SHHHHHHHHHHHHHHH...

"Fluctuamos entre los más diversos pareceres; no queremos nada con entera libertad, ni de un modo absoluto, ni constantemente". (Michel E. De Montaigne)

Nunca me ha gustado la gente que además de opinar sobre temas que no dominan, intentan dejar la impronta de su criterio sobre la misma cuestión. Somos seres pensantes, bien hacemos con discernir y debatir el mundo que nos rodea... pero cuando de hacer juicios sobre el prójimo se trate... hay que tener mucha delicadeza. Porque... ¿qué sabe nadie?

¿Qué sabe nadie de la esencial individualidad del otro? Si a veces ni uno mismo se entiende a la hora de definirse. Y vamos por la vida queriendo comprender a los demás. Seguros de creernos en el análisis correcto y en la resolución acertada o en su lugar, la más cercana al pleno. A veces intentando incluso justificarlos en el mejor de los casos, otros sentenciarlos con la vara de la moralidad o etica social que elegimos para catalogar aquello que no es uno mismo. Porque claro... uno está a otro nivel... ni que fuésemos iluminados... pero vivimos como si lo fuéramos.  ¿Qué sabe nadie de las razones reales, de los porqués de la gente, cuando el dolor va por dentro y no se muestra, cuando la soledad viste su mejor careta, cuando el débil se hizo fuerte a base de soportar inclemencias sin resguardo... qué sabe nadie?

Por eso a mi no me veréis llorar. Ni mis penas, ni mis fracasos. Y tampoco oiréis justificaciones... porque míos son mis errores y asumo sus cargos. Pero ojo... que ninguno se atreva a juzgar aquello que no conoce de mi. Porque solo hay un juez frente al que me siento y lo que el dictamina es la única ley que escuchan mis oídos. Y nadie va a pagar por mis las costas... así que... SHHHHHHHHHHH!!