Medio año ya...

“El hogar está donde está el corazón.” (John Green)

 ... manda huevos, medio año es todo un récord. Pero algun@s ya lo sabíais, yo siempre termino por volver a escribir en este blog, porque en él he ido creciendo como bloguera. Aquí siempre termino por encontrar mi lugar en esta odisea cibernética... y mi identidad, aunque deba pedir permiso para volver a hacerlo. 

Para mi escribir es la mejor terapia, llevo haciéndolo desde que era una cría. Escribir era mi forma de jugar, de divertirme y de pasar el tiempo. También de crecer. Alguien me dijo una vez que tengo una forma de desnudarme en mis letras que es fascinante. Creo que decía la verdad, lo confirmo, otra cosa es que escriba mejor o peor, porque cuando escribo no me importa lo que salga, no lo hago por quedar bien, escribo porque lo necesito para sobrevivir a mi misma. También he de medir con cautela aquello que digo, o escribo, sino... sería una ametralladora de fusilamiento. Y cuando las palabras que utilizas o lo que cuentas repercute en otras personas, una ha de ser consecuente y responsable de los daños colaterales que pueda ocasionar a su paso. Sobrevivir entonces no es justificación. Eso a menudo me hace perder las ganas de escribir, me limita, es lo que ocurre cuando escribes a cara descubierta sin un nick. Ahí están todos los prejuicios sociales, los modelos a seguir, los "deben ser" y yo nunca encajo del todo en ninguno. No es que me importe mucho, pero me afecta, sino no me robaría las ganas, obvio. Eso me ha pasado este tiempo, que de pronto pese a tener muchas cosas que contar, no me apetecía tener que batallar con los mensajes que modera este sitio, tengo mi corazoncito, eso es todo. Y cuando tienes un blog donde te "desnudas" has de estar en todo momento en guardia para encajar las opiniones y los juicios ajenos y sino... haces como le digo yo a mis hijos: "todo lo que no quieras que nadie sepa, no lo tengas en el móvil".

Vamos al lío...

En lo personal no es que en medio año haya cambiado mucho mi situación, sigo como quien está en una mala pesadilla e intenta despertar a toda costa, porque sabe que cuando lo haga ese mal momento habrá pasado. Eso significa que tengo esperanzas, pero joder, el año de la pandemia está siento tan miserable para mí, como para la gran mayoría, y me cuesta... coño, que si me cuesta. Deseando estoy de mandar a tomar por culo el 2020. Aunque soy consciente de que eso no va a cambiar nada la situación.  

Estos días escucho a todo el mundo (por la tele) con el típico rollo de las fiestas, eso si que no ha cambiado, aunque los propósitos para el año nuevo ya no sean tan chorras como los de años anteriores. Soy de ese sector que piensa que los humanos rara vez aprendemos algo a la primera, así nos abran la cabeza y nos lo inserten dentro. La Covid debió encender el interruptor para ser capaces de un cambio, pero dudo realmente que eso sea posible, más allá de una escasa minoría... que tampoco es que necesitaran para ello una lección de esta índole. La nueva cepa de la Covid no es na´ comparado con lo ceporro que terminamos por ser algunos y "que Dios nos coja confesaos" como se dice aquí abajo, por ignorar lo que es tan obvio. Me dan arcadas cuando sentada en el pequeño saloncito de mi padre, veo y escucho junto a él las noticias. Tan cansina la información adoctrinada que reciben tantas personas a través de la caja tonta... tan absurda nuestra sociedad en la calle cuando salgo a comprar lo básico o voy a clases, observo el mundo en que vivo y me pregunto a mi misma cómo podemos ser el animal más inteligente de la creación o la evolución... llámalo como quieras. En ambos casos creo que la gran mayoría tiene la capacidad de razonamiento de una lombriz.  

En casa el virus no ha hecho estragos (a Dios gracias)... de momento ninguno lo hemos pillado. También he de decir que los niños colaboran mucho en eso de salir, sobre todo por el abuelo, y han cerrado lo posible su modo de relacionarse con las amistades, acorde a los tiempos que corren. He de decir que me siento muy orgullosa de ellos por lo bien que lo han encajado y como lo llevan. Por el cariño que muestran al abuelo. Y hablando de cariño, quiero daros las gracias a quienes en este periodo de silencio habéis seguido escribiendo por privado e interesándoos, especialmente por mi padre, que desde que mi madre murió no recibe apenas visitas, y aunque con su cabeza a medio perder, es consciente de muchas cosas (ahí lo dejo caer, para los allegados ausentes... que si pasareis por aquí para alcahuetear). 

En cuanto a mi y mis historias, ya iré contando cómo me ha ido estos meses. De momento vuelvo a tener ganas de seguir escribiendo y eso es ya un gran cambio. 

Me acabo de dar cuenta que ya es veintidós, así que prácticamente he vuelto como la lotería... por navidad. Ojalá mañana muchas casas puedan celebrar algo bueno. Me acabo de acordar de lo que me dijo mi hermana el otro día mientras la llevaba al trabajo, me dijo: "Gordita, qué te apuestas que tenemos tan mala suerte que este año nos toca la lotería" Me quedé un momento mirándola a ver por dónde salía... aunque la conozco como si la hubiera parido. Va y me suelta mientras nos partíamos de la risa, porque ésta llegó antes que la aclaración: "que si coño, porque este año que no vamos a poder salir a la calle a celebrarlo y tirarnos el champan encima, seguro que nos toca, pa' jodernos la celebración".

Jejeje...

Lo dicho, suerte a quien madrugue mañana con esa ilusión .