Matices grises.
©Dániel Taylor |
«Por muy larga que sea la tormenta,
el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes»
(Khalil Gibran)
(Khalil Gibran)
Amanece gris y ya automáticamente uno se
predispone a la defensa. El gris es el color de lo anodino, del aburrimiento,
del no ser nada que resulte medianamente interesante y nadie quiere ser
indiferente dentro del círculo en que giramos. El gris es el color de los
sentimientos frustrados, de la incomprensión, del portazo a la esperanza que sacude el dintel y lo disyunta del resto del
cuerpo fortificado.
El gris es el color de aquellos que tienen la seguridad en sí mismos por bandera y se atreven a lucirlo en ellas. El gris es el color de los valientes, de los que no temen la prueba... ni la ausencia del sol. De aquellos que saben caminar bajo las nubes y también en mitad de la tormenta, porque poseen la seguridad de saber que cuando todo pase aún se podrán mantener en pie.
El gris es el color de aquellos que tienen la seguridad en sí mismos por bandera y se atreven a lucirlo en ellas. El gris es el color de los valientes, de los que no temen la prueba... ni la ausencia del sol. De aquellos que saben caminar bajo las nubes y también en mitad de la tormenta, porque poseen la seguridad de saber que cuando todo pase aún se podrán mantener en pie.