Con la confianza de quien se siente seguro.

 

"Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible; tu diestra, Señor, tritura al enemigo" (Is.15, 4-5)

Es curioso, cuando dejé de escribir hace unos meses y cerré de nuevo este espacio, tenía este post preparado para la entrada del Domingo de Resurreción. Llegué ayer, de nuevo, a este lugar de la blogosfera donde siempre termino por volver, donde me siento en casa (en una con paredes de cristal, pero que no me preocupa, ni me angustia) donde me siento libre de expresar lo que quiera. He llegado como quien ha atravesado un campo de minas sin mucho acierto. Me recibe el post que no tuve tiempo de publicar y para mi sorpresa, pese a ser yo misma quién lo escribió hace unos meses. Me asombra el modo en que Él siempre me espera, respetando mis tiempos, y solo cuando lo necesito, de un barrido aniquila todos mis enemigos y me devuelve al lugar primero, al tiempo de los amores, donde en el reconocimiento llega la paz que no conoce desconciertos... y me recargo de esa energía vital para seguir luchando. 
 
Este es una de esas entradas que necesito escribir con un poco de lentitud, pensando en los demás y no solo en el placer personal de escribir. Los temas que tocan la religión, siempre terminan por ser los más polémicos, indiferente a si los tratas con personas de tu misma opinión o si tienen diferentes puntos de vista. Sé que elegir la cita del profeta Isaías es arriesgar, es poner a quienes no saben del tema en una dirección tal vez contraria, pero... es mi favorita de toda la Vigilia Pascual, porque cada día la veo en mi vida. Siento cómo se renueva, se cumple, se hace prueba tangible. Conmigo no van los discursos empáticos, esa intencionalidad que mi cabeza enseguida percibe cuando me quieren vender la moto, indiferente a lo que el tema esté tocando, religioso, político, social, etc...

Vayamos por partes para ir concretando lo que deseo compartir. Anoche hablando con Juan sobre el tema de la Pasión y la Resurrección, me hizo una puntualización que no es la primera vez que me hacen, o que yo misma me hago. Comentó que de haber aparecido el cuerpo de Jesús, la Iglesia no existiría. Dejaría de existir. Cuando enfrentas la religión desde un punto de vista racional, parece inviable que los dogmas puedan ser aceptados. Quizás por eso yo nunca he encajado del todo en ningún sitio. Mi insaciable curiosidad y mis ganas, no solo de entender, sino también de comprender las cosas que me rodean, no me han dado mucho margen para creer a pies juntillas en nada. La verdad. Admito que las personas tenemos en común esa necesidad de pertenencia al grupo (por muy individual que nos identifiquemos), ese concepto de nosotros mismos está ahí y surge porque es humano, va con nuestra especie, desde que el hombre descubre que es un animal finito y que sin el grupo no tendrá las mismas oportunidades de sobrevivir.  Partiendo de esa idea, las religiones pasarían a ser todas un instrumento utilizado como un medio, justamente para sobrevivir a nuestra propia realidad.  

Muchas veces me he planteado lo de la Resurrección como un hecho histórico y no solo ajustada a las leyes existenciales. No puedo creer algo por sugestión, ni individual, ni de grupo. ¿Podría estar Jesús enterrado aún? Por supuesto que podría. Resucitó como defiende la religión que profeso, también. Yo no estaba allí, no he sido testigo literal de ninguno de ambos hechos. Por tanto no puedo confirmar ninguno como real. Sin embargo como persona de libre pensamiento que no tengo necesidad, ni obligación de posicionarme, prefiero pensar que mientras los hechos científicos no demuestren lo contrario, yo pueda analizarlos y decidir que creer, elijo posicionarme junto aquellos que tenemos esperanza en el Resucitado. Por mi parte individual, espero en él, no porque piense que haya una vida eterna literal, más bien es porque la puedo experimentar cada día dentro de mi propia realidad. Y ahí es donde entra el versículo de la cita de este post. 

Nunca he estado de acuerdo con la visión que muchos tienen de un Dios fuerte y terrible, al que hay que aceptar como tal y encima hacer méritos, porque si no te purificas en sacrificios... la vas a llevar a claras ardiendo en el infierno, o en la puta realidad de vida que tengas. Sin embargo la visión que si tengo de Dios es la de un ser fuerte y terrible que no mira a otro lado cuando mi necesidad le reclama, que no tiene piedad con mis enemigos (la desesperanza, el miedo, la impotencia, el rencor, y una serie de sentimientos que tengo y que no me dejan avanzar) el dios que yo conozco, los aniquila de un barrido y me devuelve a la vida. 

