UN NUEVO AÑO CON ALEGRÍA Y ESPERANZA.


Afrontar el nuevo año con alegría y esperanza.
     
     Sí, me parece un buen propósito, siempre que no me mire a mi misma y a lo bajita que anda mi moral. 


     El año que hemos cerrado no ha sido muy bueno, para mi, los tres últimos han ido por el mismo estilo. Sin trabajo, sin salud, y pese a que desde mediados de septiembre comencé a notar una buena mejoría en lo relacionado a mi enfermedad psíquica. Y estoy en un momento bueno con poca medicación y de los mejores en muchos años, los ánimos los tengo como si estuviera subida en un coche de la montaña rusa. 
     
     Llevo un par de meses que no salgo de un virus y pillo otro, ando con el sistema inmunológico algo bajo y eso hace que el anímico me baje en picada y remonte como si fuera subida a la atracción. 

     Aunque lo peor es lo enfermo que tengo el ego (hay que tener un par para admitirlo, yo igual me arrepiento y lo borro antes de publicarlo). Pero es la verdad, siempre me digo que yo no sirvo para esta vocación, que ser esposa y madre me queda muy grande. Junto a todo lo que ello implica en el día a día de una familia. Ser parte de la cabeza familiar, es tener que cumplir con extras de peligrosidad con los tiempos que corren en que todo parece atentar contra ella, es una vocación (o profesión) de riesgo. Y yo nací bajo el influjo de la mujer liberal, de la independencia, del yo. Donde todo lo que siempre me alimentó desde pequeña fue eso, tan diferente a todo lo que de verdad implica mi vocación. 

     De pequeña mi abuela paterna que murió sin hablarse con mi abuelo, no paraba de hablar de los derechos de la mujer yo entonces no lo sabia, pero ella fue la primera feminista que conocí. Había pasado mucho toda su vida seguro que influenciada por ello y su carácter inconformista, conociendo en el final de su vida la nueva libertad de la mujer, decía aquellas cosas. Pero cuando eres pequeña son cosas que te marcan, también en el colegio se notaba la educación y las niñas comenzábamos a ser tratadas igual o incluso empujadas a ser mejor que los chicos. Bueno no voy a enrollarme mucho, porque cualquiera puede saber de que hablo. Es difícil crecer, ser de mi generación y tomar el rumbo en la vida tan opuesto a aquello en lo que crecí. 

     Trabajar y ser independiente ha sido siempre mi punto fuerte y mi talón de Aquiles. Creo que por eso Dios permitió que me fallara la salud, para que pudiera detenerme y descubrir que no iba por buen camino. Incluso siendo esposa y madre, era incapaz de renunciar a quien solo pensaba en trabajar y ganar dinero. Mi mayor pesadilla era no tener trabajo, tener que volver a la casa de mis padres cuando vivía sola y luego sentirme mantenida por Pepe. Que idiota. Luego todo es diferente, pero a veces para ver la realidad, esta te tiene que pegar de lleno en la cara y aún así uno incluso puede negarse a verla.  A mi me pasa a veces y por eso entro en conflicto y me decae el animo. Es una lucha continua. 

     Despedí el año ayer con mi familia en casa de mis padres jugando al "Monopoly", con poquísima salud y menos animo y pensando que como está nuestra situación laboral en casa, quien podía empezar el año con ánimo. Sin embargo esta mañana Dios se encargó de darme una buena sacudida con el mensaje de Francisco. Sus palabras me han ayudado a despertar un poco de esa esperanza, de reconocer y valorar esas dosis de alegría que he de absorber justo en el momento en que las vivo y dosificarlas el resto del día. 
     Se que la batalla está y no se cuanto durará pero afrontarla armada con estos dos propósitos me dará ventaja. Me fío de lo que dice Francisco.
    Te dejo algunos párrafos que me han gustado y si quieres leer entero el mensaje de Francisco míralo AQUÍ.

1. En este mi primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, quisiera desear a todos, a las personas y a los pueblos, una vida llena de alegría y de esperanza. El corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer.
De hecho, la fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de este carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera. Y es necesario recordar que normalmente la fraternidad se empieza a aprender en el seno de la familia, sobre todo gracias a las responsabilidades complementarias de cada uno de sus miembros, en particular del padre y de la madre. La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.


