OBJETIVO 22 DE JUNIO: Día de Andalucía.
"Andalucía no es donde acaba Europa. Es donde empieza."
(Campaña publicitaria de la cerveza Cruzcampo)
Jejeje...
Es curioso, he pasado de ser la pecosa con coletas que disfrutaba más que ningún otro alumno de la clase en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, a ser la madre que pregunta a sus hijos que le pareció tal y cuál cosa de lo que vieron del museo. He pasado de ser la repartidora del pan que llevaba los molletes para la celebración en los centros educativos a ser una alumna más que recibe su pan con aceite de oliva. Hoy ha sido un día diferente y especial, por el modo en que he sentido los instantes mezclarse con mis recuerdos. El arraigo perfecto de la patria de mi infancia y mis andaduras a través de un mismo día.
Cuando yo trabajaba en el horno del Pellizquito, el día que se celebraba en el colegio esta fiesta. Yo cambiaba los turnos con mis compañeras, dejaba el reparto del colegio de mis hijos para lo último de mi jornada y llevaba los molletes al centro.Tenía que pedir permiso en la empresa, y hacer chanchullos con mis compañeras de reparto en los turnos, para poder adaptar el irme a la hora del reparto del pan en el centro. Pero merecía la pena todos los esfuerzos cuando veía las caritas de mis hijos al verme llegar al colegio. Era la única fiesta a la que yo podía asistir del colegio, todas las demás me las perdía por estar trabajando. No me importaba ir con mi gorra y uniformada y no ser como otras mamás arregladas para la ocasión. Mis complementos eran las sonrisas de mis hijos y los gestos de los compañeros de ellos cuando se ponían a hacerles señas para que advirtieran que yo había llegado. Tengo esos recuerdos tan vivos, que se me eriza la piel al recordarlos.
Hoy en el centro del Palmarillo, antes de la clase de inglés, hemos estado con los grupos de adultos que asisten también a este centro. En el patio interior del centro las señoras mayores nos deleitaron con postres típicos, dulces, bizcochos, etc... También tuvimos nuestras ración de pan con aceite. Y momentos para el acercamiento y la tertulia. Hubo dos momentos que he sentido con especial ternura y que me conmovieron. Uno cuando salimos Ángeles, César y yo a por los cafés al bar de la esquina. No sé si es que somos compañeros afines, o fue el rollo que nos envolvió en ese instante al salir a la calle. Íbamos bromeando sobre las muchas tareas que tenemos para este puente del día de Andalucía. Y parecíamos adolescentes dándonos bromas, hubo un par de momentos en que yo personalmente, y por un espacio de tiempo, pude relajarme y olvidar todos los agobios de mi vida actual. Uno fue mientras caminábamos hacia el bar y César me hizo un gesto de amistad con el brazo en mi hombro. Otro cuando en la Paradita yo no podía aguantar las latas de refrescos en las manos de frías que estaban y se las metí en los bolsillos del blazer a Ángeles. Estaba tan en mi salsa de canalla que ni me paré a pensar que tengo casi 45 años y que ellos son mis compañeros de clases y no mis colegas de toda la vida. Me sentí en mi lugar. Relajada y yo misma, como si en lugar de tan sólo unos meses les conociera de toda una vida.
Luego de nuevo en el patio, una de las señoras mayores me recordó mucho a mi madre. Iba vestida de flamenca, con todo su arte la señora, como debe de ser. Ahí estaban cantando, bailando dándonos a los de menos edad toda una lección de buenas vibraciones y ganas por no aminorar. Habían pintado un mural con relación al día y su trabajo de clase. Aquí te lo dejo para que le eches un ojo. La tarde nos acogió muy bien, templando la atmósfera en el patio que junto al buen rollo de alumnado y profesorado nos dibujó un cuadro sevillano perfecto. El TAE I fuimos los primeros en retirada, y es que Antonio, nuestro profe de inglés, tenía que ponernos al día con la tarea evaluable que debemos entregar esta semana que viene. Ya en clase, costaba concentrarse con Iván sentado delante y sus ocurrencias (se nos quería escapar por la ventana al patio para jalarse los ricos pasteles y demás cosas ricas que los otros grupos seguían merendando), jajajaja.
