Hasta el infinito y más allá... el amor maternal no entiende de fronteras.

If i had a dollar for every pair of jeans i've ripped on barbed wire fences...


"Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel".
(Mahatma Gandhi)

Ella siempre me enseñó a respetar los límites.  A ser prudente a la hora de rebasar las fronteras establecidas. Mi madre tenía una sutil forma de ser cautelosa. Era una mujer bastante correcta, comedida, y cuando había que sacar los pies del tiesto por una causa justificada, lo hacía como nadie. Tenía la mente abierta, aunque su modo de ser reservado, la retuvo en muchas ocasiones a estar estática en situaciones que quizás de enfrentar hubiese pasado por este mundo con una historia diferente. Yo, siempre he sido más impulsiva, mi curiosidad desmedida me hizo ir contracorriente y a veces saltar sin red y hasta pegarmela... ella siempre estuvo allí, tan comedida y serena para recogerme, correguirme y marcar el camino que le parecía más correcto. 

Nunca he querido saber que hay más allá de la vida, lo que haya que me espere... y no porque me de miedo. Mi mayor aspiración en esta vida es vividla al máximo, y vivir el instante. 
Me han pasado cosas que si tuviera que analizarlas o intentar dar sentido, sería como para volverme loca, más de lo que ya aparento estar. Así que en lo relacionado a la vida del espíritu, lo tengo claro. A los que están en otro plano hay que dejarlos que vivan su estado y ellos que nos dejen a nosotros. Mi madre lo sabía, que aunque tengo esas capacidades innatas desde pequeña, ni me gustan, ni tengo intención de usarlas para mi beneficio y aún así... desde que se fue, no ha podido evitar manifestarse tres veces, eso sí... tan cauta como lo fue siempre en esta vida. 

No me preguntes los porqués, ni como acontecen, yo ni lo sé, ni me importa, ni voy a averiguarlo. Simplemente me ocurre y con los años he aprendido a vivir con ello, sin buscar más allá que el momento actual y una vez acontecido, cerrar y no pensar más en ello, ni intentar discernir las razones. Recuerdo cuando estrenaron aquella peli del "Sexto sentido" de Bruce Willis la parte en que el niño dice la famosa frase de: "...a veces veo muertos". Bueno, pues yo nunca tuve muy claro si eran muertos o desbarajustes mentales de mi cerebro. Hasta que el miedo dejó paso a la serenidad y fui capaz de advertir  que los desbarajustes mentales no tenían capacidad de repetir casualidades. La casualidad es algo innato, que no se repite. Y a mi cada vez que me pasaban cosas de aquellas tan fuera de lo normal resulta que "coincidían" con acontecimientos reales.  Pero al ser una niña con un inmenso mundo interior, nunca tuve claro si es que yo no era normal y me faltaba un tornillo. La edad, y la continuidad con los años de situaciones similares, me hizo ir confirmando la otra versión... que no tenemos ni puta idea de la inmensidad que hay más allá de nuestro conocimiento. Yo... en estos temas, me reitero, no quiero datos. Si ocurren, los enfrento y los asumo (.) después a otra cosa mariposa. 

Ella que tan bien conoce mis limites, ha sabido como acercarse, aprovechando la noche y el letargo del sueño. Es ahí donde la he visto con una fidelidad al átomo, con la serenidad que da el estado de la mente en reposo y donde he podido escuchar perfectamente que ha manifestado en las tres ocasiones que he tenido la oportunidad de experimentarla así. 
Hay quien dice que debería indagar en estas cosas que me pasan y utilizarlas para poder sacar ventaja. Yo, sencillamente no quiero, he visto cosas que no deseo enfrentar a diario, y como siempre digo: los temas que no dominamos, es mejor dejarlo en las manos de los especialistas. Puedes sin saber pilotar montar en bici y tratar de mantener el equilibrio, pero nadie coge los mandos de un Boeing 747 cargado, y le da por querer pasearse por las nubes. Esto es similar. 

Se lo dije, que no se quedara, que si moría en la operación se marchase tranquila hacia donde tuviera que ir. Que si había posibilidades o algo así de quedarse, pensara en ella y que yo me encargaría de papá hasta que se reunieran... si es que hubiera un estado así donde reunirnos. En las tres ocasiones se ha manifestado días antes de los acontecimientos. Esta última me dijo: Tened cuidado con los niños con la varicela. 
Manda huevos me dije yo. Porque mi hermana tiene tres y una en camino. Los míos ya la pasaron. Pero más allá del mensaje en si, estaba mi inquietud por querer saber la razón por la cual ella insiste en avisar sobre cosas dentro de nuestro ámbito familiar. Cuando es algo que nunca me gustó como he dicho. El finde a sido movidito en casa, tuvimos visita, Noelia vino a pasarlo con Lucy para la Holi colours, y el resto de su familia estuvieron el domingo y pasamos el día juntos. El lunes dije a llamar a mi hermana para ver como están y para comentarle lo que me había pasado con mamá. Para mi sorpresa se me adelantó. Me comentó que tenia a Cayetana con un virus contagioso parecido a la varicela. Que en Bormujos estaban con epidemia, que había muchos niños contagiados y que incluso había pensado traerme la niña a casa para que yo me hiciera cargo de cuidarla. Pero que el medico le había dicho que no había peligro para el feto si ella se contagiaba. Estuvimos las dos hablando del tema y luego quedamos en que cuando le ocurra algo así con los niños, no dude en traerlos en casa. Que en otra cosa no puedo ayudarla pero en eso si. 

La experiencia me hace advertir, que más allá de la efectividad o no del mensaje de mi madre con relación al virus. Lo que pretendió decirnos es que debemos estar unidas frente a la adversidad presente que acontece en nuestras respectivas familias. (Así que orejas, como sé que me lees, sabes que aunque soy un desastre estoy aquí. No soy mamá y jamás podré reemplazarla, pero te juro por Dios y tú sabes que yo no juro por Él jamás, que no hay nadie en este mundo que te quiera más que yo... aunque a veces no sepa demostrártelo... y que siempre estaré aquí para ti aunque el deber sea ahora para con papá) Hay puertas que es mejor no cruzar, porque nunca se sabe quien o quienes pueden estar al otro lado, ni las intenciones que tengan... Pero lo que si está claro, es que el amor de una madre, no entiende de fronteras. Que se tenga mayor o menor capacidad de percepción es otra cosa. Que quizás no sea lo que nos gusta... pues también. Pero lo que yo tengo muy claro es que la muerte no tiene capacidad de dejar huérfano el alma de ningún hijo. El ser humano no es solo un cuerpo creado para terminar siendo polvo... lo que somos, va mucho más allá. 

  

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