SIRVIENDO AL CRUCIFICADO.




     Me ha sucedido en muchas ocasiones y en diferentes Iglesias. Te sientas en el banco, contemplas al Crucificado que preside en muchos templos el altar mayor y… A mí siempre me parece ver un Dios más elevado al cielo que humano.

No sé si sabré explicarme. Siempre me pierdo en los Crucificados, pensando para mí que sentiría Dios siendo hombre, sufriendo el dolor como cualquiera de nosotros y unido a su Divinidad pasar el trance de la Cruz suprema que fue su sacrificio por nuestra salvación.

Me resulta más fácil ver al Dios que al Hombre, no sé, hay tallas impresionantes que parecen reales. Bien sean por su realismo sufriente o el halo de humildad y aceptación que manifiestan esos rostros de Cristo clavados en la cruz, abriéndonos los brazos de un Padre y reconciliando a las creaturas con su Creador.


     Me ha pasado algo que quiero compartir. El cura de la Parroquia a la que ahora asistimos mi familia y yo, hizo arreglos en el altar mayor, unos huecos para alojar una talla de la Inmaculada y un Corazón de Jesús. Cualquier arreglillo de obra, forma un lío tremendo cuando ya se hace en plan reforma dentro de lo ya edificado, quienes habéis hecho alguna reforma en casa sabéis de qué hablo. Cortar la pared con el rotafles ha convertido el templo en un paisaje invernal, todo se cubrió de polvo blanco y espeso, tal como si una nevada hubiese hecho presencia. Pepe y yo como estamos parados, nos ofrecimos a echar una mano, con el fin de ayudar a la economía de la Parroquia, que para confesar, ni está bien de fondo, ni de ayuda de mano de obra, se entiende, no?
Pues nos encajamos allí los dos. Pepe fue quien limpió la parte de madera del chapado del techo, porque había que hacer malabarismos desde la escalera de pintor y estaba a mucha altura. Cepillamos el lienzo de terciopelo rojo que cubre el altar mayor y da fondo al crucificado que lo preside. Y cuando tocó limpiar al Cristo fue Pepe quien me sostuvo la escalera que de alta parecía que iba a subir al cielo literal. Y yo subí a limpiar al Señor.

Lo que sentí… No voy a olvidarlo en la vida.
Cuando cepillaba el lienzo de terciopelo, miraba de reojo la imagen allí tan cerca, tan inerte… Tengo vértigo, así que ponerme a más de dos metros para estar a su altura era algo que me hacía tener el estómago apretado y revuelta la cabeza, la boca seca y las rodillas temblando. Pero una vez más me dije: si hay que hacerlo se hace y punto. Mientras subía con dificultad y miraba no dar ningún golpe con los utensilios a la talla, tuve una extraña sensación. Una emoción me embriagó, no podía dejar de pensar en ese momento en la historia de la salvación en que ya Cristo muerto era descendido de la cruz. Pensaba en sus amigos, en su Madre, en las personas que pudieron contemplar ese instante de bajarlo, de asearlo para la sepultura, el corazón me iba a estallar. Pensar y sentir, saber que ese dolor, que ese sacrificio, que ese cuerpo inerte me ha dado la vida eterna y el saberlo aquí y ahora…

   Estaba frente a la cara de una reproducción de mi Señor, pero mi pecho ardía con un fuego abrasador, tanto que sentía vida en ese instante y en ese momento intimo que estaba viviendo. Nunca imaginé que podría sentir algo así y doy gracias a Dios por permitir que experimentase un momento tan bonito.

Comencé limpiándole el rostro, con el paño húmedo y luego le secaba con sumo cuidado, me sentí falta de merecimiento, pequeña, como si realmente se me diera la oportunidad de participar en un momento histórico. Sentí pudor, un pudor extraño mientras seguía lavando la reproducción del crucificado por partes, como si de un hombre real se tratara... le lave los brazos, las manos, el pecho. Mientras bajaba hasta los pies, pedía perdón por mis pecados, por los pecados del mundo, por las ofensas de aquellos que atentan contra las cosas sagradas. Deseé besar los pies al llegar a ellos, pero me sentía tan in merecedora que no fui capaz.

