Regalitos del Altisimo.
Ayer de mañana Pepe me llevaba al medico, al pasar por la rotonda donde antes estaba el puente junto al recinto de la antigua fabrica de Cideplas, caí en los pensamientos de preocupación que tuve cuando este puente fue derrumbado. Hace unos meses comenzaron las obras para el metro que une Dos Hermanas con Sevilla. Este puente mencionado fue derruido y el trafico por esa zona se relentizó.
Entonces yo aún estaba trabajando. Recordaba lo mal que me cayeron los carteles anunciando las obras y los primeros desvíos. Para mi, repartidora en un obrador de pan, era un engorro tener obras tan cerca de mi trabajo y en una zona que daba acceso a todas mis rutas de reparto. Le comentaba a Pepe el mosqueo que me cogí y lo agobiada de estaba pensando en cuando desviaran del todo el trafico. Pues bien, tres meses después, las obras siguen sin empezar y yo ya ni trabajo en el obrador, ni este existe tampoco como empresa, porque cerró hace un mes.
Eso me hizo pensar en la cantidad de veces que uno sufre o se preocupa sin motivos. El resto del camino ,mi marido y yo fuimos hablando de la providencia y de como se vive cuando uno se deja llevar por ella.
Durante la vuelta, venia pensativa aún, en silencio hablaba con Dios. Me sentía tan ridícula por tantas veces en que soy desconfiada. De pronto mi ángel de la guarda me grita con ese grito silencioso que tan bien reconozco.
Mira ahí... Las primeras amapolas.
Las amapolas son mis flores favoritas.
La risilla de mi ángel suena(...)
Me pregunta el motivo de que sean mis flores favoritas. Me hace sonreír, ya sabe los motivos, pero comienzo a enumerarlos.
Me gustan por que salen sin ser sembradas, porque esta especie no se cultiva en ningún invernadero. Porque no viven al ser trasplantadas.Porque no lucen en ningún jarrón, puesto que sus pétalos se desengarzan al ser cortada. Porque su rojo cubre de intensidad el verde del campo.
Bueno podría seguir y dar otros pocos más de motivos. Entonces le escucho, ahora es Pepe y le cuento lo que me esta pasando. El no se extraña, ya ha sido testigo en varias ocasiones del vinculo que nos une a mi ángel y a mi. Entonces me dice: es como lo que acabamos de hablar del puente cuando íbamos de camino.
Mi ángel guasón me dice: tiene razón Pepe. Las amapolas son signos de la providencia de un Dios Creador, que crea con perfección. Pensé entonces en las otras flores que comparten el titulo de favoritas en mi gustos. Son unas flores inmensas que florecen en mis cactus. Florecen durante la noche y al salir los primeros rayos del sol se marchitan y ya no se vuelven a abrir. Tampoco pueden cortarse, porque se cierran al arrancarlas del tallo. Mi ángel entonces me dice: cuando llegues a casa te tienen una sorpresa.
Al entrar veo mis cactus con todas las flores aún abiertas, había salido tan apresurada esa mañana que no las había visto. Les saque corriendo estas fotos antes de que se marchitaran.
Pensé en la perfección con que Dios crea y en la cantidad de cosas bonitas que ha creado para nosotros y a las que no damos importancia. En una simple flor puede encerrarse toda la grandeza y majestuosidad de un Dios omnipotente. Pensé en la creación y en como Dios a cada criatura da el sustento y lo necesario para su perfecto desarrollo.
pero aquella no era la sorpresa, me tomé el desayuno y la medicación y cogí mi biblia, menuda sorpresa me tenia guardada el evangelio. De nuevo la risita de ya sabéis quien.
Me encuentro con el evangelio de la multiplicación de los pan y los peces. Me siento la mujer más afortunada del mundo y doy gracias a Dios Padre Creador del mundo, que no contento con haberme dado la creación de sus manos para mi disfrute, me manda la palabra para que llegue a mi y yo la pueda comprender y no contento con eso me entrega a su Hijo al Único, para que yo me alimente de él y obtenga vida eterna.
... Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?
