De confinamiento, familia y retos...

Por ahí te puedes ir a la mierda Y por ahí a tomar por culo

"Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa"(Epicteto).

Discúlpenme... 
Es que cuando de totalitarismos se trata, me cuesta ser políticamente correcta. Y cuando de mi causa se trate no me gusta que pretendan venderme la moto. Estos días de confinamiento veo y escucho tantas cosas por la tele sobre los abuelitos que me dan arcadas y se me agota la paciencia. A mi no me gusta juzgar a los demás, por la sencilla razón de que no me hace ni puta gracia ser juzgada y le planto cara a quien se atreva a hacerlo, para que si tiene algo que decir me lo diga de frente. 

Resulta que estos días de confinamiento, de coronavirus, de noticias de residencias de la tercera edad, y de tantas personas opinando al respecto... termina por hincharseme la vena. Mi madre era de esas personas que decía que cuando se hiciera mayor quería irse a una residencia, mi padre por el contrario no. Es lo bueno de la individualidad, cada uno es libre de sentir y pensar como quiere y actuar con consecuencia a ello. Partiendo de esto, aprovecho para decir que yo no juzgo ninguna de las posturas. Lo que me molesta realmente es cuando la gente trata de disfrazar, de dar la vuelta, de justificar su postura con el tema. Estos días con lo que hay liado con el modo en que está atacando el virus a nuestros mayores en los centros donde viven, te lo juro que me dan arcadas algunas cosas que escucho (léase que he dicho algunas). Entre ellas que los centros son los mejores lugares donde pueden estar nuestros mayores. 
(Pausa)... Un momento.

¿Qué mayores? ¿Cómo dicen? ¿De qué mayores me hablan? Ni ostias... de ese grupo de mayores saquen a mi viejo. Y a muchos otros que desgraciadamente no tienen más cojones que aguantarse con lo que los hijos, o la autoridad competente han decidido para ellos. (Solo hay que echar un vistazo a las estadísticas y ver dónde están acogidos los abuelos que superan los 100 años... en casa con los suyos). Si hay algo que aborrezco a reventar es ese puto buenismo que se termina por convertir en una verdad de tanto ser repetida. Ya se sabe que todo el mundo tiene cosas que pagar, y trabajos que realizar, y responsabilidades que asumir, y no saber donde meter a los padres, o cómo hemos de cuidarlos, y se opta por lo que se cree mejor para ellos, para que sean mejor atendidos. Pero generalizar estas verdades y pretender que sea un totalitarismo... como que no, conmigo como que no. Y no me obliguen a decir por dónde se pueden meter ese tipos de verdades que pretenden hacer absolutas, porque ni me lo pienso para responder. Nos hemos convertido en una sociedad consumista, esa es la realidad que nos han metido, bien metida, sin que nos diésemos cuenta y sin que queramos reconocerlo. Y en un sistema como el nuestro todo lo que queda obsoleto acaba donde pocos se atreven a poner nombre...

Vivimos a un ritmo vertiginoso, donde todo lo que no se adapte va al cubo de la basura o al de reciclaje. Yo no voy a señalar a nadie con el dedito, oiga, cada uno tiene su propio sistema de defensa y su mano que mece la cuna... vayan ustedes en paz con sus conciencias, que aquí quedo yo con la mía. 

Son tiempos nuevos y las nuevas generaciones enfrentan lo de cuidar a los padres de otra forma. Hoy día parece anticuado, incluso estoico, que los hijos sacrifiquen su tiempo en favor de los cuidados de sus progenitores. No, no es que yo sea retrógrada. Simplemente es que cuando escucho ciertas conversaciones y el modo en que la mayoría se justifica, me repatea. Luego también están los que  encima intentan dar por máxima esa filosofía de vida y su forma de actuar, queriendo que sea la regla absoluta para todos. Para los segundos, los que intentan imponer ese modo de actuar va sin ningún miramiento, ni respeto por mi parte, la imagen que encabeza este post (.)

Cuando mi madre murió y a los tres meses le dio a mi padre el ictu hubo quien me dijo que con lo que cobraba él podía hablar con La Junta y solicitar una plaza para meterlo en una residencia. Yo decidí dejar de trabajar y con su paga tenerlo en casa y estar con él. Tengo miedo, no voy a mentir, no estoy cotizando y mi situación económica ha empeorado. A veces me pregunto qué va a ser de mí cuando él ya no esté y deba volver al mercado de trabajo, para entonces seré una excluida por edad y mi perfil laboral seguramente será obsoleto para la mayoría de empresas y... (Me detengo y me niego a dejar al miedo que me haga estragos). El mañana aún no ha llegado. Lo que tengo es el ahora y a mi padre que necesita que yo le cuide. Y sí, a veces es egoísta e intransigente, sí, sí, la gente mayor se vuelve muy empachosa, justamente como niños cretinos y egoístas. Tal como  éramos nosotros cuando ellos renunciaron a muchas cosas por criarnos. Pero claro de esos valores cada vez saben menos las nuevas generaciones. Porque hoy los hijos se crían también en centros que llamamos guarderías, y clases particulares y personas a las que pagamos para que nos los cuiden y eduquen. Porque hemos adoptado necesidades sociales que nada tienen que ver con la naturaleza gregaria de nuestra especie. En fin... ya sabes que yo no tengo filtro, si una especie como la nuestra no es capaz de proteger de verdad a los individuos débiles, merecería la extinción. Pero tranquilos que filosofías, políticas y éticas de todo tipo ya tenemos, y si no las inventamos para justificar la peor de nuestras incapacidades, que somos incapaces de amar y hacer el bien sin limitaciones a los demás. 

