OBJETIVO 22 DE JUNIO: El gato de Schrödinger, el retorno de la Jedi a clase... y la guerra fría que nos espera con Villalonga...

"SI LO PUEDES SOÑAR, LO PUEDES HACER" (Walt Disney)

     He pasado las peores vacaciones de Navidad que tengo capacidad de recordar, mucho peor que las de el año pasado. Empezaron quedándome en tierra con la última clase donde los profes y los compis se tomaron algo juntos como despedida del trimestre. Y luego me he ido quedando en tierra con todos los demás acontecimientos que se han ido dando la mano. Sabía que ésta iban a ser más difícil de afrontar que la anterior, porque uno de mis mayores apoyos no estaría, y porque ya iniciaba el cierre de año con el limite de resistencia sobrepasado. Sacar la nota que saqué me dio un empujón y me sentí algo más fuerte. Ir por mis sobrinos y tenerlos en casa, me ayudó a perseverar y seguir creyendo en la magia de estás fechas que han pasado. Pero luego mi padre empezó a empeorar y tuve que llevar a mis sobrinos antes de tiempo y a eso se unió un par de decepciones por parte de las personas de mi más cercano circulo. Por quienes doy cada día la vida y son sus historias las que me la quitan. Me hundí. 

     Luego llegó la gripe, y detrás la faringitis, y después me estalló la vitrocerámica y el cúmulo fue en aumento, nadie se acordó de mi, y cuando digo nadie, es nadie... ni los Reyes Magos, ni Papa Noel, ni... A sí, mi orejas me tenía dos dulces comprados en su casa cuando llegué a llevar a los niños. Sabiendo el gran sacrificio que eso supone para su economía, me los comí con la mayor de las satisfacciones como si me hubieran regalado la primicia de las ambrosías de los mismos dioses. Mi segundo argentino favorito, mi Syd, ese si que también se acordó de mi, es mi mejor amigo, de esos que están siempre pa un roto y también para un descosido sin preguntar condiciones... sigo esperando su regalo, solo me mostró la foto de la paquetería en correos porque sabe lo niña chica que soy para mis cosas y su regalo es por mis notas. A excepción de ellos dos, me he sentido la huérfana más desdichada del momento, vamos ni la mismísima Blancanieves con madrastra y todo incluida se sintió más desdichada y sola que yo en estas fechas. Siempre me he desvivido y aunque jamás hice nada para recibir a cambio la comitiva devuelta, cuando atraviesas momentos difíciles, la ausencia de un detalle que te haga sentir querida, parece que se magnifica y a ti te revienta por dentro aunque nunca lo digas. 

     Hoy me levanté aún con fiebre, y era el momento de volver a clases, me miré al espejo y estaba hecha un asco. He vuelto a poner peso, con el pelo como el león de la Metro pero con dos centímetros de raíces. ¿Quién coño me mandaría a mi teñirme de nuevo...? Los ojos to rojos yyy... encima hoy tocaba Mates que es mi asignatura maldita, no sé porque no me gustan los números si ellos nunca te dan sorpresas. Y hablando de sorpresas, aún me quedaban un par de ellas para rematar el ciclo vacacional e iniciar el segundo trimestre de clases. Me eché el tinte con la menor y la más mala gana que pude gastar. Los cuarenta minutos más largos de mi vida con el moquillo goteando. Arrecia hasta los tuétanos. Cuando por fin miré el reloj, lo dispuse todo para lavarme el cabello, ducharme detrás, y aliviar mi tiritera con un buen torrente de agua caliente y... ¡Un mojón pa mi mu gordo! Por si no tenia bastante con el abandono de la vitro, el termo se me pone en huelga ¡¡¡¿WTF?!!!  Sí, sí, como lo lees... yo con el tinte pasado de tiempo refrigerando mi cabeza y sin agua caliente. Y no era la bombona, no, era el puñetero termo de los cojones. Así que a echar más. Me lavé el pelo cantando opera rock... No... Lo siguiente... Y luego me duché. Puesta a echar cojones, había que rematar la faena así me muriera luego. Ni Marley Manson en sus composiciones es capaz de sacar el tío mejores power chords de los que dio mi faringitica y dolorida garganta. Morirme no me morí, pero salí más apretada y dura que un polo de zombi. 

