13, 13, 13...

     


"Antes que nada sé verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie". (William Shakespeare)


     A veces el dolor se nos enquista y se queda en capas inferiores creciendo, produciendo su pus encapsulada y de pronto un día explota tras un intenso dolor. Después de la limpieza... o llega la calma... o se infecta. La realidad es así, siempre estamos a un 50% de que la situación mejore o te caiga toda la teoría de Murphy encima. 

     Cuando yo era adolescente mi madre me solía decir esas palabras que también le había dicho a ella la suya y que seguro habrás oído alguna vez. "Las cosas que ahora no comprendas, guárdalas en tu corazón".  Pero yo siempre he sido tan jodia y curiosa que... empecé a guardar cosas que no comprendía y castigué a mi corazón con un síndrome de Diógenes. 

     A veces las cosas no salen como uno quiere. De nada sirve lo que te esfuerces por intentar el bien o que todos sean felices a tu alrededor, de todos modos tu felicidad depende de verles bien a ellos... Pero no siempre la vida propicia que se pueda ser feliz. Entonces hay que saber vestir el color del duelo y enfrentar la tempestad.