Los 13 pasados... los que habrán de llegar.


“El amor es una parte del alma misma, es de la misma naturaleza que ella, es una chispa divina; como ella, es incorruptible, indivisible, imperecedero. Es una partícula de fuego que está en nosotros, que es inmortal e infinita, a la cual nada puede limitar, ni amortiguar.” 
(Víctor Hugo).

Y tú encerrada en algún lugar de mi pensamiento donde el tiempo no posee valor, ni capacidad de cura, ni olvido. Tengo tan presente el lugar donde descansan los pechos que tanto me amamantaron, que me cuesta, me cuesta mucho mamá... esa imagen del hueco al abrirlo. El olor a ausencia. Los restos. La frialdad del hormigón cuadrado. Lo medido del lugar al que terminamos por pertenecer... hasta dejar de ser. 

No quise que la niña lo viera. No es lo mismo los escasos minutos que dura un enterramiento que ser testigo del proceso de exhumación y limpieza del sitio. Esta mañana después de dejarla a ella en el trabajo y a los niños en el cole, mientras conducía, dieron en la radio la hora. Me pareció estar mirando mi reloj de pulsera cuatro años atrás. Allí de pie. Hoy hacia tanto frio como aquella mañana. Entonces no me dolía nada. Era una mente indolente, a pesar de que mi cuerpo tiritaba, recuerdo tan bien la tiritera por no tener abrigo, la nariz helada. 

Nos dijeron que a las nueve en punto tenia que haber un testigo para la exhumación y preparación del nicho. Papá dijo que iría él, pero yo aún recordaba su cara cuando sacaron a su madre, ¿te acuerdas? No quisimos dejarlo ir solo y fuimos con él. Entonces hubo quienes os criticaron por dejarme acompañaros a esa edad. Esa mañana, allí sola, agradecí que fuerais unos padres tan poco convencionales. No quise hacer a papá tener que ver los restos de su padre, bastante había pasado con perderte. Así que le mentí. Le dije otra hora. Fue la primera mentira de muchas que he tenido que hacer uso desde entonces, pero sabes mamá... desde entonces cada vez se da menos cuenta. Desde entonces va dejando de ser tu hombre, si le vieras ahora...

Salí de la sala del tanatorio y la niña corriendo se dejó venir detrás.  Le había dicho que papá no pasaría más disgustos ese día. Quiso ir ella para evitarme el mal rato a mi. Me dijo que como no había conocido al abuelo, no le afectaría tanto. Le dije que no. Que se quedara por si papá preguntaba por mi, que era mejor que evitara ver ciertas cosas que nunca había visto. Ya sabes que es dura, pero también es nuestra niña y habíamos pasado las cuarenta y dos horas más duras de nuestras vidas hasta ese momento. Tenía el deber de evitar que sufriera más. 

Dicen que genio y figura hasta la sepultura, jejj, no veas como estaba el viejo. Te juro que no lo fotografié por no parecer más rarita de lo que ya aparento. El abuelo tenia el esqueleto intacto, nada que ver con los restos que vimos de la abuela. Vaya si el tío se había cuidado. Quise ser objetiva, curiosa. Saciar mi curiosidad y no sentir nada. Pero se siente mamá, se siente. Tuve que pedirle al operario que mantenía sujeta la bolsa mientras el otro arrojaba los huesos dentro, que hiciera el favor de mantenerla por encima del suelo. Comprendía que para ellos solo eran huesos y un trabajo rutinario, pero para mi, seguía siendo mi abuelo. El sonido de los huesos al chocar contra el suelo era demoledor en todos los sentidos. Lo comprendió al acto y corrigió el descuido. 

Tardaron más tiempo del que recordaba. Hacia mucho viento esa mañana. Guillermo se acercó un poco antes de que los operarios empezaran y me preguntó si estaría bien. Le dije que sí. Luego se apartó, lo veía allí a lo lejos, era como tener un hermano mayor por si pasaba algo. Pero me sentí muy sola sin ti, esa es la verdad. Lo comprendí en el momento que terminó la limpieza del nicho y el operario encargado me dijo que si me parecía correcto. Tuve que agacharme y mirar lo que me pareció un túnel infinito. No solo pensé que tenia que dejar tu cuerpo allí  (me tuve que resignar a esa idea y sepultarla antes que a ti fue complicado) me sienta muy mal la resignación, madre. Y luego, bueno, luego fue el conocimiento, saber que no había nadie más por encima... que tú terminabas tu ciclo allí y yo... me quedaba al mando. No deseo esa soledad ni a mi peor enemigo. Aún así la alimento para recordarte, hacerte mía una vez más. Porque en mis recuerdos, ni en los más duros, te siento muerta. La realidad no es otra, vives en mi.

