Más bonita que ninguna.


“Soy el sargento de artillería Highway. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos, capullos.” 
(Frase de Clint Eastwood en el Sargento de Hierro)


Me decía esta tarde un amigo que soy una buena educadora. Jejj, eso es porque no me vio este medio día con mi hija. Soy una madre desastre, esa es la pura verdad y me cuesta controlar el carácter cuando me enfrento a las situaciones de injusticia contra mis hijos. Es que me paso toda la diplomacia y la psicología educativa por la peineta. 

Ya de por si el "buenismo" me da urticaria y el queda bien no va conmigo, educar en la tolerancia es una cosa y en linea plana es otra. Hay un nivel de hipocresía implantado en la sociedad al que la mayoría han dado el beneplácito y aceptado como cierto modelo social de conducta para vivir integrado. Yo... no puedo con él. Prefiero ser la rarita, la diferente, o incluso la hija puta que no se calla ni bajo agua. Y es que... cuando me llegan ciertas cosas... uff, no puedo, me sale el carácter impositivo.

Como cada día a las tres voy a recoger a la parada del bus a mi hija. Cuando la veo bajar de ese vehículo y desfilar junto a los demás chicos y chicas, puede que suene arrogante decirlo, no me importa... doy gracias a Dios por lo bonita que es mi niña. Para una mujer que siempre tuvo complejos de fea y se sintió insegura, ver que tu hija es fisicamente todo aquello que sientes perfecto y que encima es lista, noble y buena persona, es de lo mejor que puede pasarte. Pero además es que lo es, no que a mi me lo parezca, destaca físicamente por encima de todas las demás.

Hoy estaba especialmente bonita, vamos, como decimos los sevillanos: con el guapo subido. Me quedo mirándola como camina hacia nuestro coche con su macuto al hombro, como se le agita la melena larga con el viento y pienso cuantas veces me dijeron que la presentara a casting infantiles. Nunca lo hice, yo solo deseaba que cuando se mirase al espejo se sintiera la chica más bella del planeta, independiente de si lo era o no, que nada le quitara seguridad en si misma. Que pudiera fusionar la belleza interior equilibrándola con la exterior. Y cuanto más mujer se hace más bonita es mi niña. 

Al subir al coche me saluda con esa sonrisa que tiene y le digo: "que bonita estás hoy nena, tienes el guapo subido". 
Y entonces ocurre, me responde algo que me toca mi lado más sensible y saca el sargento de hierro que llevo dentro a un mismo tiempo. Y cuando eso ocurre, no tengo filtro, te suelto una de las de la cabecera de este post en menos que canta un gallo. Va mi hija y me dice: "Mamá te puedes creer que lo sé y que nadie me lo dice? Fíjate como es la cosa, yo cuando me doy cuenta que alguna de mis amigas llevan un día el guapo subido, o van estrenando algo, o les sienta bien algo que llevan puesto; se lo digo. Es lo normal, no? porque a todo el mundo le gustan esos pequeños detalles. Pues yo suelo decirlo porque con muy poquito se le alegra el día a alguien, pero fíjate que a mi nunca me lo dice nadie, y eso que yo se cuando algo me sienta bien, o estoy mejor que otros dias. Te pongo un ejemplo..."

Y mi hija (que charla más que su puñetera madre) sigue con su retahíla contándome alguna que otra anécdota y yo no la interrumpo, la dejo que termine mientras me conciencio a mi misma para dar una respuesta de madre sensata. Pese a que ella por si misma ha entendido bien de que van las cosas a su edad y del peso que tienen las envidias y los celos en esa etapa del individuo, no necesitando ninguna clase de psicología de esas que los padres se curran en libros de auto-ayuda para padres perfectos.  Aún así quiero ser una madre normal y decir lo que dicen las madres normales. 

Y entonces mi hija se calla tras decirme que pese a que le da igual, si que le duele a veces que sus mejores amigas también lo hagan. Y entonces me sale sin poder evitarlo: "Cariño somos mujeres, y las mujeres somos así de competitivas incluso con nosotras mismas. Acostúmbrate a estar por encima de esos sentimientos porque eres preciosa y siempre habrá una más fea que tú que encima se creerá mejor y con más derecho que tú para un ciento de cosas. Se humilde cuando tengas que serlo y cuando no, directamente manda al carajo a quien sea". Y me quedé tan pancha...

... pues sí, soy una gran educadora, una madre imperfecta.  


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