Cuando me haga mayor con toda probabilidad iré a vivir a una residencia, lo haré por voluntad (si sobrevivo a esta puta epidemia). Pero hoy, en este confinamiento obligatorio, mirando de frente al enemigo, me siento con fuerzas para cuidar de mi viejo y enfrentar juntos lo que haya que venir. Mi padre no tiene miedo ni a enfermar, ni a morir, solo me ha pedido que quiere hacerlo en su casa y yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano porque así sea cuando llegue el momento. Y mientras... Pues lo llevamos como la mayoría de españoles, comunicándonos a través de mensajería con mi hermana y su familia. Retandonos entre nosotros a poner un poco de humor en nuestras vidas. Ayer con el reto de la harina pasamos la tarde de una punta de Sevilla a otra, acortando distancias sin salir de nuestras respectivas casas. El video está formado por imágenes de los videos de cada participante, y por la participación completa de mi viejo al que yo reté y quien aceptando el reto y tomandonos un poco el pelo al principio, retó a su otra hija. 

Como dice mi padre: "¿Miedo de qué? estamos aquí para vivir y cuando toque morirse se va uno y ya está, si eso es lo más normal que te puede pasar por estar vivo. Desde que uno nace sabe que tiene que morirse algún día. Lo que hay es que intentar vivir lo mejor posible y aprovechar cada momento". 

Pues eso... nosotros por lo menos lo estamos intentando. 



Comentarios

  1. Me parece muy interesante tu punto de vista, muy consecuente y responsable.
    En una conversación con mi madre estuvimos hablando justamente de esto.
    Yo le decía, que mientras que ellos estén bien... cada uno en su casa (porque tienen un carácter bastante difícil, los dos y chocamos bastante -sobre todo con mi madre) pero que en el momento en el que falte cualquiera de ellos, o no puedan solos, o tengan alguna enfermedad... mi casa y yo, los recibiríamos con los brazos abiertos.
    Soy de las que piensan que volver al nido es para los mayores un remanso de paz, ellos nos lo dieron todo (o lo que pudieron) en su momento...y deberíamos dar lo mejor de nosotros mismos cuando lo necesiten.
    Mis padres viven fuera, yo vivo en la casa de siempre, donde nací.
    La casa y mis padres, son mi hogar.
    Que hayas tomado la decisión de estar con tu padre en estos momentos, dice mucho de ti, generosa con él, con el presente y con todo lo que nos está tocando vivir.
    Que gracioso en el video, me reí.
    😊
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Sabes Laura? Siempre he pensado que somos 50℅ de la educación y el ambiente en que nos educamos y el otro 50℅ de las experiencias y las decisiones que tomamos. No sé si soy responsable o simplemente una loca sin directrices. Pero dentro de mi cabeza solo vivo conmigo misma y necesito el equilibrio propio.

      No te conozco, pero por lo que me acabas de contar de ti, pienso que nos entendemos mutuamente.
      De joven viví fuera, pero cuando decidí sentar la cabeza tuve muy claro donde sería (vivo en un terreno familiar junto a la casa de mis padres y mi única hermana, en el campo) Eso me ha traído problemas de convivencia familiar, en ocasiones estos años atrás. Pero en días como los que vivimos soy consciente de que tomé elecciones acertadas.

      Mi padre hoy se ha levantado algo malito. Pero las risas y los instantes buenos como los del video, ya nadie puede quitárnoslos. Tengo mis propias reglas de vida y necesito ser fiel a ellas para mantenerme en pie, siendo feliz, incluso en los peores momentos.
      Gracias por compartir tu experiencia conmigo, me reconforta conocer las historias de los demás, porque siempre es una oportunidad de seguir aprendiendo.
      Abrazos!!

      Eliminar
  2. Ma parece lo mejor, yo tampoco quiero a mi madre en una residencia, espero convencerla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vas a necesitar un gran aporte de suerte, jajaja... las madres somos tela de cabezotas.
      Imagino la situación con mi madre (si ella viviera) y te aseguro que aún imaginando una posibilidad ya no viable, me cuesta asumir que ante todo está el aceptar la libertad y dignificar la elección del individuo.

      Por mi voluntariado he tenido la oportunidad de ver abuelitos muy felices en centros y también otros muy desgraciados. Pienso que ese como hijos es nuestro verdadero reto: respetar la voluntad de nuestros mayores procurando que su última etapa sea como decidan pero acompañándolos siempre.
      Saludos.

      Eliminar
  3. Solo decirte que tu decisión habla de ti como persona y sobre todo, como hija. El vídeo es divertido y yo te felicito por todas esas risas y sonrisas que le dejas cada día.

