UN BUEN VIAJE...



Somos viajeros


     Siempre en continuo movimiento, incluso cuando las limitaciones humanas hacen que no despeguemos los pies de un mismo punto... El ser humano trae de serie su maleta de viaje.


     Toda nuestra vida es un caminar, un viaje incierto, desconocido en nuestro presente. Que se va llenando de experiencias vividas, de recuerdos, de suveniers que vamos adquiriendo y recopilando de los diferentes "estados" que visitamos... Un puzzle de viajes infinitos que según envejecemos vamos completando... Siempre peregrinos, siempre viajeros tras los pasos de lo que está por llegar. 

     Viajamos desde el principio de nuestra existencia, desde la perfección con que nuestro Creador nos imagina en su Omnipotencia, hasta el momento de ser concebidos en un útero femenino con el esperma de un hombre... Somos viajeros de la esencia del ser y el espíritu, cuando buscamos la unión celular de un cuerpo vivo que se forma y crece. Momentos de nuestra existencia que no podemos recordar, pero que existieron y en los cuales viajamos de un estado a otro.  
Recuerdo que mi ángel de la guarda me dijo una vez: Yo estaba allí contigo, en el vientre de tu madre, viendo como te formabas, como crecías, deseando cuidarte todo el tiempo que me fuera concedido. 


     Ningún viaje es igual a otro, aunque vayamos a los mismos lugares a hacer turismo. Puede que los monumentos, las cosas que contemplamos sean las mismas, estén detenidas en el tiempo y no cambien, pero seguro que cada vez que regresamos a su observación, lo veremos con otra percepción. Con otros puntos de vistas, nos enriquecemos con nuevas experiencias viéndolo desde una óptica emocional estacional... Eso es viajar desde dentro, caminar por los senderos del ser que nos empujan a ser viajeros de nuestro propio destino, sea cual fuere la meta que nos proponemos viajamos siempre aún sin movernos.

     Me decía ayer tarde una persona a quien quiero mucho, que había estado de viaje. Me resumía brevemente uno de los acontecimientos principales de su viaje y en la brevedad de su anécdota, abrió un instante su alma.  Y es curioso como Dios tiene maneras de acercarse y hablarnos.  Como a veces se sirve de simples extraños que están justo allí en ese instante y dicen algo que parece coincidir, que parece casualidad, pero que si estamos atentos puede cambiar por completo el curso del resto de nuestra vida. Darnos conocimientos exactos de quienes somos, para que vivimos, porque existimos y donde nos llevan los pasos en este viaje hacia el conocimiento del propio ser y del Ser por excelencia.

     Podemos pasarnos todo la existencia mortal dando vueltas, perdidos aún sin saberlos. Creyendo que vivimos, que estamos, que somos, porque nos sentimos en el lugar adecuado, porque tenemos una vida más o menos afín con aquello que creemos es lo mejor para uno mismo. Pero de pronto esa seguridad en que nos movemos, nos da un revés, nos pone una zancadilla, y caemos al suelo con el equipaje completo.  A veces puede ser un simple fracaso, y otras enfrentarnos a una perdida irrecuperable. No importa la magnitud de aquello que nos hace sufrir, el sufrimiento es siempre igual, duele y nos machaca hasta someternos a lo más ruín de nuestra impotencia. En mayor o menor medida, todos hemos sido viajeros en ese tren alguna vez. 


Cuando ese "alguien" jamás volverá.. eso es dificil


     Esas fueron sus palabras ayer, refiriéndose a personas importantes de su vida que ya no están.  Cuando echamos de menos tanto a alguien que nos sume en una implacable desesperación, hace que el concepto tiempo se convierta en toda una quimera de dolor y destrucción. Hasta tal punto que llegamos a creer y hacer nuestras, frases tan absurdas como que el tiempo todo lo cura.  ¿Como puede uno curarse con algo que no nos pertenece? El tiempo no nos pertenece, no lo podemos poseer, ni dominarle, aunque creamos que sabemos limitarlo y contarlo, el tiempo sigue su propio curso y nosotros solo caminamos en paralelo a él. ¿Como podríamos entonces curar nuestras heridas con tiempo? Son nuestros pasos los que nos llevan a estados del alma donde aprendemos a convivir con el dolor, con el sufrimiento, del mismo modo que somos capaces de convivir con el éxito y la felicidad cuando se tienen.  

Caminar en el terreno suave es fácil y placentero, lo difícil es hacerlo cuando el terreno es inhóspito y nos rompe los zapatos y nos desgasta la piel y la carne hasta los huesos.

Desde que salimos de la voluntad del Padre hasta que volvemos a su total descubrimiento y conocimiento somos viajeros. La Gracia nos acompaña, aunque no siempre podremos contar con su compañia, pues los entresijos de nuestra propia existencia a veces no la ocultan a los ojos. Pero está. 
Dios se encargará de ir desvelando nuestro verdadero destino, el mejor camino por el que recorrer esos senderos que nos hagan querer ser una y mil veces más viajeros de este momento. De poder sentir, de ser, de estar donde quiera que nuestros pasos nos lleven pero con total seguridad de saber que pese a los malos trayectos a los que a veces nos enfrentamos, a las perdidas de compañeros de viaje que nos hacían única nuestra existencia, todos estamos en camino. Algunos encuentran el modo de llegar antes a su destino y están allá contemplando desde la seguridad del hogar como otros seguimos viajando.

Contamos también con el mejor compañero de viaje. Ese que nunca va a fallarte le invites a caminar al destino que elijas. Nunca lo dudes, es Quien mayores satisfacciones te va a dar a o largo de tu viaje con su compañía y su modo de descubrirte el paisaje de tu vida.


El Único que ha viajado hasta los confines del mismo infierno por ti y por mi y a vuelto. Para demostrar que ningún viaje es insuperable, que no hay situación en esta vida que pueda detenerte. El precio es elevado, requiere de un gran sacrificio, pero si Él puede, tú también. 

Y al final de tu viaje, abrirás el álbum de fotos y comprobaras que todo mereció la pena. Que la resurrección bien mereció todos esos pasos, estados, compañeros de viaje... Pero hasta que llegue ese momento... Solo podemos avanzar, rezar y desear tener un buen viaje...


Comentarios