Sostenida...


(...) trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también".(2 Tm. 1, 5)


De no ser porque siento como tu mano me sostiene... no podría sobrevivir a esto.

Todos aquellos en los que pude alguna vez sentir protección me han dejado sola, no hay nadie. 
Ni siquiera aquellos que todavía están a mi lado. 
Definitivamente enfrento el destino al que más temí. 
La soledad.

Este año no está siendo nada bueno. 
Arrancó con la partida de mamá. Sabía que sucedería pero estar preparada para ello es una cosa y otra cuestión vivir cada día con su ausencia. 
Aún la necesito tanto...
Pese a que yo siempre fui un buen pilar para ella y en muchas ocasiones a lo largo de los años vividos le solucioné circunstancia que le correspondían a ella... En momentos como anoche, cuando la salud falla, la fiebre se hace insoportable, y sientes la vida ir y venir fuera de tu cuerpo bajo el influjo de los achaques físicos que parecen amotinarse a una, comprendes y sabes lo que es una madre. Mamá no tenía remedio para ciertas enfermedades que padezco, pero su mano en la mía, su "estoy aquí" aunque no sepa que hacer, a mi me bastaba. 

El viernes pasado al volver del hospital con papá después de tenerle ingresado nueve días, me encontré con que hubo que despedir a mi otro gran apoyo, Cuca. Anoche la necesitaba resoplando bajo mi cama. Echando sus patitas al colchón y enseñando su pequeño hocico, fiel a mi, fiel en cada momento, fiel en mis peores momentos, un simple animal... Cuanto se echa de menos...

La incompatibilidad de carácter entre mi padre y mi cuñado ha obligado a mi hermana a tomar la decisión de irse de casa. Como madre, me tiene rota, pues ella es mi hija mayor antes que mi única hermana y no poder protegerla en su camino presente me tiene rota. Aún así, es ley de vida, los hijos crecen, toman decisiones y caminan sus senderos en la vida. 

Y en ese punto me detengo y me pregunto a mi misma: ¿Y yo, acaso es que no he crecido? 
Mírame.
¿En qué soy diferente yo al resto?
Nadie entiende mi postura de responsabilizarme de aquellos a los que el deber me llama a proteger. Aunque me cueste la vida. 

He perdido mi trabajo por cuidar de mi padre.

Puede que pierda mi propio matrimonio.

Pepe ha tocado techo con la situación actual de nuestras vidas. No puede más. Y que conste que yo le entiendo, no lo culpo, no somos super héroes, tenemos limites.

La vida es lo que es. Acontece. Hay situaciones que se pueden capotear y esquivarlas, otras te embisten de frente y te dan el revolcón.
Yo me siento herida de muerte.
No puedo hacer otra cosa que contener la respiración, mirar hacia donde suben las burbujas de aire y aguantar hasta llegar a la superficie.

No puedo más Señor, no puedo.

Mi padre está bastante delicado y los daños que han dejado el ictu y los siguientes incidentes en su cerebro, solo empeoran su carácter, su forma de relacionarse con el resto del mundo, e incluso de entender todo lo que está fuera de su unánime visión de la realidad. Es un continuo sacrificio estar a su lado. Hay que ser el Santo Job para soportar la situación. Y no culpo a mi marido por no poder con ello. Pero yo no puedo darle la solución, ni siquiera la tengo para mi.
Solo puedo echar el resto de fe en tu agarre, y permanecer en lo que creo correcto. "Honrarás a tu padre y a tu madre".

No puedo con esta situación. Pero me ha tocado a mi.
No a mi vecina de enfrente, o a tal personaje de la tele, no. Me ha tocado a mi y por diferentes cuestiones de la vida a ido rodando de circunstancia a circunstancia y se a parado a mis pies. Y yo... no soy de las que saco balones fuera. Aunque no sepa como va a quedar el marcador al final del partido.

No se como voy a poder seguir adelante.
Estos días mi prioridad es encontrar un trabajo compatible con los cuidados de mi padre.
Y la indisposición física se me ha adelantado.
Cuando me recupere un poco seguiré en ello. Tengo un plan de acción. Pero todo se me vuelve mierda alrededor si las personas que me importan no pueden seguir el ritmo. Y aún así...
No puedo tomar decisiones por ellos.
Los que están en sus facultades físicas y mentales inmunes, son libres y responsables de sus propias elecciones...
Yo tengo mi propia moral y mi código para enfrentar la realidad y sin él no seria yo, no puedo ceder a más en ésta que me toca ahora vivir. No puedo dar una patada a mi padre y apartarlo porque su estado actual altera todo lo que los demás entienden por estabilidad necesaria para vivir. Yo no puedo.
No se deja a ningún hombre herido atrás. No entiendo de otra ley en mi propia guerra.

Me pesa.
No voy a mentir.
Me supera la situación.
Pero es mi padre. Es mi responsabilidad y no voy a mirar a otro lado... Ni puedo, ni debo.

Pero Tú no me sueltes.
Sin tu agarre no podré. Aquí en este mundo donde nos tocan lidiar las batallas reales, el ritmo va a paso descompasado de lo que yo creo justo...
Ojalá esté en lo correcto.
Ojalá no esté ciega.
Ojalá el pulso de Tu sangre no me falte.

No me sueltes Señor, no ahora... Aunque por momento te lo pida... Tú no me dejes sola en esto.


Comentarios

  1. ...y que te digo amiga mia....que me duele un mundo leerte...que no tengo un consejo para darte....que te entiendo,desde la primera a la ultima de tus palabras...
    ...que tienes el cielo ganado...
    ...vamos a seguir en la lucha amiga mia....aunque duela...vamos a seguir....
    DIOS NO NOS ABANDONES!!! ����❤

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    Respuestas
    1. Tú sabes como son estas enfermedades... Sé que me comprendes. Y eso me alienta. ¿El cielo no sé? Pero como acabe en el infierno, me pienso cagar dentro y desquitarme de tantas zancadillas que el cornudo me va poniendo. Jejeje... Tranquila, cuanto más pequeñita nos sentimos, más grande se hace en nosotras Aquel que no teme a la adversidad de la índole que sea.
      Besos.

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