    Mil besitos, Mento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que mi hermana está ahí por si en algún momento me fallan las fuerzas para arrimar hombro, pero imagina con la prole que tiene... necesita más ayuda que nuestro padre.

      Lo del reto de la harina fue cosa de mi hermana y los niños. Desde casa el que si empezamos fue el de cantar, joder, igual hasta lo subo, jajaja, (aunque mi Lucy me mata). Mi padre es una persona sin sentido del ridiculo, y muy gracioso, si vieras la de videos que tiene haciendo el payaso con los nietos o conmigo... Siempre he dicho que el día que me falte mi padre ya no volveré a reír nunca igual. Se apunta siempre a un bombardeo, eso cuando no está de mala hostia y en plan mis cojones que es su otra vertiente, jejj.
      Abrazos!!

      Eliminar
  4. jajaja tu risa es contagiosa, y tu padre muy colaborador..
    Hay que buscar momentos divertidos los demás vienen solos..
    Abrazos
    S

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira, llevábamos más de una hora enviándonos mensajes de videos con el reto. Yo estaba ya en trance de la risa con la ocurrencia de mis sobrinos y justo antes me había tocado a mi (Hubo en percance con los "airbag" que no me dejaron llegar bien al plato y mis hijos me metieron harina al levantar la cabeza a manos... que casi me ahogo pero de verdad porque me estaba riendo a pulmón).

      Y mi padre es un socarrón el primer intento era para demostrar quien es el más chulo. En casa nos reimos de todas las "negrás" (mi padre y yo) de no ser así no seguiríamos en pie. Cuando empezó lo del coronavirus lo primero que dijo fue: Tiene cojones que ahora que he llegado a cobrar mil euros, no me voy a poder morir tranquilo, por cojones voy a tener que aguantar otros pocos de años vivo hasta que levante la economía del país para ayudaros con la paga, porque ahora si que va a estar la cosa jodia para encontrar trabajo. (Y es gracioso oírlo decir que primero les suben las pagas para quedar bien y ahora les endiñan un virus para quitarlas).

      Y si, pienso que incluso en los malos hay que poner la nota discordante de humor.
      Saludos.

      Eliminar
  5. Yo también estoy hasta las narices de tanto buenismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya. Pero a la mayoría es lo que le gusta... aparentar normalidad.
      Es la sociedad que nos hemos montado y ahora nos toca apechugar con ello.
      Saludos!

      Eliminar
  6. Aplaudo tu manera de actuar, hace falta valentía para hacer algo así. La mayoría oculta su cobardía en un acto de egoísmo puro.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Elvis.
      Gracias por tu dejar tu opinión. ¿Sabes? Yo no me considero valiente, pero si soy generosa, aunque esté mal que yo lo diga. Supongo que es más una cuestión de necesidad, porque cuando ésta aprieta, sale a flote lo que llevamos dentro. Para mi no es más que una cuestión de deber, me debo a mi conciencia para ser feliz.
      Saludos.

      Eliminar
  7. Ufffffffffff si me pondría a hablar de buenismos!
    Sin olvidar los que te quieren enseñar a vivir y tienen escrito la palabra "fracaso" en letras mayúsculas en la frente!!!
    Y creo que ese último párrafo, con las palabras de tu padre, es de una sabiduría alucinante... de enmarcar.

    Sabes que coincido en cada palabra y (.) tuyos... no cambies nunca!

    Abrazo de oso, Rubia!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me decía Mayo el otro día que soy algo bruta en mis expresiones cuando comento. Pero soy así de verdad, a mi los buenismos y el ceder con tolerancia a ciertas cuestiones, como que no. Ni en persona, ni por aquí. Que de tan buenos que hemos querido ser y posicionarnos, se nos han ido de madre las situaciones, y si encima me la intentan meter... pues no.

      Y en cuanto a mi padre, tengo la fortuna de parecerme en muchas cosas a él, por lo que me cuesta menos aceptar sus cosas malas y disfrutar de las buenas.
      Abrazo grande!!

      Eliminar
  8. Jajajaja qué buenos ratitos. Disfrútalo mucho!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Síiii, jajajaja... aqui otra cosas no, pero reírnos... un montón :)
      Saludos.

      Eliminar
  9. Mucho buenísmo, mucha hipocresía y gente que se cree con derecho a decirle a otros lo que deben y lo que no deben hacer. Personalmente creo que cada persona sabe sus circunstancias, lo que pueden y no pueden hacer y a partir de ahí, allá cada cual con su conciencia.
    Estoy segura que tu padre está feliz de poder estar en casa y sí todos tenemos cosas buenas y otras que no lo son tanto pero con cariño y amor se compensa.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú lo has dicho, cada cual sabe sus circunstancia y esa imposición de querer globalizar todo, en mi opinión: apesta.
      Y si Conxita, sí que compensa. A mí un minuto de risas con él, me compensa cien de padecimiento.
      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

☝💬 Las palabras liberan a las personas, deja escrito lo que piensas. Se admiten todo tipo de opiniones, consejos y críticas. Luego ya veré si lo publico...
... o no 😉.