El redescubrimiento de la fraternidad en la economía
6. Las graves crisis financieras y económicas –que tienen su origen en el progresivo alejamiento del hombre de Dios y del prójimo, en la búsqueda insaciable de bienes materiales, por un lado, y en el empobrecimiento de las relaciones interpersonales y comunitarias, por otro– han llevado a muchos a buscar el bienestar, la felicidad y la seguridad en el consumo y la ganancia más allá de la lógica de una economía sana. Ya en 1979 Juan Pablo II advertía del «peligro real y perceptible de que, mientras avanza enormemente el dominio por parte del hombre sobre el mundo de las cosas, pierda los hilos esenciales de este dominio suyo, y de diversos modos su humanidad quede sometida a ese mundo, y él mismo se haga objeto de múltiple manipulación, aunque a veces no directamente perceptible, a través de toda la organización de la vida comunitaria, a través del sistema de producción, a través de la presión de los medios de comunicación social»[14].
El hecho de que las crisis económicas se sucedan una detrás de otra debería llevarnos a las oportunas revisiones de los modelos de desarrollo económico y a un cambio en los estilos de vida. La crisis actual, con graves consecuencias para la vida de las personas, puede ser, sin embargo, una ocasión propicia para recuperar las virtudes de la prudencia, de la templanza, de la justicia y de la fortaleza. Estas virtudes nos pueden ayudar a superar los momentos difíciles y a redescubrir los vínculos fraternos que nos unen unos a otros, con la profunda confianza de que el hombre tiene necesidad y es capaz de algo más que desarrollar al máximo su interés individual. Sobre todo, estas virtudes son necesarias para construir y mantener una sociedad a medida de la dignidad humana.
EXTRACTO DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLVII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 1 DE ENERO DE 2014
LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (XLVII Jornada Mundial de la Paz)


Comentarios

  1. Mento: Te quiero. Por favor, aunque las circunstancias no sean las propicias, arriba ese ánimo, Tu gran "peque", tus dos "pecas" y unos "pelos verdes" bien se lo merecen. Aplica lo del "espíritu positivo" y verás que, aunque todo siga igual, esa cabecita y esos ojazos verdes lo verán de otra manera, y volverán a brillar dando gracias a Dios por lo que tienes.
    ¡Que el Señor os bendiga!

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    1. Gracias Asun, ay... sentirse querida da un subidón, jeje.
      Y sí, dentro de lo que vivimos he de dar gracias a Dios por lo que tengo, pues reconozco que hay tantas familias en peor circunstancia. Que tener la mía estructurada en Cristo nos da una ventaja indestructible, aunque pasemos por momentos malos.
      Un abrazo, que Dios te bendiga.

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  2. Dios sabe porque y como Mento.

    Un cariñoso saludo amiga mia :)

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  3. Pues sí sabe más, sin ninguna duda y mi meta es su conocimiento ;) aunque a veces duela.
    Un abrazo.

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  4. Querida amiga Mento:¡ Feliz y santo Año guapa! Tienes que dar gracias a Dios de haberte hecho como eres, sencilla, transparente. acogedora, humana, con un corazón muy puro del que se ha enamorado DIOS. Así que adelante.!!!
    La familia es tan importante...tengo una amiga que tiene cuatro hijos seguidos han venida al mundo. Y ella no para de trabajar. Me dice ¡ Si hay santos en el Cielo, son las madres,! A mi me hace gracia pero reconozco que pesando en mi madre, que hemos sidos seis y no paraba para nada...te confieso las grandezas de las madres, todo ofrecido, sin esperar nada...Adelante, ama... ama mucho que libera de muchas tentaciones.Voy a rezar por ti, también tu reza por mi.¿ Vale ? Un abrazo muy fuerte.¡GRACIAS!

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    1. Pues si Marian, pienso como tu amiga. Las madres son esas grandes santas anónimas, como todo lo que hacemos al cabo del día que pasa casi desapercibido. Como María en la vida publica de Jesús, siempre en un segundo lugar en favor de los hijos.
      Te confieso que soy inquieta y trasto hasta cuando rezo, ay, y siempre le digo al Señor: Ya sabes como soy, ayúdame a saber pararme y sobre todo ten en cuenta y ayuda en sus necesidades a todos cuanto me tienen en sus oraciones. No poseo la gracia de la contemplación, de pararme a orar, pero cada vez que ando de retahíla con el Jefe estoy dándole la lata con vosotros, confiada en que me conoce y en que así también vale y me oye.
      Un abrazo muy grandote.

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  5. Tu labor es muy importante porque eres una madre estupenda .Yo también me siento muchas veces calibrando hasta donde llegar para que nunca se vea perjudicada la labor de madre, pero mi mayor felicidad son mis hijos y todos nuestros sacrificios tienen una recompensa.
    Que este año vaya todo mejor. Que encontremos la fuerza para seguir amando en cada momento.

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    1. Gracias por tus palabras Fran, imagino que aunque no soy consciente, no he de estar haciéndolo tan mal pese a que me siento como un rabillo de lagartija que ya no tiene vida pero no deja de agitarse. Soy un torbellino de emociones y eso no pega mucho con mi labor de madre. Me gustaria tener más templanza y ser más equilibrada como otras mamás que conozco. Pero creo firmemente que cuando renuncie a mis ideales por seguir a Jesucristo en esta vocación, es porque Él sabe más que yo, y me enseñó el camino más apropiado para mi aunque yo no esté a veces tan convencida de hacerlo bien.
      Que el año que estrenamos llegue cargado de bendición para todas las familias.
      Un abrazo amiga.

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