SILENCIOS RUIDOSOS. Donde nadie me oye.

   

A lo largo del día necesito detenerme he implorar silencio. Necesito que el mundo entero se detenga para no estallar. Los que tienen problemas mentales saben de que hablo. De ese desajuste que uno no parece terminar de ir con los tiempos del resto de la gente. A momentos te sales del pellejo de la velocidad y otros, te sientes como la pobre tortuga del cuento de la liebre al comienzo de la carrera. Me desarmo y me rompo si no consigo parar y tranquilizarme, temo no solo romperme, sino romper a los que conviven conmigo, a los que están a mi alrededor.

Sí estoy un poco mejor. Pero es una mejoría relevante, ahora si, ahora no, y cuando te preguntan y requete preguntan y tú no puedes contestar porque en verdad lo tienes todo y deberías de ser la mujer más feliz del mundo.

Es angustioso no saber cual es la base de tu malestar. pasar horas, días, semanas, meses preguntándose, recibiendo puntos de vista que no me llevan a dar con la raíz del problema. Tal vez sea como dice mi siquiatra, que hay personas que enferman de depresión por que si, sin ninguna causa emocional que lo motive o justifique, uf, pues vaya asco. No hay nada peor que no saber contra que se lucha. ¿Cómo se supera una enfermad como esta entonces? Con mucha paciencia me dijo el siquiatra y yo le contesté: Pues acaba usted de sentenciarme a muerte, porque yo no se lo que es ser paciente ni de parto, ya me conoces tú de leerme.

Reclamo silencio y ahora que lo tengo, pues estoy sola en casa, los niños durmiendo desde antes de las nueve, Pepe ahora en Jaén... El silencio, resulta que en vez de serenarme me hace sentir tan ansiosa como el barullo. Una especie de silencio estridente que me cala por los oídos y me penetra y me parte en dos. Ahora quiero gritar en vez de callar, pero se que tampoco eso acabara con este desolado "malbajio"que me corroe las paredes del almas.

Y mientras solo intento mantenerme, esperar el regreso de mi Amado. Solo espero no quedarme dormida durante la espera o ser tan estúpida de cansarme y largarme cinco minutos antes de que haga acto de presencia. Señor, se lo que me estas pidiendo, pero jolines, que difícil lo pones siempre. Se que cuando todo pase me alegraré. Porque me siento tan débil que no me cabrá duda alguna de que el milagro se deba a tu intervención. Pero ahora en el trayecto de la prueba, uf, que cansada me siento.

Ayúdame al menos a ser capaz de concentrarme en rezar el rosario, solo te pido eso, ayúdame a concentrarme, tener actitud y conducta de oración, que menuda faltita me hace.