Comentarios

  1. Respuestas
    1. Vivir sencillamente termina por ser una pura y extraña casualidad de instantes enlazados 😉

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  2. NO me considero católica aunque he crecido bajo esa religión, pero sí creyente, sí mujer de fe. Mi fe es como mía,sin mandatos de las religiones. Jesús como Maestro Ascendido. Un visionario,un Guía que se nutrió de las enseñanzas de los Esenios, un Maestro al que le fue arrebatada su verdad para transformarla en lo que es hoy día la Iglesia.
    Es un tema controvertido.
    El manejo de la Energía que tenía le permitió "obrar milagros" obviamente para la mentalidad de entonces y por la capacidad de su propia y profunda Maestría.
    Jesús es la Energía Crística en forma humana. Existió como hombre. No me planteo si está enterrado o resucitó.- Creo más bien que es el alma la que sigue viva.
    Creo profundamente en sus enseñanzas,no en lo que queda reflejado en la Iglesia.
    Besitos Mento.
    se te extrañó!

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    1. Soy de espacios... A veces los necesito y mantenerme al margen. Pero siempre vuelvo a este sitio, es mi lugar particular de terapia. Jejj.

      Espero que mi psiquiatra no lea esto, jajaja, pero sabes... yo creo que el alma es esa parte del cerebro con mucho potencial que no todos alcanzamos a manejar en este plano.
      En cuanto a la Iglesia... bueno... la formamos personas, cada cual nacido de una madre, es normal que la caguemos dos de cada tres veces. Así es nuestra naturaleza. Aprendemos de la prueba/error. Lo malo de eso es olvidar a quien representamos y el mal que hacemos a aquellos que buscan la verdad.
      Un abrazo.

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  3. Hola Mento!
    Es un tema controvertido y que daría para mucho. Respeto las creencias de cada persona y reconozco la importante labor que lleva a cabo la iglesia en diversos aspectos sociales, aunque también he de decir que no me gusta en lo que ha devenido con los años.
    Pues nada, espero que todo este bien.
    Besos y buen finde!

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    1. Sí que lo es Fran, de esos que cuesta sacar entre amigos o familia, o porque difícilmente se llega a puntos en el que debate no se vuelva algo tenso. Jejeje, lo sé. Aquí en cambio se aceptan todas las opiniones.
      Como le decía a Luna la Iglesia iglesia está formada por personas y dentro unas se dejan llevar y actúan conforme al Espíritu Santo, y otras a los intereses de este mundo. Creo que eso todo el mundo puede compartirlo además de entenderlo. Pero el bien merece la pena. Y cada uno, individualmente es responsable de dónde se posiciona y con qué finalidad.
      Mis fines de semana... Bueno... Cuidando de mis sobrinos por la mañana y el resto del día con padre... Ya llegarán tiempo mejores en cuanto a relax y actividades personales 😉
      Beso.

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  4. Creer en cualquier cosa implica caer en contradicciones, en cosas que no son fáciles de explicar. La propia palabra creencia anula ciertos filtros en nuestro subconsciente... Y sí, todos creemos en algo, no te estaba criticando ;)

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    1. Aveces no. Mira, pues la crítica es algo bueno, nos saca de nuestro punto de vista y nos hace mirar desde donde está el otro.
      Sabes a mí me pasa algo y es que no puedo creer en nada que no llegué a entender antes. Por eso cuando se trata de mi relación con Dios, no hay espacio para la contradicción. Es la experiencia de lo que he vivido, la garantía de lo conocido, lo que alimenta la creencia. No lo que puedan contarme. Pero para explicar esto debería dar muchos detalles personales, contar no uno, sino muchos acontecimientos que he vivido y dónde después de escucharlos comprenderás que la casualidad no tiene tampoco cabida.
      Sí mañana cayera la iglesia yo seguiría creyendo en quien con garantía y hechos concretos me dice: por aquí este es el camino y detalla todo lo que voy a encontrar en él mientras no deja de acompañarme.
      Un beso.

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