FIESTAS AL MARGEN.


“¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!” 
(CHARLES DICKENS).

Y cuando escribo al margen, lo que realmente quiero decir, es que este año por primera vez desde que ella se fue, he vuelto a celebrar la navidad con mis ojos de niña... aunque ahora yo sea la madre. 

Las últimas tres navidades, han sido difíciles, no por el típico sentimiento melancólico y ñoñas de las ausencias en estas fechas, no. Es que la navidad es mi fiesta favorita del año, ese espacio de tiempo en bucle que me da la oportunidad de reconciliarme con la criatura que un día fui, alimentar mi niña interior, y sentir la magia de respirar dentro de un "domo de nieve". 

Como decía, estás últimas, sólo han sido resistencia, nada que celebrar. En cambio este año tan rarito, con toda la mansalva de pandemia, relaciones sociales y familiares con normativas y más historias. Ha resultado que en casa al ser diez convivientes, nuestra situación ha sido de lo más normal de la navidad. Y aunque suene egoísta por mi parte decirlo, le hice una peineta al resto del mundo. Disfruté mi cena sin necesidad de cábalas, ni ostias, ni malos rollos típicos de estas fechas, a los cuales se les añadió este año los de las normativas preventista y los anti cívicos. En casa, con los míos, relajados, y con lo más valioso que tenemos, la oportunidad del momento y el estar vivos. 

Este año he sido realmente egoísta, ya lo he dicho, y me he centrado en quienes realmente me importan. Porque me he cansado de tanto cumplimiento concentrado en un breve periodo de tiempo. La última navidad con mi madre, tuve la oportunidad de saberlo y despedir el año absorbiendo cada instante para el resto de lo que me quedara. Esa es una experiencia de la que he aprendido mucho. Porque rara vez uno puede llegar a saber cuando será la última cena, la última copa, el último abrazo, el último te quiero. La vida nos da constantes oportunidades, pero el instante de rotura siempre aparece en ese que nos resulta el momento menos apropiado. Y entonces ya no hay más oportunidades.

Recién fallecida mi madre una amiga me dijo: "Pensamos que nos convertimos en madres cuando tenemos a nuestros hijos, pero cuando realmente una se convierte en madre es cuando le falta la suya". Pensé en ello los días previos a estas fechas. Mientras veía como el mundo se agitaba en tantas preocupaciones para los días celebrativos, la mayoría absurdas e innecesarias. Comprendí lo dichosa que yo era por tener a mis tres hijos en casa. Experimentar esa dicha me llevó a la ilusión de estás fechas, a las ganas de celebrar, a la necesidad de arrinconar el dolor a un lado, y celebrar el instante con los míos. Reconciliar a la niña curiosa con la madre imperfecta, para ser consciente que después de todo no lo estoy haciendo tan mal... Sentí la gratitud de la oportunidad y de la conciencia, eso a lo que yo llamo el milagro de la navidad. Porque al fin de cuenta y pese a ser la única especie  capacitada con autoconciencia... nadie me puede garantizar la navidad que viene. 



Comentarios

  1. Sólo decirte que, una vez más, me ha emocionado leerte, tal vez porque siento mías cada una de tus palabras. Y repetirte lo que ya te he dicho, que te deseo lo mejor del mundo en este 2021 porque menos no sería suficiente para vos; y un gracias especial, por ser y estar, de verdad.

    Muchas felicidades, Mento, para vos y los tuyos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Somos mujeres, madres, no nos queda otra que ser guerreras Alma. Así que... enfrentemos el 2021 de cara, y tratemos de conquistarlo con todo lo bueno que podamos sacarle ;)

      También a ti, por estar en la distancia, y saber cuando darte a notar ;)
      Abrazo de oso... grande, grande, que os abarque a todos.

      Eliminar
  2. Que tal Mento!
    La verdad que este mundo a veces se merecería algo mas que una peineta, a mi últimamente viendo ciertas cosas me dan ganas de ponerme en "modo avión" y mandar a mas de cien a donde tu ya sabes... En todo caso me quedo con la sinceridad de tus palabras y te agradezco que compartas tus pensamientos y estados de animo.
    Ah, por cierto, que razón tenia Dickens, a mi en casa me dicen que siempre estoy con las batallitas a vueltas, es que el año pasado me convertí en abuelo...jeje
    Esa postal que ilustra el post me resulta muy familiar y entrañable, creo recordar esos diseños, me gusta.
    Lo dicho, que pases unas felices navidades, besos;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Solo a más de cien? jajaja... Yo los agruparía por millares, pero... hay que vivir en sociedad amigo, habrá que tener paciencia.

      Dickens me gusta mucho, tienes unas pinceladas en sus letras que dan para la reflexión largo rato. Y qué seria de nosotros sin esas batallitas y gente que las conmemoran para los que vienen detrás. A mi me gusta la gente así. Mi felicitación por esa que yo llamo la segunda paternidad, que es cuando os hacéis abuelos, jejeje... Tiene que ser un momento muy especial, porque cada cual afronta esa nueva etapa de una forma.

      Mira yo tengo a mi hermana a la que le llevo quince años, la considero mi hija mayor, porque solo me faltó parirla. Ahora tiene cuatro hijos pequeños que tengo en casa, eso me convierte en una mutación extraña de tía- abuela... o yo que sé. Porque del mismo modo que quiero a su madre como si realmente la hubiera gestado, quiero a mis niños. Es una experiencia que aunque se cuente parece que nunca se encuentran las frases concretas. Es lo más valioso que poseemos, los hijos y los hijos de nuestros hijos, nuestra heredad, lo que somos, lo que seremos incluso cuando ya no estemos. Yo me pongo muy tonta con estas cosas, pero cuando les miro, se que por encima de tantos miedos que vivir provoca, está la grandeza del momento y la oportunidad de disfrutarlos, y eso lo supera todo, así que disfruta de los tuyos tanto como puedas.

      La imagen es de Juan Ferrándiz Castells, para mi el gran ilustrador de mi infancia. Me encanta toda su obra. Mis navidades llenas de sus christmas, las comuniones de sus estampitas, mis cuentos troquelados... ay... Es una nostalgia y un respirar infancia cada vez que cruzo con él que... no me pierdo disfrutar de esos instante. Y esta imagen la elegí porque me veo muy reflejada, es como si me hubiera dibujado a mi. Soy católica, pero pienso que el mejor modo de vivir la fe es desde dentro y que se note en lo que haces hacia fuera. A Dios se le lleva en la mente, más que en el corazón, porque es la mente la que razona, la que no se doblega y la que a la hora de hacer el bien... más porculo da, jejj.

      Un abrazo y a empezar el nuevo año con fortuna junto a los tuyos.

      Eliminar

Publicar un comentario

☝💬 Las palabras liberan a las personas, deja escrito lo que piensas. Se admiten todo tipo de opiniones, consejos y críticas. Luego ya veré si lo publico...
... o no 😉.