El guardián de mi hermano.

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"(...)¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?" (Gn. 4, 9)

A veces me enfrento a esta pregunta con un poquito de humor y me imagino que Caín debió de ser galleguiño, al responder con otra pregunta. Luego de la sonrisa espontánea enseguida me estalla la realidad de todo lo que representa. Es la pregunta por capital que nos enfrenta a la destrucción de la fraternidad. Y al otro lado de la fraternidad lo que queda es el desentendimiento del otro para buscar nuestro propio fin. En menor o mayor medida, cuanto más sentido cobre esta pregunta en nuestra conciencia y en nuestros actos, iremos encausados a una ida sin vuelta atrás de la más brutal de la deshumanización. 

Y no, perdona, que no te estoy hablando de religión. La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice así: "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Luego cada cual interpreta a su manera y a conveniencia las leyes. Y se actua como bien se quiere, se puede, o capacidad de justificación se encuentre. 

Pienso que la fraternidad necesita un trípode sobre el que mantener un equilibrio óptimo y de durabilidad, que al mismo tiempo nos retroalimenta a la ilusión y las ganas de seguir trabajando por el bien común. Un soporte que lleve un trato solidario entre personas, un compromiso social y justo sin distinciones y el uso de la caridad sin contemplaciones en segmentación. 

En cuestión de fraternidad no hay medias tintas. Se puede ser mejor o peor persona. Pero la fraternidad requiere de un desprendimiento a buscar el bien propio en favor de perseguir el bien del otro, aunque éste tenga la misma cara o te haga el mismo chiste que un grano en el culo. Dejar de cuestionar el "acaso" y pasar a la acción inmediata. Pero eso debe ser un acto personal e individual en primera instancia, pues no tendremos quien nos juzgue. Será nuestra propia conciencia la que un día sin vendas que nublen la realidad, o la justifique, nos señalará todo aquello que dejamos... o no, de hacer por nuestro hermano.