No sé si después de todo sea esa la vida eterna. O si realmente hay una más allá de este mundo corpóreo. Ahora estoy demasiado ocupada en solucionar problemas y tirar del carro, que no me da la vida para curiosear, apenas para tener esperanzas. Vivo el momento mamá. Ojalá sea cierto, ojalá haya un mañana diferente, no pierdo la fe, pero es el mazo lo que me mantiene ahora, no puedo dejar de golpear. Creo en la vida del espíritu, claro que no he perdido la fe en ello, pero son mis puños madre, son mis puños los que siguen golpeando. 

Comentarios

  1. No hay palabras por decir. Sólo te dejo mi abrazo más fuerte.

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    1. Los abrazos nunca, nunca, están de más. Y los fuertes, como de osos, esos que te dejan sin aliento... o te lo devuelven, son los mejores ;)
      Ainssss...

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  2. La vida puede ser agradable, incluso divertida pero de justa, lo que se dice de justa, no tiene nada.
    Saludos.

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    1. Puede ser Pitt, puede ser...
      A veces las situaciones que vivo o que observo vivir a otros me parecen muy injustas, pero nadie puede poner el punto cero en lo que es realmente justo. No sé, cuando mi madre murió pillé un gran rebote, no me pareció justo. Luego viendo lo que ha venido aconteciendo en mi familia, he comprendido que si bien no ha sido justo para mi, para ella si que ha sido muy justo . Porque se murió en el mejor momento, uno en que lo hizo peleando por una vida mejor en salud, y que al morir se ha evitado una vida de sufrimiento que con mucha probabilidad la habría matado de amargura.
      Abrazo.

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  3. Que tal Mento!
    Nunca he presenciado una exhumación, creo que hiciste muy bien, supongo que si ya para una persona adulta supone un golpe muy duro no quiero imaginar lo que debe ser presenciarlo a una temprana edad.
    Besos;)

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    1. Aquí pasando frio Fran, que por el Sur no estamos acostumbrados, jejeje.
      No recuerdo que edad tenía cuando a mi abuela se le cumplió el tiempo ese de enterramiento y tenían que sacar los restos. Mi madre compró un nicho en una zona más nueva del cementerio y hubo que pasar allí los restos de ella. Son imágenes que se te quedan grabadas ahí en algún lugar del disco duro y no pierden calidad. Eso sí, te ayudan a ver las cosas y reflexionarlas con mayor amplitud, al menos a mi me lo parece. Aunque lo que es bueno para una persona, no siempre lo es para otras, por eso aquel día no quise que mi hermana fuera ella. Mi madre estuvo resistiéndose casi 24 horas tras la operación, las últimas seis mi hermana las pasó sentada agarrada a su mano, mientras el protocolo de máquinas asistidas cumplían su cometido, yo fuera con mi padre que era el eslabón más débil. Luego cuando murió tuvimos problemas con la aseguradora "to sus muertos" por un fallo administrativo del gestor del seguro, no deseo a nadie lo que pasamos en aquellas horas después de lo que ya llevábamos pasado, hubo un momento en que mi hermana se acercó y me dijo: Gordita, tú te enteras de algo porque yo ya no puedo más. Estábamos todos reventados, no podía hacerla pasar otro trago más. Porque quiera o no, aunque la realidad es bien obvia, verla tal cual, cuesta.
      Un abrazo!

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  4. Aquí, los operarios son como más amables o más condescendientes, lo cierto es que el empleado de la funeraria me dijo que el se ocuparía de ir a la exhumación y que cuando llegaramos con mi madre ya estaría todo hecho. Y en efecto al final de aquel túnel a la mañana siguiente solo se podía observar una bolsa al fondo. Ahora están los dos juntos como querían, y yo prácticamente sigo subiendo cada mañana en mi paseo por las alturas de mi ciudad medieval y ya de paso entro para hacerles una visita y como me coge de paso también a una amiga muy especial. Y es cierto lo que dices no siento que están ahí yo los siento vivos y al salir, como ya te decía le tiro un beso a mi amiga y le digo algo en mi cabeza porque creo que ella donde quiera que este me escucha. Ya sabes los de ciencias... "La materia ni se crea ni se destruye. Solo se transforma.

