¿Y TU PORQUE LO HACES?




     Estos días que los medios se nos llenan con noticias de atentados, de ejecuciones masivas y de un despropósito de no valorar el derecho y la dignidad de la vida... Tengo que confesar que anímica-mente me siento en muy baja forma. Aunque aún sigo creyendo en esa parte de bien que habita en nosotros y que puede resurgir entre tantos caos.

     Conociendo el valor de la vida y (cuando has estado tan cerca de perderla la óptica es diferente) viendo a mis hijos crecer, en una etapa de su vida de tantos descubrimientos... Se me retuerce el espíritu dentro al pensar en otros niños que por geografía, simplemente por un termino geográfico, viven de un modo tan diferente a los míos. Sufriendo necesidades, padeciendo guerras y perdiendo la vida siendo simples daños colaterales del egoísmo y la imposición de los "adultos". Pensar en que esa realidad pueda alcanzar a mis hijos... Me hace tener que controlar mi parte más visceral y agresiva, no solo moriría por mis hijos... También seria capaz de matar... Matar... Sí. Aún sabiendo que no soy yo quien para quitar la vida a nadie, aún conociendo al Único merecedor de ella... 

     En tiempos de guerra, que fácil es convertir a un asesino en héroe o viceversa... Personalmente creo que la lengua es el arma más mortífera de todos los tiempos. Me repugna escuchar ciertas cosas. Personas que se atreven a juzgar a otros, ha opinar de temas que desgraciadamente desconocen por no decir que no tienen ni puta idea. Que fácil es hablar de defensa, de justicia, de valores, de ética, de soluciones... Desde nuestro rinconcito seguro de tertulias, o desde un lugar como este, tras el pc en el cómodo salón de casa.  Y hablar de héroes y villanos que se juegan la vida cada día o las quitan. 

     Después del atentado en Susa donde  el soldado del Califato Abu Yahya Al-Qayrawani atacó el Hotel Imperial dejando 38 muertos tras su paso, en casa el tema ha salido al tapete como imagino que en muchos otros hogares.  Según en que casa se debata el tema el "tío" este será un soldado asesino o un soldado heroico. El equilibrio estaría en que nadie tuviera que usar e imponer la fuerza, en que no hubiese necesidad de derramar sangre... Pero la Paz, nunca podrá llegar a ser asentada en nuestro mundo, sencillamente porque vivimos en el tiempo de la ira, de la discordia, de la soberbia del ser, donde todos seremos probados y tenemos que determinar en que lado posicionarnos. Aunque muchos intenten nadar y cuidar sus ropas, la realidad nos lleva siempre a tener que lidiar con elegir, determinar y perseverar si no queremos ser arrastrados por la corriente de la globalización del: no se puede hacer ya nada. Aún cuando la Paz no sea viable en un plano cercano, hay que ponernos a su servicio por mantenerla y llevarla al mayor número de personas posibles.

      En mi casa somos cuatro en familia, y cuatros puntos diferentes a la hora de valorar un mismo acontecimiento. Por ejemplo este que refiero del asesinato a sangre fría de 38 turistas que descansaban en la playa. Para Pepe un asesino al que derribar, para mi hija un loco que no tiene derecho a hacer eso, para mi hijo un objetivo en la vida... Para mi...Una incógnita... Yo no soy soldado, no se que inculcan en la vida militar, no se que inculcan en la mente de un soldado para que pueda llegar a disparar sobre un semejante. Yo no tengo capacidad para juzgar eso. 
     Y no es que no me parezca un asesino este caso en concreto, porque ha matado en un acto terrorista, aún así era un soldado instruido en conciencia para eso, hacia su trabajo aunque no por una causa, ni un modo que a mi me parezca apropiable. Y fue lo que le opine al respecto a mi marido, ajusticiar nos convierte también en asesinos. A mi hija, le di la razón, nadie es quien para arrebatar la vida a otro semejante y aproveché la respuesta para los dos, ya que mi hijo quiere ser militar y enseguida dijo: por eso yo quiero ser soldado, para acabar con esa clase de gente.  La legitima defensa está permitida. Pero no puede el hombre tomársela para ajusticiar. Sin embargo existe una élite, no exenta de sus propios pecados como individuos, pero si autorizados para combatir a quienes no están por respetar el orden social y una convivencia en paz, o lo más aproximado a ella. Pienso que para formar parte de las fuerzas del orden hay que formarse, hay que vivir en ello y ser capaz de renunciar a muchas otras cosas personales en favor de un ideal de convivencia para el prójimo.
     