     Para cuando llegó la hora de ir a clases, estaba a punto de abandonar ya no mi casa si no este mundo. Ostras que mala estaba, tanto que si me llega a cerrar el chaquetón con el pijama, por mi madre que me voy a clases con el pijama puesto y hasta con las zapatillas de borreguito. Y por si ya mi vida no tiene suficientes conflictos, contrapuestos y mi personalidad no derrocha contradicciones suficientes... Elena, la profe de Mates y Ciencia, nos recibe con una clase de Física Cuántica, ahí es ná. ¿En serio? Un gato, nooo... ya sabia lo del Schödinnger ese y su teoría, pero en serio te digo que hoy no era el día. Por fortuna Elena nos ha dado una clase bastante light, y todos hemos sobrevivido (ni se te ocurra preguntar por el gato). No tenia yo la curiosidad como para ir abriendo cajas a ver que tal estaba la cosa... Pero... la última sorpresa estaba por llegar de la mano de mi compañera de "martirios estudiantiles" mi Ángeles, que hasta el nombre lo tiene bonito la muy jodia. Y sí, para poner cada cosa en su sitio y que cuadren sin que la cuántica nos deje con las patas colgando... mi regalo venia en una caja, con un gato como mi Dominus Cat (negro) y más vivo que Cristo tras la Pascua. Porque eso es justo lo que me hizo sentir. Viva. Aunque casi me muero delante de ella en mitad de la calle, porque no quería deshacerme en llanto y no veas para contener todo eso que tenia dentro. Me dolía literal el pecho, el estómago, me doblaba como quien tiene una indigestión para poder respirar, mientras Ángeles me decía que no quería verme pasarlo mal. ´

     Ángeles amiga mía, no lo estaba pasando mal. Me has regalado el momento más bonito que he tenido en mucho tiempo. Tanto que ya viste... ni rompía. Cuando te tocó esa cesta de la papelería yo lo disfruté como si me hubiera tocado a mi. Y fui con el móvil enseñando el mensaje y la foto a mi hija, mi padre, y a todos los que estaban por aquí. Aunque te había tocado a ti, era como si me hubiera tocado a mi también. Porque las dos sabemos, lo que nos lo hemos currado, y lo que significó ese día ver nuestras notas. Me alegré mucho cuando vi que el karma de la vida te premiaba por tu gran esfuerzo. Pero lo que no he encontrado palabras para poderte explicar hoy cuando me diste tu regalo, es lo que pasó ese día. Te dije que ya lo sabía, pero saberlo como yo se las cosas, a veces es más complicado que obtener los resultados de las dos puñeteras cajas esas del vídeo de hoy. Ese día de las notas por la noche me sentí muy triste por cosas que me pasaron (algunas te he contado) y me pregunté cuando la vida se acordaría alguna vez de mi. Y fue entonces que sentí "la risa de mi ángel" un día de estos te hablaré de él. Tiene la risa más, no sé decirla, no encuentro con que compararla, es un sonido que limpia desde dentro hacia fuera todos los pesares. Rio y después me dijo que tú me darías una sorpresa. Es curioso, ¿sabes? cuando hoy en clase me enseñaste el bolso y te decía lo bonito que era, me acordé de ese momento. Y luego cuando lo del bolsillo que acababas de descubrir, vi el paquete dentro y le volví a sentir reír. Blanco y en botella. Aún así yo siempre soy muy dura de pelar, nunca me creo del todo las cosas hasta que no acontecen. Las buenas y las malas. Supongo que es un filtro que me impongo para no volverme loca del todo. Pero lo sabia. Y por eso me has visto luego así. No, no lo estaba pasando mal, por el contrario, estaba muy feliz, y era gracias a ti. Has conseguido llenar de ternura, de calor de hogar y de gratitud mi inicio de clases, pues me siento muy agradecida y dichosa. Sin tú saberlo hoy con tu detalle me ayudas a cerrar otro ciclo de experiencias que me han costado mucho torear estos días. Quería que lo supieras, que me haz devuelto la ilusión y eso para mi es de valorar, agradecer y reconocer públicamente. Por lo tanto solo me queda decirte que estoy deseando enfrentarme contigo al Módulo V del tema 9, a la Guerra Fría, al Present Simple Questions, al análisis literario... y a lo que esté por llegar. Por que con gente como tu de compañera, no existe el lado oscuro, y si acontece... va a durar bien poco. ¡Que la fuerza nos acompañe... jejeje!