran un lujo y pasaron a ser el producto estrella del consumismo para nuestra primera etapa. Es una pena. Porque los niños de ahora se pierden lo mejor de los juguetes que es la capacidad de valorarlos en su medida. Que pena.
      Un abrazo 😉

      Eliminar
  2. Me parece mucho más placentero y satisfactorio lo que haces tú, coger una muñeca casi desahuciada y transformarla, darle vida de nuevo, que comprar una por un pastón y tenerla metida en una caja. Pero hay una cosa que me sorprende mucho, ¿Quién puede vender una muñeca así? no sé, si yo tuviera algo tan perjudicado no me sentiría capaz de cobrarle nada a nadie, la regalaría, te juro que me daría vergüenza y remordimiento cobrarle a alguien. De hecho, hace muchos años alguien en ebay buscaba un álbum de cromos del mundial 82 y pagaba 300 euros y casualidades de la vida yo lo tengo, pero no lo vendí.
    Los grandes genios de la poesía, la pintura, la moda, etc han creado sus mejores obras en sus momentos más "bajos" cuando más hundidos están, quizás porque es su forma de sacar fuera lo que no pueden expresar frente a otra persona. Creo que las personas proclives a la depresión son en su mayor parte inteligentes, sensibles y creativas, pero esto es una opinión particular mía jijiji
    He de confesar, en cuanto vi el resultado pensé en el Duque Blanco jajajajaja
    Lo de Tarantino no lo había visto, pero ahora que lo dices... eso sí, cuando están sin ojos yo le veo influencia Tim Burton jajajaa

    Me niego a dejar morir a mi niña interior y al que no le guste pues que pase de largo.

    Admiro tu paciencia, tu dedicación, tu buen hacer, ya estoy creando el club de fans :)))

    Besitos, guapa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, la madre que te parió.
      A ver... Tim también es de mis directores fetiche😁.
      Puede ser... Todas las personas depresivas que conozco en persona me resultan muy inteligentes y capaces. Con una sensibilidad diferente para las artes plásticas... Personalmente tengo mi teoría de que si no se ayuda a fomentar los cerebritos intensos se atrofian solos en sus circuitos mentales.

      Me acordé de ti el otro día viendo un anuncio de Lesly. La señora que la vendía decía algo así como: en perfectas condiciones... Pero no tenía piernas🤪 Y se me vino a la cabeza el chiste que cuenta mi padre del que va al oculista muy preocupado porque está perdiendo la vista y el médico le dice que no es tan grave, que para la mierda que hay que ver....
      Vamos... Que todo son puntos de vistas y perspectivas. La verdad que en esto del coleccionista es así, lujos y precios desorbitados por cosas que solo los que la coleccionan saben del valor. Yo, lo confesó, no tengo ni puta idea. Solo sé que si me gusta algo acordé a mi moral lo consigo y me doy el gusto. Luego igual lo regalo. Porque desde los 20 años dejó de interesarme las posesiones. Mi lema es: cuanto menos bulto más claridad.
      😉😘

      Eliminar
  3. Qué maravilla de trabajo, no solo por la minuciosidad sino por el placer de hacerlo,de moverte nuevamente en tu mundo de niña...
    Precioso!
    Un beso grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En niña y en pataletas no me gana nadie cuando tengo el día. Pero si, hay que ver lo que lo disfruta una por ratitos. En verdad soy un poco Manolo el chapuzas. Porque arreglo las muñecas con lo que pillo a mano. El presupuesto no me da para productos milagros. Pero si que es un milagro a veces ser feliz en una realidad que por momentos se vuelve tan hostil.
      Beso😘😘

      Eliminar
  4. No entiendo lo de coleccionar cosas, pero lo que haces tiene todo el sentido para mi. Tiene parte de reto personal, de meditación... es algo muy completo. En Madrid, hace muchos años, vi un sitio que se llamaba sanatorio de muñecas que se dedicaban justamente a eso, me lo has recordado...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre he coleccionado cosas. Hasta que me fui a trabajar a Huelva y al llegar a casa mis padres habían vendido la casa y tirado todas mis pertenencias. Tiooo, aquello fue un palo que me curó pa' los restos. Jamás me he vuelto a apegar a nada que no pueda llevar encima, y no eso.
      Puedo entender perfectamente a quienes coleccionan, pero ya no lo necesito para ser feliz.
      Me gusta eso del sanatorio de muñecas. Muchas ONG aún lo hacen para recuperar juguetes para niños menos posibilidades.
      Como decía más arriba es una pena el mundo que hemos creado para nuestros hijos. Soy más consciente ahora cuando mis hijos ya crecidos me dicen que lo que recuerdan de niños con más cariño es cuando reparabamos cosas o las construimos nosotros mismos. Siempre se trata más de tiempo que de cantidad. Y del modo en que enfocamos luna misma realidad.
      Lo de sanatorio de muñecas me ha gustado mucho. Suena tannn bien ☺️
      Beso😘😘

      Eliminar

Publicar un comentario

☝💬 Las palabras liberan a las personas, deja escrito lo que piensas. Se admiten todo tipo de opiniones, consejos y críticas. Luego ya veré si lo publico...
... o no 😉.