    Un beso

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    1. Hola Erik, aquí también lo hacen así. Lo que ocurrió aquel día fue un desencadenante de infortunios sucesivos que parecía que no iban a terminar nunca. Mi madre falleció a las seis de la tarde y eran más de las once y media del sábado cuando conseguí encontrar una compañía funeraria que me la enterrase. Mas de cinco horas en el mortuorio del hospital, viendo gente llegar e irse con sus muertos (medio en paz) y la compañía nuestra, por culpa de un error administrativo y una empleada en prácticas, se negaron a atendernos diciendo que habíamos cometido fraude contra el seguro. Eso si que fue desagradable, sin saber si a mi padre se le repetiría en el acto el ictus, yo llevaba tres días sin dormir y apenas entendía ya las negativas de la compañía, ni porque necesitaba pagar por adelanto en el acto a las funerarias para que vinieran, sin tener el dinero que solicitaban, y cerrando el tanatorio a las doce (un protocolo desconocido que descubrí ese día también) si no encontraba quien se llevara a mi madre de allí teníamos que pasar a la sala de espera del hospital hasta las ocho de la mañana. Y mi padre diciendo que él se llevaba a mi madre a casa y la enterraba el mismo. Vamos... te puedes hacer una idea, a mi a veces me parece como una mala pesadilla que ni ocurrió.
      Lo que cuentas me da paz al corazón. Yo creo en la vida del espíritu, no soy de ciencias, pero creo que algo de quienes somos siempre queda y permanece, ¿dónde? no tengo ni idea, pero se siente. Y sí, tal como lo cuentas es una forma bonita de vivir el amor y hasta romántica. Soy de las que piensa que ni siquiera la muerte puede separar a las almas gemelas.
      Un abrazo!

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  5. Tremendo. Una emoción desoladora y a la vez plena,plena de amor. Abrazo emocionado.

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    1. Ay Luna, mi vida es un circo, a veces cómica y otras en plan tragedia de las buenas... naaa... lo normal. Son esas cosas que nos pasan a los que estamos vivos y que la mayoría no cuenta porque no tiene un blog, jejj.
      Yo antes lo escribía todo en un diario a mano, que es como me gusta, pero como ocupaba demasiado sitio, ahora lo largo aquí y lo comparto con todos, así de camino si le sirve a alguien para algo, pues me merece la pena doblemente.
      Un abrazo!

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    2. Por supuesto que sirve...siempre sirve la emoción expresada.
      A mi me encantas!
      Un beso.

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  6. No me equivoque cuando alguna ves te dije en otro blog, que sentía un dolor muy profundo dentro de ti, te comprendo, el tiempo no sana heridas y lo que expresas en este escrito es muy bello, muy personal, muy sanador. Tampoco se si hay algo mas allá de este plano existencial, pero cuando estaba en terapia intensiva luchando por mi vida, vi un lugar oscuro, vacío, muy grande, creo que cuando llegue nuestro momento, tendremos que emprender un viaje nuevo en busca de quien amamos, y esta vida nos entrena para ese otro camino.
    Muy conmovedor Mento .
    Ahora que se que no me equivoque sobre quien eres, te digo que me da mucho gusto saber de ti nuevamente, te aprecio.

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    1. Lo que llevo por dentro Jorge, es complicado de sacar, solo lo dejo ver a poco... Soy una mujer complicada, con una personalidad y un mundo interior que no siempre encaja con el entorno. Lo que hacemos, lo que decimos, escribimos, terminan por ser acciones que repercuten en el entorno más cercano. Las personas como yo, deben tener cuidado de no dañar, no influir negativamente, ya que resultamos demasiado contradictorio para muchos. Pero soy yo, la misma. Intentando hacer las cosas de la mejor manera que sé y buscando una salida. Porque a veces la vida se nos plantea como un laberinto imposible.

      Un día dejé de escribir mis experiencias espirituales, porque para loca, me basto conmigo misma, no me da la gana tener que andar eliminando comentarios. Además comprendí que a veces se llega más a la gente usando otra técnica de mensaje, aunque el contenido sea el mismo. Soy espiritual, aunque la realidad no pare de darme hostias para imponerme lo contrario. Lo único que tengo claro es que cuando llegue ese momento no vamos a estar solos, porque entonces podremos comprender el lenguaje de quien nos ha acompañado a lo largo de toda la vida en "silencio".
      Yo también a ti. Un abrazo.

