DIOS Y SUS DIOSDICENCIAS.

     

     Esta mañana leía el primer articulo del boletín de Julio de Misiones, de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Hablaba sobre la educación y la evangelización como virtudes que van unidas de la mano y a mi personalmente, junto al evangelio de hoy del buen Samaritano me ha venido de perlas para meditar. "Diosdicencia" o no me hizo entrar en meditación, sobre algo que hace unos días me propuso el párroco del barrio. No solo en mi responsabilidad evangelizadora de cara a los demás, también de cara hacia dentro, hacia los más pequeños y cuando digo pequeños lo digo literal, los niños (empezando por los míos propios), que necesitan de nuestra educación continua sin vaciles, ni descuidos porque son pequeños seres volátiles que se dejan influenciar por un sin fin de cosas que les llega del mundo que les rodea.

     A mi nunca me han gustado los niños, ya lo sabes porque lo he comentado en más de una ocasión, pero... Curiosamente... Se me dan bien. Incluso diría que tengo cierto imán para ellos, les caigo bien, me suelen ver como una más y se llegar a ellos aunque no se ni como lo hago.

     El otro día saliendo del medico me encuentro a D.Ignacio quien al saber que Iván comienza en septiembre las catequesis. Me propone coger un grupo para dar a mi hijo las catequesis conjuntas con el resto del grupo. Era el día justo en que acababan de cambiar mi tratamiento. Naturalmente Pepe que sabe mejor que nadie como me pongo, enseguida le dijo al sacerdote que no veía muy probable eso, hacerlo compatible con mi enfermedad actual. Pero claro allí estaba D.Ignacio, y ese don de Sabiduría que Dios da a los suyos, él ni se preocupó, simplemente dijo que ya contaba también con eso y que no era ningún problema, quedamos en vernos para hablar y confirmarlo. 
     De eso hace ya una semana, justo hoy, me encuentro como el domingo pasado, pidiéndole a Dios una señal. Tal y como si me la mereciera yo lo propongo como algo normal. Aún no comprendo cuanto amor siente por mí mi Creador. Para tratarme como a una chiquilla mimada y consentida, pues cada vez que le reconozco mi necesidad y mi torpeza, Él me da esa señal clara para que yo en mi cortito saber comprenda.

     Arriba o abajo? Eso fue primero.
     Ya puede Dios poner todo de nuestra parte que... Como yo no quiera poner de la mía y bajarme de mi "burro" (montura) poco se puede hacer. Eso me fascina de Dios. Como ha creado solo todo lo que existe y de pronto, cuenta con nuestra voluntad, con nuestra decisión para trabajar sobre el bien común. No obliga a nadie, solo te llama, te propone y tú eliges si seguir tu camino o hacer como el samaritano y bajar de tu montura. 
     Mi Samaritano particular a sido y es Jesucristo, es quien me ha curado y me ha salvado, quien me enseña como un buen maestro y ahora... Ahora... Toca ser educador de otros. Yo no me siento con cualidades, no me siento preparada y casi ni tengo ganas, no se si es una equivocación. Pero cuando Dios te sale al encuentro y te hace una oferta y encima te pone sus "Diosdicencias" que te aseguran que realmente es un proyecto viable ¿como no arriesgarse? decían las hermanas de la Caridad de Santa Ana al principio de su articulo: Creo que es importante señalar un punto de partida en nuestro hacer, la razón del porqué y cómo lo hacemos. Lo nuestro es evangelizar y esto es lo que queremos hacer a través de la educación. Siendo muy conscientes de que sólo podremos evangelizar, educar, si estamos vivos y esto requiere estar en camino, movernos, no estar estancadas, porque nos pasaría como al agua, que cuando está estancada , se pudre.

     Maestra liendres, que de todo sabe y de nada entiende. Ese sería un buen titulo para mi, sí. 
     Imagino que ya Dios cuando me indicó el camino de mi vocación como madre, contaba con que tendría que ser educadora. Y aunque a menudo pienso que no llego al listón de la media. Cuando observo a mis hijos en medio del mundo, se que al menos en lo básico, en lo fundamental, en el conocimiento de Dios, si lo estoy haciendo bien. Así que después de todo quizás deba reunirme con D.Ignacio y aceptar esa propuesta sin pensármelo más. 
     Escribo quizás sabiendo que la palabra correcta es "seguro". Cuando me ponga al servicio y empiece a trabajar con los niños, incluso encuentre mejoría física para mi enfermedad, pues como dicen las hermanas: el agua cuando está estancada se pudre.
     Y posiblemente esa sea la medicación más acertada que tome... Ya te seguiré contando en cuanto me ponga en marcha.


      Te dejo este poema de Gabriel Celaya, poeta español, que escribió este poema sobre la educación que tan bien viene con la palabra evangelización.


Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
(Gabriel Celaya)
     
     

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