ESPERANDO LA PALABRA DADA POR UN HOMBRE MUERTO.

Tres dias.
Los impacientes morimos también. La incertidumbre de saber, de ver cumplida esa promesa del maestro.
Sí, le he visto, he visto dar vista al ciego y movimiento al tullido.
Y le he visto llorar con el afligido.
He visto su cuerpo descomponerse bajo el yugo de la flagelasción que le ha sido impuesta.
Lo he visto resistir la vía crucis como todo un Dios y morir como un hombre. Siento su ausencia y el corazón se me comprime en un puño. Un hombre en su estado, ¿tarda menos en descomponerse una vez muerto?
No, no puedo pensar en eso. Ya han pasado dos días, estoy aguantando la espera aunque la impaciencia me la juega y me hace dudar. Quisiera que el tiempo pasará muy rápido, ver con mis ojos, tocar como Tomas...
Estoy confundida, quiero creer, necesito esperar...
Miro a Maria, ella está aquí, se ha quedado a mi lado. Esta esperando como yo. Pero en su rostro marcados por los surcos del dolor no veo incertidumbre. Parece tan segura de que su Hijo saldrá de esa tumba. Que mis pensamientos me avergüenzan.
Recuerdo cada una de sus palabras necesito creerlas todas.
Ahora más que nunca necesito esperar aquí, junto a Maria. Ella está tan convencida, que su fortaleza interior me llega como un puro elixir de consuelo.
Solo quedan horas...
...La verdad pronto será desvelada.
Por favor, por favor, que sea verdad lo que siento en lo más hondo de mi corazón. Te veremos de nuevo Señor.
¿Te veré yo?
De pronto pierde intensidad mi angustia por saber el estado de descomposición de un cuerpo. Y un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Va a resucitar lo siento. Algo a lo que no se dar nombre me lo confirma y no cabe duda de que así va ha ser.  Él decía la verdad. Tengo que estar allí en el lugar donde esperan los que le siguen, ver como se rompe esa roca de muerte que aplasta a la humanidad.
¿Seré una de las afortunadas en verlo? Tal vez entre la multitud no alcance a verlo. ¿Y si me despisto? Ahora esta impaciente tiene miedo de quedarse atrás. De perderse la resurrección. Sigo inquieta, asustada otra vez, temiendo, en esta actitud no estaré en buena disposición para ver al Señor. Miro a Maria, la madre rota de dolor y la mujer segura que aguarda sin muestras de desconcierto. Me sentaré a su lado hasta que llegue le hora, tal vez aprenda de ella y mis miedos y angustian seas abortados.
Ya falta menos, se siente en el aire, algo muy grande esta a punto de acontecer. Todos seremos testigos, pero algunos estarán dormidos o entretenidos en otros quehaceres. Algunos estaremos allí junto a la tumba esperando verla des precintar y tal vez no alcancemos a entender viendo.
Dios, Padre Eterno Todopoderoso, Creador de todo lo visible y lo invisible, mantenme despierta esta noche, mantén mis ojos y mi oído atento, que no pase Tu Palabra frente a mi y yo no la perciba.
Aquí estoy,  ahora, con mis muchos defectos y alguna que otra virtud aunque pocas.Pero con ganas de ver al Resucitado, porque Resucitará para mi salvación y la de muchos que apostamos nuestra propia vida a este momento de muerte.

Comentarios