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  7. Siempre dejas una reflexión para la mente y el corazón que no te deja indiferente. Gracias por compartir sentimientos tan profundos. Un abrazo

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    1. Ay Angelo... viniendo de ti esas palabras me llenan de un extraño orgullo. Que seas tú quien me lo dice siendo a quién considero uno de mis maestros de la blogosfera. Y siendo tu casa siempre ese lugar al que paso a leer, pararme, volver al Maestro, a la quietud que cas nunca encuentro. Mantenerse firme es tan duro Angelo, tan duro. La fe ayuda, pero no evita que duela, que tengas que elegir, permanecer firme. El entorno es tan hostil, que aunque son mis puños los que no dejan de golpear, sino fuera porque sé de donde llega mi energía... no sabría cómo avanzar.
      Un fuerte abrazo!

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  8. Vivi junto con mi madre esa misma situación, por mi abuelo y desde aquello mi madre y yo tomamos una determinación, y es que no volveriamos a pasar por eso, ni hacer pasar por eso a nadie, así que cuando mi padre murió se le incineró y mi madre me ha pedido lo mismo. Y en tu situación además iban unidas otras circunstancias aún más dolorosas, que hacían de aquel momento ya de por sí difícil, algo tremendo.
    Sabes, aunque el día de la exhumación de mi abuelo no se me olvida, no fue tan duro como el besar a mi padre justo antes de que le incinerasen, esa sensación de estar besando a una estatua de mármol, fria, carente de calor, de vida, es algo que jamás va a irse de mi, es algo que sigue helándome el alma.
    En fín...
    Abrazo inmenso.

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    1. Me crie entre personas mayores, crecí entre la enfermedad y la muerte, aunque suene literario, era muy real. Eso que dices de tu padre lo viví por primera vez siendo una niña, luego con quince, se me murió en los brazos mi abuelo (el mismo del que hablo arriba) era un tipo engreído, egoísta, mala persona. Lo era para su mujer, sus hijos, era un bicho con patas de esos de antes, pero por alguna extraña razón cuando mis padres fueron a vivir a su casa conmigo porque mi abuela enfermó, él cambió (solo conmigo). Nos fuimos con ellos cuando yo apenas había cumplido dos años, con tres ya leía, gracias a él, se pasaba todo el tiempo conmigo enseñándome cosas... y yo que no tenia hermanos, con él. Era un gran hijo de puta, pero para mi era mi abuelo, mi amigo, mi compañero de batallas de niña, conmigo siempre fue bueno. Lo que me dijo antes de morir cambió mi modo de entender la vida y las relaciones humanas. La muerte es algo tan natural, tan nuestro, aunque nunca me deja de sorprender lo fría que nos sigue resultando.
      Gracias por compartir un trocito tan personal de tu historia, no es fácil, no para todos. A mi me dicen que tengo facilidad para hablar de ello, pero la verdad dista mucho de ello. Por eso lo agradezco tanto cuando otros lo hacen frente a mi.
      Un abrazo grandote para ti y otro para tu mamá.

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  9. Nos preparan para la vida únicamente y también debieran prepararnos para la muerte.
    Emotivo relato.
    Un placer leerte
    Beso

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    1. La vida Charly, la vida... ese el el mejor relato que podemos contar, jejj. Claro que... es fundamental hacerlo mientras estamos vivos.
      Abrazo.

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  10. Palavras emotivas, plenas de tristeza e de desilusão que mostram claramente que nossa vida se transformou numa incerteza permanente e nada pode ser cambiado porque vivemos uma sociedade muito individualista, onde os valores da fraternidade e da solidariedade se vão perdendo. O teu relato me emocionou, porque compreendo bem tudo quanto sentes.
    Tudo é tão breve, minha amiga! Por isso, vamos desfrutar tudo quanto de bom a vida ainda tem para nos dar, vivendo cada dia como se fosse o último!

    Um abraço fraterno!

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    1. Gracias por tus palabras, aunque sea algo tarde mi respuesta.
      Hoy me ha saltado esta entrada como una de las más visitada, y al curiosear, me he dado cuenta que en su momento pasé por alto responderte.
      Sí, ciertamente la vida es una y debemos vivir los momentos lo mejor que podamos, para bien o para mal, tenemos la gran oportunidad de ser animales capaces de razonar nuestra propia caducidad y la de los nuestros.
      Un abrazo.

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