Hoy especialmente he tenido reiterados momentos en que he pensado en mi madre. Y la veía joven, enfundada en sus eternos vaqueros. Enseñándome con aquella dulzura y paciencia el Himno para cantarlo en la escuela. He recordado a mi hermana pequeña, protestando cuando mi madre y yo nos poniamos a cantar. A ella no se le dio tan bien aprenderlo, de hecho creo recordar que no le hacía de pequeña mucha gracia lo de cantar el himno. También he recordado las caritas de mis niños mirándonos a mi madre y a mi, como si fuéramos dos frikis en días como éste lo cantábamos a coro en cuanto sonaban algunos acordes por la tele. "Ojú mamá la abuela y tú sois más raras" Decía Lucy ... y a mi padre regañando para que dejásemos de cantar, porque no le dejábamos seguir escuchando las noticias. ¡Dios... jajajaja!
En fin... que tanto si eres del Sur de España, si te gusta esta tierra, o si te une algún vinculo especial con ella... Te deseo un bonito 28 de febrero, y que los recuerdos que hoy afloren a tu instante, llenen tu momento de felicidad, tanto, como a mi me ha ocurrido esta tarde pasada.
Cuando yo trabajaba en el horno del Pellizquito, el día que se celebraba en el colegio esta fiesta. Yo cambiaba los turnos con mis compañeras, dejaba el reparto del colegio de mis hijos para lo último de mi jornada y llevaba los molletes al centro.Tenía que pedir permiso en la empresa, y hacer chanchullos con mis compañeras de reparto en los turnos, para poder adaptar el irme a la hora del reparto del pan en el centro. Pero merecía la pena todos los esfuerzos cuando veía las caritas de mis hijos al verme llegar al colegio. Era la única fiesta a la que yo podía asistir del colegio, todas las demás me las perdía por estar trabajando. No me importaba ir con mi gorra y uniformada y no ser como otras mamás arregladas para la ocasión. Mis complementos eran las sonrisas de mis hijos y los gestos de los compañeros de ellos cuando se ponían a hacerles señas para que advirtieran que yo había llegado. Tengo esos recuerdos tan vivos, que se me eriza la piel al recordarlos.
Hoy en el centro del Palmarillo, antes de la clase de inglés, hemos estado con los grupos de adultos que asisten también a este centro. En el patio interior del centro las señoras mayores nos deleitaron con postres típicos, dulces, bizcochos, etc... También tuvimos nuestras ración de pan con aceite. Y momentos para el acercamiento y la tertulia. Hubo dos momentos que he sentido con especial ternura y que me conmovieron. Uno cuando salimos Ángeles, César y yo a por los cafés al bar de la esquina. No sé si es que somos compañeros afines, o fue el rollo que nos envolvió en ese instante al salir a la calle. Íbamos bromeando sobre las muchas tareas que tenemos para este puente del día de Andalucía. Y parecíamos adolescentes dándonos bromas, hubo un par de momentos en que yo personalmente, y por un espacio de tiempo, pude relajarme y olvidar todos los agobios de mi vida actual. Uno fue mientras caminábamos hacia el bar y César me hizo un gesto de amistad con el brazo en mi hombro. Otro cuando en la Paradita yo no podía aguantar las latas de refrescos en las manos de frías que estaban y se las metí en los bolsillos del blazer a Ángeles. Estaba tan en mi salsa de canalla que ni me paré a pensar que tengo casi 45 años y que ellos son mis compañeros de clases y no mis colegas de toda la vida. Me sentí en mi lugar. Relajada y yo misma, como si en lugar de tan sólo unos meses les conociera de toda una vida.
Hoy especialmente he tenido reiterados momentos en que he pensado en mi madre. Y la veía joven, enfundada en sus eternos vaqueros. Enseñándome con aquella dulzura y paciencia el Himno para cantarlo en la escuela. He recordado a mi hermana pequeña, protestando cuando mi madre y yo nos poniamos a cantar. A ella no se le dio tan bien aprenderlo, de hecho creo recordar que no le hacía de pequeña mucha gracia lo de cantar el himno. También he recordado las caritas de mis niños mirándonos a mi madre y a mi, como si fuéramos dos frikis en días como éste lo cantábamos a coro en cuanto sonaban algunos acordes por la tele. "Ojú mamá la abuela y tú sois más raras" Decía Lucy ... y a mi padre regañando para que dejásemos de cantar, porque no le dejábamos seguir escuchando las noticias. ¡Dios... jajajaja!
En fin... que tanto si eres del Sur de España, si te gusta esta tierra, o si te une algún vinculo especial con ella... Te deseo un bonito 28 de febrero, y que los recuerdos que hoy afloren a tu instante, llenen tu momento de felicidad, tanto, como a mi me ha ocurrido esta tarde pasada.