Papá... y el segundo Jueves del Corpus sin mamá.


Enseñarás a volar, 
pero no volarán tu vuelo. 

Enseñarás a soñar, 
pero no soñarán tu sueño. 

Enseñarás a vivir, 
pero no vivirán tu vida.

Sin embargo… 
en cada vuelo, 
en cada vida, 
en cada sueño, 
perdurará siempre la huella 
del camino enseñado.

Para padres y maestros. (Madre Teresa de Calcuta).


Mi padre nunca ha sido hombre de fechas, ni de regalos, generoso en sus formas como nadie... todo lo suyo al servicio de quien a él se acercara. Detallista hasta el extremo al donarse... enemigo acérrimo del queda bien.

El jueves por la mañana cuando llego a casa después de dejar a todos los mios en sus respectivos puestos del deber. Llego a casa sin aliento algo fuera de hora para dar el desayuno a mi padre, el trafico ha sido mortal, en mi ciudad era día laboral, nada de Corpus hasta el domingo. Más aunque ni este país tan laico (ironía on), ni mi marido, ni mis hijos tenga en cuenta la onomástica de su madre... la mía que siempre salía al camino de entrada el jueves del Corpus a recibirme cuando llegaba de trabajar y nos felicitábamos mutuamente, sigue pendiente de mi. Lo sé. 

Le doy una voz a padre cuando me acerco a su puerta. 
─ Papá Venga ven para casa a desayunar que ya he llegado.
Y entonces le veo salir dando cojetadas, con el aceitero en la mano haciendo de jarrón y esas flores (tan bien combinadas con su verde y todo, jajaja) a mi... me pareció el ramo más bonito del mundo. Se me acerca y me dice:
─ Dame un besito gordita, felicidades. 
Y ya me rompo la camisa de emoción y orgullo y le zapateo chillándole y dando besos a cascadas de apretones.
─ Ay mi viejo, ole, ole ole, ay los huevos que se a acordado él ─... y sigo dándole achuchones y besos. 

Lo consigo, no llorar. Y eso que me había "escoñao" unos minutos antes cuando mi Orejas me llama al móvil ( y es que mi niña siempre tiene la tarjeta a cero) y me pregunta si se me ha olvidado sacarle la cita para el INEM. Le digo que si no ha visto el mensaje y me grita:
─ Zo tonta que es para felicitarte. 
Y escucho a mis niñ@s felicitándome también. Me rompo y disimulo, dentro del coche puedo llorar sin desmadrar... pero luego fuera con mi padre tengo que echar el resto de arrestos para no venirme abajo. 

La echo de menos, mucho. Mi madre siempre conseguía sin decir, ni hacer nada, impulsar mis alas. Y... con lo despistada que es mi Orejas para las fechas y lo a su bola que va padre desde que le dio el último ictu... no me cabe duda que mamá sigue haciendo de las suyas en ese lugar donde el corazón nos lleva y nos mantiene siempre vivos.  


Comentarios

  1. No hay mucho para decir... te dejo un abrazo grande y sincero.

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    Respuestas
    1. Gracias Alma. Lo recibo con cariño, me gusta abrazar y que me abracen.
      Tu comentario se había ido a spam, suerte que lo vi.

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