Jesús dijo:Decid a la gente que se siente en el suelo.
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomo los panes, dijo la acción de gracias y los repartios a todos los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie. (Jn 6. 9-1)
Del libro Miquel Barceló cerámicas Poemas y un ensayo de Adam Zagajewski.
Entonces yo aún estaba trabajando. Recordaba lo mal que me cayeron los carteles anunciando las obras y los primeros desvíos. Para mi, repartidora en un obrador de pan, era un engorro tener obras tan cerca de mi trabajo y en una zona que daba acceso a todas mis rutas de reparto. Le comentaba a Pepe el mosqueo que me cogí y lo agobiada de estaba pensando en cuando desviaran del todo el trafico. Pues bien, tres meses después, las obras siguen sin empezar y yo ya ni trabajo en el obrador, ni este existe tampoco como empresa, porque cerró hace un mes.
Eso me hizo pensar en la cantidad de veces que uno sufre o se preocupa sin motivos. El resto del camino ,mi marido y yo fuimos hablando de la providencia y de como se vive cuando uno se deja llevar por ella.
Durante la vuelta, venia pensativa aún, en silencio hablaba con Dios. Me sentía tan ridícula por tantas veces en que soy desconfiada. De pronto mi ángel de la guarda me grita con ese grito silencioso que tan bien reconozco.
Mira ahí... Las primeras amapolas.
La risilla de mi ángel suena(...)
Me pregunta el motivo de que sean mis flores favoritas. Me hace sonreír, ya sabe los motivos, pero comienzo a enumerarlos.
Me gustan por que salen sin ser sembradas, porque esta especie no se cultiva en ningún invernadero. Porque no viven al ser trasplantadas.Porque no lucen en ningún jarrón, puesto que sus pétalos se desengarzan al ser cortada. Porque su rojo cubre de intensidad el verde del campo.
Bueno podría seguir y dar otros pocos más de motivos. Entonces le escucho, ahora es Pepe y le cuento lo que me esta pasando. El no se extraña, ya ha sido testigo en varias ocasiones del vinculo que nos une a mi ángel y a mi. Entonces me dice: es como lo que acabamos de hablar del puente cuando íbamos de camino.
Mi ángel guasón me dice: tiene razón Pepe. Las amapolas son signos de la providencia de un Dios Creador, que crea con perfección. Pensé entonces en las otras flores que comparten el titulo de favoritas en mi gustos. Son unas flores inmensas que florecen en mis cactus. Florecen durante la noche y al salir los primeros rayos del sol se marchitan y ya no se vuelven a abrir. Tampoco pueden cortarse, porque se cierran al arrancarlas del tallo. Mi ángel entonces me dice: cuando llegues a casa te tienen una sorpresa.
Al entrar veo mis cactus con todas las flores aún abiertas, había salido tan apresurada esa mañana que no las había visto. Les saque corriendo estas fotos antes de que se marchitaran.
Pensé en la perfección con que Dios crea y en la cantidad de cosas bonitas que ha creado para nosotros y a las que no damos importancia. En una simple flor puede encerrarse toda la grandeza y majestuosidad de un Dios omnipotente. Pensé en la creación y en como Dios a cada criatura da el sustento y lo necesario para su perfecto desarrollo.
pero aquella no era la sorpresa, me tomé el desayuno y la medicación y cogí mi biblia, menuda sorpresa me tenia guardada el evangelio. De nuevo la risita de ya sabéis quien.
Me encuentro con el evangelio de la multiplicación de los pan y los peces. Me siento la mujer más afortunada del mundo y doy gracias a Dios Padre Creador del mundo, que no contento con haberme dado la creación de sus manos para mi disfrute, me manda la palabra para que llegue a mi y yo la pueda comprender y no contento con eso me entrega a su Hijo al Único, para que yo me alimente de él y obtenga vida eterna.
... Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?
Jesús dijo:Decid a la gente que se siente en el suelo.
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomo los panes, dijo la acción de gracias y los repartios a todos los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie. (Jn 6. 9-1)
Del libro Miquel Barceló cerámicas Poemas y un ensayo de Adam Zagajewski.