#52RetosLiterup: la personalidad de tu protagonista es la de tu animal favorito.

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"Las damas no empiezan peleas pero pueden terminarlas" 
(Marie de los Aristogatos de Disney) 


Allí estaba ella, aplastada por la realidad de una vida sin grandes gestas. Abrió la puerta de su pequeño apartamento, el mismo que se había convertido en el reino de aquellos dos impresentables insurrectos. Acudieron a sus pies enseguida, ronroneando y retozándose en sus botas y sus espinillas. Al instante ya andaban en sus historias personales de gatos cósmicos. Uno sobre el brazo del sofá, el otro tratando de alcanzar una pobre mosca que se había colado en el apartamento equivocado. Mientras tanto ella se había descalzado y se había calentado un té, sentada en el taburete de la encimera de la cocina mordisqueaba con desgana una galletita mientras repasaba parte del trabajo del día siguiente en el portátil. Su vida se había convertido en una pura rutina, trabajo, casa, trabajo, casa, y trabajo otra vez. Cero actividades extrapolares. Y allí estaban aquellos dos, viviendo una vida paralela a la suya, encerrados en aquel pequeño habitáculo que se había convertido en el único mundo de los tres. Sin embargo ellos estaban ahí tan activos, tan felices, tan en sus papeles de gatos, en ese justo momento habían pasado a alborotar, jugando con las botas que había dejado junto al recibidor. "Ojala pudiera ser como ellos "pensó. Cero problemas, cero responsabilidades, todo relax y nada de preocupaciones. 

Sin previo aviso, mientras peleaban entre juegos, los mininos saltaron sobre la encimera, aterrizando sobre el portátil, ella se sobresaltó, golpeó la taza que se derramó sobre el trabajo en papel. Intentó salvarlo sin éxito dando un tirón, lo que hizo que el taburete hiciera el caballito y ella de espalda aterrizara en el suelo con las piernas en alto y golpeándose la cabeza. Lo siguiente fueron los lametazos rasposos en la cara, el roce del pelo suave sobre el escote, el culo de uno de sus gatos en pleno cara. "Yo debería ser un gato, mi vida definitivamente sería muy distinta". Se fue a la cama con un fuerte dolor de cabeza y la sensación de que al día siguiente la jornada laboral le iba a resultar bastante cuesta arriba, pero no podía más. Estaba ya agotada, mañana salvaría el trabajo estropeado. 

─Prrrrr... Ronroneó mientras se estiraba en la cama. Llevaba escuchando sonar el despertador al menos media hora y el teléfono como veinte minutos más. Había abierto un ojo, lo había mirado, se había vuelto a hacer un ovillo en la cama. Mientras sus compañeros de piso también seguían dormitando con la mezcla del hilo musical que producían el teléfono y en despertador al unísono, uno en sus pies, el otro sobre su cabeza. En un momento dado sintió que tenía que ir al baño, era su reloj biológico, a ese si que no pudo hacer oídos sordos. Comenzó un ritual de estiramientos. Que placer poder hacer eso sin prisas. Los gatos la observaban del mismo modo que minutos antes ella había mirado el despertador. Salió del dormitorio estirando el cuerpo con los brazos sobre la cabeza. Hizo un pis. Fue luego a la cocina, abrió la nevera, mordisqueó una loncha de york, tras haber olido la caja de leche, el café que había quedado en la cafetera el día anterior, un repaso a su armario de infusiones, nada... terminó por volver al baño con un puñado de crujientes cereales secos en un bol, los comía con deleite con la mano. 

El teléfono no paraba de sonar y cada vez que lo hacía ella dirigía su mirada a la puerta del baño que permanecía abierta. Pero en ningún momento interfirió en su ritual del baño. Se había llenado la bañera, nada de ducha rápida y allí estaba con una mascarilla de pelo, otra de cara, tumbada y cubierta de espuma hasta el cuello. Hora y media más tarde salía del apartamento perfectamente maquillada y compuesta, se veía como una diosa egipcia. Pasó del coche. Fue hasta el trabajo andado. Bueno... andando, saltando, parándose en los escaparates a ver su reflejo, haciendo equilibrios sobre los bordillos, como una niña juguetona y despreocupada. Al pasar por el parque había un chico muy guapo leyendo unos apuntes sentado en un banco, se sentó junto a él. Se quedó descarada mirándole. Giró la cabeza a un lado y luego al otro... pareció estar calculando le mejor perspectiva para una fotografía. El joven la miró por encima de los apuntes sorprendido, la saludó con un tímido "hola", ella se limitó a clavarle aun más aquella verde mirada. Luego se puso en pie, se volvió a sentar, acercó seductoramente su cara a la del chico, lo olfateó junto al hueco que forma el cuello y la clavícula y soltó en un seductor lenguaje medio humano, medio felino: "Prrrr... que bien hueles...prrrr". Luego bajo la expectación del hombre, se puso en pie y prosiguió su camino moviendo las caderas mientras se alejó bajo la sorprendida mirada de él. 

Atravesó la puerta de la oficina dos horas más tarde de su horario, pero lo hizo con la seguridad de quien no conoce los términos de horarios, más allá del momento de dormir cuando tienes sueño y comer cuando tienes hambre. Su redactora jefe salió como una poseída a su encuentro y la asaltó con cara de pocos amigos en el mismo recibidor de las secciones de oficina, bajo la atenta mirada del resto de compañeros de oficio. 

─ ¿Dónde demonios te has metido? Llevo toda la mañana llamándote. ¿Qué ha pasado? ¿Qué horas son estas de llegar? Espero que tengas una buena escusa y quiero tu trabajo en mi mesa ya. 

