Buenas dosis de risas= Buenos días.

Pues si, tras la tormenta siempre llega la calma. Hoy ya me encuentro algo mejor, cansada, como si me hubiesen dado una paliza. Ayer en la consulta había un póster de un mono muy gracioso pegando con un palo al cuidador, pues así me siento yo hoy, como si el mono se la hubiese tomado conmigo.

La verdad es que sé que son efectos de mi enfermedad y de los tratamientos, pero no me gusta estar así. Yo igual me estoy riendo ahora y dentro de cinco minutos me quiero comer a alguien completamente fuera de mi. Y es muy triste, aunque yo siempre cuando se me pasa y me pongo mejor intento quitarle importancia. Y doy gracias a Dios y le ofrezco mi sufrimiento y mi descontento por los enfermos que están peor que yo.... Pero bueno, dejemos las penas.

Tengo que contaros lo que me pasó el lunes con mi hija Lucía porque es muy divertido, por lo menos mi madre y yo nos tronchamos de la risa en la puerta del medico. Vamos que sale la medica en ese momento y me dice: Usted no esta mala ni na, mañana el alta laboral!

Si te has fijado en los centros médicos siempre en algún lugar tienen un apartado de esos con muchos folletos: de medicamentos, de los programas del centro, ect... Pues bien, a mi mis hijos cada vez que vienen conmigo al medico o los llevo yo a ellos, hacen la recolección completa de papeluchos que luego claro los tengo que cargar yo o se esperrían todos por el suelo y los asientos del coche. Bueno pues me extrañó mucho que ella se paró frente al expositor y solo cogió uno. Llega a mi lado y me dice muy segura de si: Mamá te he cogido este librito porque como tu siempre dices que no te comprendemos cuando te pones malita, veras como ahora cuando lo leamos ya sabemos que te tenemos que hacer.

Miro el folleto esperando encontrarme cualquier cosa...

Cualquier cosa menos eso.

Lo miro, pienso en lo que es y rompo a carcajadas. Mi madre se ríe conmigo solo de ver con que ganas me río yo,  sin saber todavía que pasa. Y Lucia empieza a poner esa cara de malas pulgas que pone cuando se enfada. 

"Cariño no te enfades". Le quería decir, pero entre tanta risa no me salían las palabras.

Consigo recuperar compostura y le explico lo que me ha dado:

UN FOLLETO INFORMATIVO DE CUIDADOS PALIATIVOS PARA CUIDAR A PERSONAS EN ESTADO TERMINAL. 

Entonces es mi madre la que ya se parte del todo de la risa. Y mi hija con cara de pena me dice: Mamá pero yo lo que te quiero es ayudar a cuidarte no que te mueras.

No me revolqué por el suelo de milagro, todavía tengo agujetas de la risa...