Carta de reclamación a los Reyes Magos.

"Lo que cuenta no es el hecho de transpirar como las plantas, ni el hecho de respirar como el ganado […], ni el hecho de ser movido como un títere por los instintos […] ya que todo lo anterior sólo se parece a la función de eliminar el residuo de los alimentos. ¿Qué es, entonces, lo que cuenta? ¿Aplaudir? No. Por lo tanto tampoco cuenta el aplauso de las lenguas, ya que la alabanza de las masas sólo es un ruidoso aplauso de las lenguas" (Marco Aurelio)

A ver cómo lo digo para que no suene a pataleta, nadie se ofenda (sobre todos mis queridos Reyes Magos... no sea que me traigan carbón y empiece el año ingresada con una subida de azúcar) y sobre todo... no parezca una votante de Vox. Que no sé por qué coño piensa la gente que soy de derechas, cuando yo siempre he tenido ideas de izquierda y hace mucho que no voto a nadie, porque no encuentro políticos a la altura de mis expectativas.

Hace unos días envié mi carta a los Reyes Magos como todos los años. Por supuesto le pedí algo que para mi es muy importante y que a estas altura de mi vida, poca gente fuera de ellos podrían concederme. Una tarde de ilusión donde sentirme la niña que siempre he sido. El caso es que cuando formulé ese deseo en lo último que pensaba era en pasar toda una tarde viendo a unos payasos añejos, malos interpretando, faltos de profesionalidad y cansinos en sus mensajes hasta la saciedad...

Total... Que por primera vez desde que tengo uso de la escritura quiero poner una queja adjunta  a mi carta y esperar a ver que me responden los Reyes Magos.

Ahora si no es demasiado tarde quiero cambiar mi petición del día de Reyes por un reseteo mental para los que ocupan el Congreso de los Diputados y que de un puta vez, al menos, nos den un espectáculo decente, que al fin de cuenta, es para lo que nos sirven... para hacer tragicomedia, y encima, de la mala que te cagas.