#52RetosLiterup: ¡Sueña!

"Siempre reconoce la cualidad onírica de la vida, reduciendo el apego y la aversión. Practica la amabilidad con todos los seres. Se amable y compasivo, sin importar que te hagan los demás a ti; lo que te hagan no va a importar mucho si miras a todos como un sueño. El truco es tener una intención positiva durante el sueño. Este es el punto esencial, esto es la verdadera espiritualidad"

(Chakdud Tulku Rinpoche).

La niña onironauta nace cada noche al caer el sol. Ella es una gran soñadora, con la capacidad suficiente de crear y dirigir sueños a su voluntad. De despertar al amanecer y poner calma en la tormenta. Todo empezó hace muchos años, en el torreón de un inhóspito palacio, mugriento y con humedades, bajo una manta aun más mugrienta que olía a... 

... esa fue la clave. El olor. 

Ni el miedo que le provocaba la oscuridad, ni la puerta cerrada que comenzaba a crujir cuando "lo que fuera" entraba en la instancia... Fue el olor de la manta lo que al despertar, la inició en recopilar detalles. Cada vez que aterrizaba en ese momento, los detalles que iba acumulando le hacían tener conciencia, un poder del dominio de sus emociones. Alli, debajo de aquella manta, fue hasta tal punto la precisión de recopilarlos, que aquella vez ya no despertó como siempre.

Podía sentir el corazón, fuerte y arrítmico, en contrapunto con las extremidades agarrotadas, mezcla del frio y el miedo que hacia resistencia en ellas. El olor a heno húmedo, el chirrido de las bisagras, los pasos largos, arrastrados. El momento de que la descubrieran... lo sabia... También que se encontraba en un sueño. 

En el mundo onírico, la conciencia es el poder, y justo cuando quedaba desnuda frente a su oponente, comprendió que aquella alimaña lóbrega era solo la representación de aquello que temía, lo desconocido. 

─¡Fuera de aquí. Este es mi sueño!

Le gritó poniéndose en pie y sintiendo como todavía le temblaban las rodillas. Lo que vino a continuación era improvisado, nunca había llegado tan lejos en su sueño, era tan solo una niña de seis años. 

─No me puedes echar insignificante criatura, estás en mis dominios.

Respondió el espectro aumentando su tamaño y la espesura de la oscuridad que lo rodeaba. 

La niña cerró los ojos, concentrándose en recordar cada detalle que al despertar había conseguido recuperar de esa pesadilla. Comprobó que eran muchos. Uno de ellos, que la pared a su izquierda estaba incompleta. Sin abrir los ojos comenzó a empujar en aquella dirección a su oponente. Los abrió tan solo cuando sintió el vacío bajo sus pies y un grito ensordecedor. Ella se mantenía flotando en un cielo despejado, azul celeste, con esponjosas nubes blancas que olían a nata dulce. Bajo sus pies, cada vez más lejos podía oír la negación que se amortiguaba entre la espesura gris. 

La niña onironauta nace cada noche al caer el sol. Ella es una gran soñadora, con la capacidad suficiente de crear y dirigir sueños a su voluntad. De despertar al amanecer y poner calma en la tormenta.

Esta entrada pertenece a  52 retos de escritura para 2021 (#52RetosLiterup):¡Sueña! Inventa una historia corta de fantasía onírica.