SIN JUSTIFICACIÓN PREVIA.

John Dykstra
«Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra» 
(Juan 8,7)

Yo no... me puedes llamar arrogante, soberbia, pasada de orgullo... me la repamplinfla. 

No seré yo la que se justifique, ni la que se defienda. Piensa lo que te de la gana, yo solo doy explicaciones a Uno. Y curiosamente es también el Único que no me juzga. Hace mucho que me cansé de dar explicaciones a curiosos inquietos sin ningún fin más allá del puro alcahueteo. Y hace mucho que dejé de compartir las galernas de mi corazón, porque nadie puede contener al mar embravecido... solo escandalizarse, o temerlo.

No hay más que ver estos días la que el temporal a liado en nuestros costas con el gran azul encrespado en olas. Seguro que ahora no resulta tan bello para hacer poemas, ni siquiera para los amantes reconocidos que cuentan su relación con él. El mar es lo que es. Nosotros lo disfrazamos de prismas y un día simplemente descubrimos su realidad.

Las piedras tampoco me asustan... mi madre decía que lo que no te mata te hace más fuerte y yo... estoy bien viva.

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