     En casa llamó la atención dentro de la noticia el hombre que perdió la vida protegiendo con su cuerpo a su esposa. Es curioso el modo en que valoramos nuestra propia vida sobre la de los demás. Mi hija dijo que solo haría eso por su hermano, y me llenó de orgullo saber que algo estoy haciendo bien en la vida en esto de educar valores en mi prole. Que mis hijos se críen sin rivalidad y se quieran es muy importante para mi. 
     Lo de Pepe fue una herida esperada en pleno corazón. Se que mi marido me quiere, no me cabe duda. Dijo que él su vida literal solo la da por sus dos hijos, me dolió, pero al menos agradezco su honestidad, la verdad ante todo. Me basta con eso y saber que yo si la daría por ellos. No es lo mismo decir que darías la vida por alguien, que verte en la similitud de cumplirlo. Y eso no significa que se quiera menos, es que somos diferentes y tenemos diferentes capacidades de "heroicidad". Seria como decir que yo soy mejor madre que otras porque elegí parir a mis hijos a dolor sin epidural para saber que se siente, por ser una madre con conocimiento de causa en el dolor físico. Pero eso no me hace ser mejor madre, simplemente fue mi elección. Por eso valoro tanto a quienes eligen libremente cuidar de otros en las diferentes profesiones. 

     En estos tiempos de alertas en que el terrorismo islámico, desgraciadamente  se ha convertido en una actualidad palpable y cada vez más cercana. Me consuela y alivia saber que hay quienes han elegido con su vida cuidar la de otros, entre los que cuenta la mía y la de los míos. Esa misma noche tuve la oportunidad de cruzar unas frases con un amigo que es militar, quería hacer muchas preguntas, porque mi espíritu es inquieto y curioso y me gusta conocer que hay dentro de las personas, alimentarme de sus experiencias, de sus valores que son un extra de sabiduría que anotar  a mis propias experiencias. No fui capaz de preguntar todo lo que me inquietaba por miedo a no saber explicarme y que pudiera dar una impresión de curiosidad morbosa. 
     Solo le pregunté porque lo hacia y su respuesta me desarmó. "Por vocación". Lo primero que pensé fue en una vocación profesional, para una persona educada en valores y disciplinada, es lo lógico, una profesión a medida. Pero cuando leí su argumento, descubrí una vocación que puede ir más allá. Esa vocación que se convierte en un servicio, en la seguridad interior que da el saber que se puede llegar a vivir en condiciones de paz, sin iras, sin rencores al prójimo y estar dispuesto si llega a poner su vida como fianza. No se lo dije entonces porque me quedé bloqueada cuando le leí: daría mi vida por ti ahora mismo...y feliz. Porque me recordó al Único Hombre que ya la había dado y también lo que me respondió cuando le pregunté. Tenia las ganas de luchar perdidas, Él me dijo que conocía mi estado que por eso llevó su sacrificio hasta el extremo, para que la empatía me llegara. Para que no dudase de que el paso por este mundo son estados que transitan y que pueden ser superados siempre, aunque no sin sacrificios. Supe entonces que morir no me aliviaría el dolor. Que había algo más que este momento mortal donde mi cuerpo me limita y entendí porque Él eligió entregar su vida a dolor por mi, rompió todas las cadenas con su sacrificio, abrió a través de sus heridas  para mi el camino del conocimiento. Ese conocimiento que en mayor o menor medida se manifiesta en cada uno de nosotros para que seamos capaces de dar, si llega el momento, la vida por los demás. No solo porque sepamos que es nuestro deber, lo más importante es que podemos hacerlo con alegría, ser felices porque sabemos que servimos al Bien. Cada persona tiene un don natural dentro de si con que Dios nos bendice al momento de ser creados. Pero ese don no puede ser disfrutado para si, requiere una donación a los demás para que crezca y fructifique y pueda ser usado en todo su potencial con que Dios lo diseñó en su infinita sabiduría. Cuando ese don no se usa a favor del bien, es fácil que caiga en degradación la dignidad del ser, de la vida y que nuestro mundo se transforme en un caos donde imperan leyes y doctrinas que nos llevaran a la continua lucha por el poder.

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