DECEPCIÓN...Constructiva.



¿Puede la decepción ser constructiva?

Yo creo que sí.


     La decepción es frustante, nos lleva a darnos de cara con el fracaso de algo que no esperabamos y nos pone en el punto de partida de menos cero, dejándonos como una mierda y sin ganas de querer  volver a intentarlo o buscar una alternativa.


   Así es como lo veo yo cuando me enfrento a ellas, bueno, aquí aunque no haya sido muy fina, te aseguro que lo he intentado al definirlo, evitando el millón de despotricamientos, palabrotas y mala baba que me sale. Pese a ello, siempre he creído que de toda decepción se crea un nuevo punto de partida aún mejor. Porque solo la experiencia de la vida, de enfrentar situaciones, sentimientos, ect, nos hace crecer, madurar y adquirir sabiduría. Claro que esto es como todo... Algunas personas necesitan un trillón de decepciones y otras solo con imaginarse una ya salen por patas victoriosos o lapidados de por vida.

Si buscamos en el diccionario la definición de decepción, encontraremos esto.
Frustración que se da al desengañarse de lo que no satisface nuestras expectativas.

No importa si tus expectativas eran pequeñas, grandes, sencillas o irreales, hay tantas experiencias en la vida que nos llevan a la decepción que inutil seria culparnos, culpar o machacar en buscar un porqué cuando ya estamos cayendo en la cuenta de que la frustración nos vaticina ese fracaso inminente.
Pues esa es la definición real de una de frustración: Fracaso en una esperanza o deseo.

Y puesto que el fracaso es una falta de exito o un resultado adverso, mantenernos en la decepción o revolver los diferentes estados o matices de la misma no nos serviría para nada. Por lo tanto lo mejor de la decepción es convertirla en un ladrillo. 

Si en un ladrillo.

Y no precisamente para tirarlo a la cabeza de alguien, que es siempre mi primera propuesta al respecto, no. Sino para construir una base de experiencias que nos llevaran en otra ocasión no solo a evitar en situaciones similares la decepción, si no que nos ayudará, a dar un sentimos mejor, más valido a todas aquellas amenazas decepcionantes que van y vienen en ciertas etapas.


Una repetición de decepciones, puede hacer que una persona incluso piense que esta gafada, que tiene mala suerte, y en personalidades sensibles incluso puede llevar a la depresión. Por eso que importante es saber poner una nota de color en nuestras vidas frente a ellas. 

Jesucristo a sido mi gran nota de color frente a cualquier decepción.



Siempre intento imaginar como actuaria Él en mi lugar frente a mi decepción, partiendo de lo poco que conozco de Él todavia y te confieso que funciona. Siempre funciona. Me hace ver un parte tan constructiva de cualquier circunstancia, que en sí es todo un milagro para mi paz interior y mi espíritu inquieto.


 Estas semanas pasadas me he tenido que enfrentar a grandes decepciones. Algunas relacionadas con  lo que vivimos en el voluntariado de Cáritas. Que me hacen toparme con la impotencia de mi propia  pequeñez frente a tantos problemas, ya sabes que soy novata aún. Otras con repecto a mi salud que se ha vuelto a resentir, expndiendose y dilatando en varios campos que me llevan a la calle de la amargura y por último la decepción que he sufrido por parte de un amigo en quien creía y que ha abierto la puerta de la desconfianza.  Pese a todo, intento mirarme en el espejo que Jesucristo me devuelve, antes de dejarme llevarme por la imagen que me proyectan mis propios sentimientos. Y créeme que funciona. Nadie como Jesucristo puede coger en sus manos una decepción, y devolverte una oportunidad. Y si no me crees has la prueba y luego vienes y me lo cuentas.

Ante la decepción, vive de Cristo. 

Comentarios

  1. La esperanza en Jesucirsto es lo más importante en esta vida. Lo demás carece de importancia.

    ResponderEliminar
  2. Que te mejores Mento.
    Muchos saludos!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

☝💬 Las palabras liberan a las personas, deja escrito lo que piensas. Se admiten todo tipo de opiniones, consejos y críticas. Luego ya veré si lo publico...
... o no 😉.