Se quedó mirándola a los ojos con el aplomo de quien ya ha pasado por la misma situación y ha salido victorioso de ella. Estaba frente a la energúmena de su jefa, siempre con ese insoportable tono de voz, acojonando a todo el personal y haciendo que los demás trabajasen como esclavos para salvar su culo frente al jefe supremo. Estaba muy cansada de desperdiciar su talento en aquel sitio para que alguien tan mediocre como su jefa se llevase todos los honores, así que...

─ La verdad es que no tengo escusa. Me he cansado de vivir pegada al minutero con tu horrible cara reflejada en la esfera del reloj. ¿Nadie te ha dicho nunca que fuera de los horarios laborales la gente tiene vida y despertadores propios? No quiero que interfieras más en mis horarios fuera del trabajo. Mejor dicho, tampoco deseo que lo hagas dentro.

La redactora jefe sorprendida, con cara de cabreo el alza fue a decir algo. Calló de golpe al ver como la otra abría la boca y enseñando los dientes soltaba todo el aire bruscamente en un intenso bufido, que hizo que se cortara el aire en aquel recinto. Dándose tras ello la vuelta y dándose por despedida ella misma. Salió con aire de relajación del edificio, compró una bolsa de Cheetos en el quiosco frente al edificio y fue mordisqueándolos hasta casa. Deleitándose en el sabor y chupándose los dedos. Al llegar a su apartamento puso las correas a sus mininos y subió con ellos a la azotea a retozar un poco al sol. La mañana era esplendida para un plan así. 


Esta entrada pertenece a  52 retos de escritura para 2021 (#52RetosLiterup):La personalidad de tu protagonista es la de tu animal favorito. Crea un relato sobre su vida en sociedad.

Comentarios

  1. Yo tuve uno y era mi despertador ( no tenía de los que tienen agujas ) ronroneando cada mañana alrededor de la cama. Solo le veía la punta del rabo totalmente tieso mientras daba vueltas hasta que le daba permiso para subir. Era extraño en un gato y más en uno mezcla de cruzar un gato montés con otro presuntamente civilizado, si es que un gato puede ser eso.

    Pero este (El Motorcino) era raro. Como yo.

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    1. Erik, yo vivo en el campo y tengo seis gatos. Pero mío, lo se dice mío... este: https://dominuscatvsimperfectmother.blogspot.com/2018/05/dia-1-sorpresas-te-da-la-vida.html
      Y sí, se pone a mirarme (como eso que cuentas) y hasta que no le doy la orden no sube a la cama. No se comunica conmigo como los otros gatos, solo con la mirada y el roce. Y a mi me encanta experimentar esa fuerza animal de la naturaleza.
      Arriba los raros! ;)

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  2. Ahora mismo tengo a uno de esos mininos aquí al lado metido en un concurso de ronquidos consigo mismo.. creo que va ganando :)

    Me he identificado con la protagonista, cada día tengo más cosas de minino y menos de persona... no digo que sea feliz, pero desde luego no soy infeliz ;)

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    1. Si a ratitos imitásemos a nuestras mascotas felinas... ay... que bien nos iría...
      A veces este mundo merece un zarpazo y otras, ser ignorado. Los gatos hacen ambas cosas maravillosamente, entre otras claro, como roncar, poner caras, estirarse y de vez en cuando hacer como que nos quieren. ;P

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  3. Qué buen relato! Y reivindicativo también! Basta de esclavitud con el tiempo..
    Me encanta!

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    1. Un buen mayido o maullido... y se desquebrajan los eslabones, jajaja.
      Abrazo.

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    1. Si hay algo que me gusta de mi mascota, es su naturaleza espontánea, eso me gusta mucho de los gatos, para ellos el momento siempre es el adecuado... o por lo menos desde fuera lo parece ;) quise imitar eso.
      Saludos!

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  5. Hola!
    ¡Ay, los lindos gatitos, tan adorables y muy buena compañía a la vez!
    Que me ha encantado tu relato, es encantador, las escenas y descripciones son geniales.
    Saluditos

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    1. Gracias yessykan, ando de exámenes y voy cortita de tiempo, pero me pasaré a leer tus historias y conocer a l@s nuev@s. Me agrada que te haya gustado.
      Saludos!

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  6. Los gatos son interesantes pues son extraños, yo nunca he tenido uno, no son muy de mi agrado me gustan mas los perritos.
    Un abrazo Mento, deseo todo este bien y te encuentres bien, un abrazo.

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    1. Algo liada con los estudios y la familia, hacen mala combinación con los hobbies, pero bien. Espero que tú también te encuentres bien.
      Yo siempre he sido de tener muchos animales, era de esas niñas que iba recogiendo a todos los bichos abandonados en la calle, y tuve la fortuna de tener una madre con una paciencia infinita y un padre que me apoyaba en todas las adopciones. En estos últimos dos años y medio he vivido experiencias con Dominus Cat muy tiernas que me han hecho mirar a los gatos con otros ojos. Te dejo el mismo enlace que a Erik por si te apetece conocer a mi gato: https://dominuscatvsimperfectmother.blogspot.com/2018/05/dia-1-sorpresas-te-da-la-vida.html
      Un abrazo!

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  7. Una cat lady, ella. Yo no soy de gatos o perros, aunque no es que los odie. Me agradan pero no para tenerlos de mascotas.

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    1. Eso que dices me da que pensar. No sé si es porque eres de esas personas que piensan en la responsabilidad de tener mascotas. Soy de la opinión de que tener animales es una gran responsabilidad y no deberían de estar en manos de cualquiera el poder comprarlos.
      Saludos.

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