   No sé si soy capaz de transmitirte parte de lo que he vivido, para mí ha sido una experiencia muy bonita que doy gracias a Dios de haber vivido y que aunque sé que puede que no se repita, lo que si se es que mientras las piernas me den para mantenerme en una escalera, aunque sea sudando y temblando por el vértigo, no voy a permitir que al Crucificado de mi Parroquia se le vea por el polvo blanquecida la cabeza. No siempre la parroquia dispone de dinero para pagar ese tipo de limpieza y no todos se atreven a subir y asumir el riesgo, no solo de caerse, si no de estropear algo sin querer. Yo lo he aprendido en esta experiencia y estoy dispuesta a ofrecer mi servicio cada vez que sea necesario y el Señor me lo permita. Te aconsejo que si alguna vez te brindan la oportunidad en tu Iglesia, no la dejes pasar porque bien merece la pena servir, no solo por el bien de los demás, en estos casos siempre los mayores beneficiados sorprendentemente terminamos por ser nosotros mismos.

     Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo!!

Comentarios

  1. Hola Mento, Que bonito participar eun actividades de la parroquia. Estas con la mente oocupa da y en un ambiente tranquilo.

    Monse

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    1. Hola Monse :)
      Pues sí. Participar activamente en nuestras Parroquias y con los diferentes grupos que forman la comunidad parroquial y el día a día de la vida de una parroquia es muy importante. No solo por el bien que genera en cuanto a convivencia y a estar en un ambiente real de fraternidad, también porque cuando uno se olvida de si realmente y Dios nos permite servir sin egoísmos y darnos a los demás, el primer beneficiado es uno mismo. Y lo digo de verdad por que es lo que es experimentado estos meses.
      Para mi ha sido muy difícil apartarme del camino neocatecumenal y acudir a esta Parroquia del barrio, mucho. Mi familia y yo teníamos una burbuja espiritual estable dentro del camino y nos enriquecíamos. Pero nuestra actividad no iba más allá de la participación que nos correspondía.
      Hacia tiempo que mi ángel de la guarda me decía que tenia que levantar a la familia e irnos a la parroquia del barrio, pero yo hacia oídos sordos. Y sabes porque? Porque es una Parroquia muy diferente a la que yo frecuentaba desde mi juventud. Esta apenas si tiene participación, pocos grupos carismáticos, para niños, apenas nada, los únicos fijos ahora son los míos. Las personas que participan son pocas y bastante mayores, gracias a Dios ellas si están, pero es difícil con un grupo ya mayor atraer a los jóvenes, que no hay. Como comprenderás yo no quería entrar en una Parroquia así que sabía que iba a poner toda mi vida patas arribas en lo que a ser Iglesia se refiere.
      Pero ya sabes lo que pasa cuando Dios se fija en ti para algo. Yo soy la persona más trasto, mas pataleta y con menos aguante del mundo mundial, así que imagina en el montón de conflictos que puedo meterme en un ambiente así. Pero como me dice mi ángel, están los que tienen que estar, ¿o acaso sabes más tú que Dios? Siempre me dice eso. Así que ando bastante últimamente implicada en la actividad Parroquial. Pero sabes, ha sido tan distinto a lo que me esperaba, pues como te decía antes la primera beneficiada estoy siendo yo. Antes solo iba una vez a la semana a misa, ahora voy casi todos los días, porque por una u otra cosa, siempre ando como una abejita alrededor del panal. ¿Y sabes? me está pasando una cosa que antes no había experimentado y es que tengo mono de Eucaristía, sí como te lo digo, un mono como el que tienen las personas dependientes a cualquier sustancia. Tengo una necesidad de estar ahí en la Eucaristía, de estar haciendo Comunión con Nuestro Señor. Que para mi es una bendición. Ahora intento que los planes del día giren en torno a la hora de la misa, para andar por el barrio, ya que vivo en el campo como sabes y no siempre podemos estar moviendo el coche, más que nada por el gasto de dinero, que ya sabes que Pepe y yo estamos parados los dos. pero ya te digo, hacemos lo posible por asistir en semana todo lo que podemos y ya cuando no voy, me pongo de verdad, que tengo unas ganas que eso me empuja hasta a ponerme en oración. Y creo que eso es obra del Espíritu Santo, vamos que lo sé. Lo bueno que siento solo puede venir de Dios y merece la pena todos los demás inconvenientes que conlleva el estar en un ambiente que quizás no es el que nos gustara o el que imaginamos. Por eso, animo, y apúntate a todo lo que se mueva en tu Parroquia y ya verás... :)
      Un besito guapa.

