LO QUE NO FUE.



¿Puede perderse lo que nunca se tuvo?
No lo sé.
Pero siento los daños colaterales.

     A veces cruzamos nuestro propio caminar con el de otros y caminamos juntos por trayectos de un tiempo limitado. Nos enriquecemos y ayudamos a enriquecer las experiencias de otros con las nuestras propias. En estos periodos los amigos se forjan o se caen las caretas y no queda nada...

     Una vez le leí a alguien que aprecio, que la vida son estados, pensé mucho en ello mientras caminaba a su lado. Se fue esta mañana, dejándome en un estado de sorpresa, dolor y melancolía que espero que mejore según avance el tiempo y acalle los demonios internos que intentan jugar a su favor este revés que la vida me ha permitido vivir.


     Los soldados se forjan en la sangre de la batalla... 
...La fe en la de Cristo.


     Yo hoy me siento en un cincuenta por ciento derrotada por ambos bandos. Se que nada pasa por casualidad y que cuanto más cave el dolor en el corazón mayor es el hueco que queda para albergar felicidad más tarde. Aún así cuando el sufrimiento llama a nuestra puerta, aún teniendo la posibilidad de no abrirle, es tan fuerte y continuo los golpes que provoca, que aún sin entrar te desquebraja las paredes del alma.






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