EN PRACTICAS.



     Así me siento.
     Como una eterna primeriza en esto del combate. No se si a ti te pasará la mismo, pero yo me siento siempre igual, como una eterna becaria en un interminable contrato de aprendizaje. La fe, sí, la fe me ayuda a realizar mi trabajo con mayor seguridad, pero por dentro a menudo me siento inestable y frágil que no dubitativa. Se que Dios está supervisando cada uno de mis pasos, que me acompaña y me ayuda en cada uno de los conflictos con los que debo enfrentarme. Pero son tantos los momentos en que me siento pequeñita, frágil e impotente ante las situaciones que... Es inevitable sufrir y pasar malos momentos.

     Últimamente cada vez soy más consciente del modo en que Dios me pone en situaciones de acción.  Me llama a trabajar, a no mirar hacia otro lado y a apostar con mis mejores cartas. Cuento con lo vivido, la prueba de que en cada mala situación Él se ha echo presente y me ha dado los medios para salir del paso. Ya fuera interiormente, o poniendo personas en mi vida que me ayudaron. Aún sigue pasando, pero cada vez más me toca ser el sostén de otros. Y yo me siento tan pequeñita, que si no fuera porque se que Él está detrás de mi con su Gracia supliendo todas mis carencias, no seria capaz de enfrentarlas.

     "Venid a mi los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviare...  Sí fue eso lo primero que me puso en camino tras Él pero entonces estaba tan dolida, tan desesperada que imagino que no terminé de escuchar lo que seguía ahora se que la frase terminaba diciendo... y os enseñaré como ayudar a descansar a otros. Vale, no tengo ni idea de como enfrentar ciertas situaciones, pero estoy segura de que Él sigue delante y en la retaguardia y si me fallan las fuerzas o me equivoco me lo hará saber. Al fin de cuentas acaso la vida no es eso? un camino de santidad, y no creo que nadie a excepción de la Madre de Dios naciera sin pecado y con la santidad ganada, así que el resto imagino que en mayor o menor medida pasamos por ser becarios, eso sí, becarios con un gran sueldo porque Dios nos da su Espíritu Santo como adelanto a nuestro servicio. 

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