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  2. Ahora que te leo...cuanto echaba en falta tus entradas Mento,preciosa tu experiencia y gracias por compartirla.

    Un cariñoso saludo amiga mía. ;)

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    1. Ay Belén, que estábamos a la misma hora las dos conectadas en este blog, jajaja. Tú comentándome y yo comentando a Monse :D
      Que curioso como se sincronizan nuestras actividades en la red. Yo en todas esas pequeñas cosas veo a Dios. Y es gustazo, todo sea dicho.
      Yo también he echado mucho de menos esto, estar aquí con amigos que solo el Internet me permite la comunicación. Os eché mucho de menos a muchos, y eso que desde el móvil he podido por fb estar un poco en contacto, pero esto es otra cosa, jeje.
      He vivido muchas experiencias bonitas con el Señor estos meses y estoy deseando compartirlas y ver si algunos habéis pasado por lo mismo. Es lo importante de la relación que nos unes en los blogs, que nos alimentamos unos de las experiencias de otros y viceversa, compartir la fe es lo mejor de este medio de comunicación sin ninguna duda, hace amigos y lazos que uno ni imaginaba que podían ser tan fuertes y reales.
      Un beso bonita.

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  3. ¡Hola Mento! Ayer tarde escribí un comentario y se me borró ¡ui! Ahora voy a intentarlo otra vez: Primero te decía que es muy emocionante comentar en tu blog, me tiemblan las rodillas =D, de verdad... Compartes una experiencia mística, algo grande, un bello pétalo de rosa que Dios compartió contigo, ¡Enhorabuena! Son noticias de Dios y a mí me hizo recordar muchas cosas con el Crucificado, entre ellas, el consejo de un Hermano Salesiano que atiende a sus Hermanos mayores en la Enfermería. Díjome este Hermano que sea la enfermera de Jesús en la Cruz... lavándole, limpiándole cada herida y es lo que hiciste tú. ¡Ui! Si, no te pierdas la oportunidad de volver a subir esos dos metros. Recuerdo que a San Martin de Porres subía hasta la altura de la cabeza de Jesús, porque Jesús quería ¡Qué bueno es el Señor! Un beso Mento

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    1. Jajaja, ay Gabriela que gracia me haces, ¿pero como que te tiemblan las rodillas? Jajaja. Si yo creía que esas cosas solo me pasaban a mi, jajaja. Una vez el cura comenzó a reírse a carcajadas en medio de una monición que yo estaba haciendo a una lectura. Cuando dio la homilía, contó de que se había reído. Era que desde mis espaldas, veía lo que me temblaban las piernas detrás del atril del mármol, claro, los demás desde delante no me veían. Y no había podido aguantar la risa al pensar que de ser movible el atril lo había desplazado como una lavadora vieja centrifugando. Hazte una idea lo que yo temblaba, jajaja.
      Me ha dado mucha alegría verte comentar, este es para mi un rincón intimo donde me encanta compartir con vosotros. Me gusta mucho también lo que compartes sobre ese Hermano Salesiano, es una experiencia bonita, que me da que pensar. ¿Sabes? Yo soy muy comodona, aquí abajo decimos perrancana, jeje, me cuesta arrancar, aunque luego me gusta mucho un lio. Y creo que por eso el Señor se fija en mi cuando me propone estas cosas. Yo aunque sea con la pataleta por delante, se que no puedo perderme ni una, porque no sabemos si se presentaran de nuevo las oportunidades.
      Y sí, aunque arrastro consecuencias físicas de ese día, me ha merecido la pena. Hoy al mirar al Crucificado después de misa, pues entre semana como hay muy pocas personas celebramos en la capilla del sagrario, pero a mi me gusta salir por la puerta grande para tomar el agua bendita de la entrada. Me quedé mirándolo y ... le sentía sonreír. No se como explicarlo, pero sentía su mirada, su sonrisa, su complicidad que me decía: Ahora lo sabes como yo lo se de ti. Un sentimiento tan intimo y personal, que yo no tengo ni palabras para explicarlo. Y sí, mientras pueda lo haré y espero recibir la gracia para poder hacerlo también con los demás, que eso ya me cuesta más, jijiji. Es que tengo tan poquita paciencia :)
      Un beso guapa y encantada de tenerte por aquí.

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