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"Cada uno somos un desierto"(François Mauriac)


Me asomo al reto de un año más con los pies desgastados y el corazón ultrajado. Con unos ojos que a pesar de no poder disimular la tristeza, están serenos, esperanzados... 
Porque yo se de quien me he fiado. 
¡¡¡Amor de mi alma, Amado mio... mi Amigo; átame fuerte que yo no me resista!!!







1.Del maestro de coro. Poema. De los hijos de Coré.
2.Como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadea mi alma, en pos de ti, mi Dios.
3.Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios?
4.¡Son mis lágrimas mi pan, de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿En dónde está tu Dios?
5.Yo lo recuerdo, y derramo dentro de mí mi alma, cómo marchaba a la Tienda admirable, a la Casa de Dios, entre los gritos de júbilo y de loa, y el gentío festivo.
6.¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y
7.mi Dios! En mí mi alma desfallece. por eso te recuerdo desde la tierra del Jordán y los Hermones, a ti, montaña humilde.
8.Abismo que llama al abismo, en el fragor de tus cataratas, todas tus olas y tus crestas han pasado sobre mí.
9.De día mandará Yahveh su gracia, y el canto que me inspire por la noche será una oración al Dios de mi vida.
10.Diré a Dios mi Roca: ¿Por qué me olvidas?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo?
11.Con quebranto en mis huesos mis adversarios me insultan, todo el día repitiéndome: ¿En dónde está tu Dios?
12.¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!


Salmos, 43. 
1.Hazme justicia, oh Dios, y mi causa defiende contra esta gente sin amor; del hombre falso y fraudulento, líbrame. 
2.Tú el Dios de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo? 
3.Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen, y me conduzcan a tu monte santo, donde tus Moradas. 
4.Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría. Y exultaré, te alabaré a la cítara, oh Dios, Dios mío. 
5.¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!" 


fuente del salmo:https://www.bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-de-jerusalen/salmos/

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