Asertividad y orgullo.

"La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es la forma en que nuestras palabras y comportamientos afectan a los derechos de los demás". (Sharon Anthony Bower)

Soy de esas personas que piensan que no hay un solo manual dirigido a los padres como educadores que tengan la garantía de hacernos súper papás, mucho menos de tener hijos adaptados a las normas sociales y futuros ciudadanos ejemplares. Ser responsable de la educación de otros individuos es de los retos que más me han costado en lo que llevo de vida. Cuando esos individuos además están vinculados genéticamente con una... puede surgir cualquier cosa: desde mirarte como quien se mira a un espejo, hasta preguntarte a quién coño han salido.

Supongo que todos los padres se han encontrado en similitudes en cada generación, aunque pienso que estas últimas, nos llegan muy sobraditos de derechos y con pocos conocimientos de lo que son deberes. La sociedad va a un ritmo vertiginoso, dejando al margen muchos valores esenciales de nuestras culturas y de lo que realmente nos hace un grupo social fuerte. Cada vez hay más leyes que defienden al menor (y no digo yo que eso sea malo) quizás sea la consecuencia de habernos relajado en su educación, en nuestro deber parental, de confiar ingenuamente en las instituciones... de estar simplemente cansados y no ser super humanos... vete a saber. El caso es que cada vez más, los hijos se han ido criando y educando en un estilo de vida que se ha impuesto a nuestras realidades: guarderías, niñeras, clases extraescolares y todos esos lugares maravillosos de actividades donde han sido y son tan felices y aprenden tantas cosas. Luego llegan a la adolescencia y como en toda casa de vecino comienza la batalla campal por imponerse. Entonces los padres queremos asumir un control que hace mucho que fuimos delegando en otros... y... el ritmo de la sociedad no perdona a ninguna familia. 

Que dificil es ser asertivo con el carácter de un hijo, cuando la idiosincrasia impera en su personalidad. Mi Lucy es así. Siempre lo supe, desde bien pequeñita era la típica niña a la que nadie podía vender la moto. Y a pesar de saber que si alimentaba su ego corría el riesgo de que se convirtiera en alguien arrogante, decidí alimentarlo. Por fortuna se impone al mundo adecuadamente y deja esa parte cabrona para mi. Lleva una semana de Erasmus en Bolonia y no sé cuántas veces hemos discutido ya por Whatsapp. Las razones siempre son las mismas, yo le doy mi punto de vista de un tema que se supone que ella no me está pidiendo, pero que me cuenta, y ella concluye que yo soy la lista que lo sé todo. Las conversaciones suelen terminar siempre de dos modos. 

Modo uno: ella corta la comunicación. 

Modo dos: yo uso mi frase más asertiva "Lucía... vete a la mierda". 

Ambos modos sobrados de cierta índole agresiva, sí, lo admito. 

Pero lo único que puedo decir a ciencia cierta es que si tuviera que elegir un consejo para padres novatos, o muy expertos... sería el mismo. Comunicación. No hay un solo tema que Lucy y yo no podamos discutir. Hablamos mucho, eso hace que la asertividad pueda fluir en ambas direcciones. No somos amigas (de hecho no estoy en su grupo de mejores amigos de Instagram) jejeje... ni falta que me hace. Hay diferencias que están marcadas con una naturalidad que no necesitan ser señaladas. Cuando escucho a algunas madres decir: "soy la mejor amiga de mi ... " Alucino, en serio. Porque si algo he tenido muy claro mientras veo crecer a los mios, es que sus amigos están ahí para potenciar su individualidad y que yo solo soy su madre, cumpliendo un ciclo vital. Eso sí... una madre dispuesta a escuchar (aunque no tenga ganas) dos horas de conversación de chuminadas de adolescentes. He aprendido a ser madre escuchando a mis hijos, por suerte tengo a Lucy que habla hasta por los codos, nunca he conocido a nadie que charle más y de más temas en una misma conversación. De hecho lo hacía antes de los dos años con un repertorio verbal que muchos adultos quisieran para sí. No es de extrañar que siga charlando desde otro país, con o sin conexión, porque esa es otra, la habilidad que tiene para solucionar problemas sobre la marcha. 

Lucía cariño, aunque pueda sonar agresivo, las dos lo sabemos... Hasta cuando te mando a la mierda, sigo estando orgullosa de la mujer en quien te estás convirtiendo.