DIOS TE HABLA...

...Y TE ENTERAS, SÍ O SÍ...


Y si no que se lo pregunten a Moisés, que si no llega a enterarse todavía está la zarza ardiendo.

Lo de la imagen no es una zarza, en una carrasqueña. Hay varias en la linde del olivar del camino que tengo que recorrer desde mi casa a la parroquia. Vivo en el campo y caminando unos quince o veinte minutos por caminos rurales se llega a una barriada urbanizada de las periferias de mi ciudad. Allí se encuentra la parroquia a la que asistimos mi familia y yo. Últimamente me veo en la necesidad de hacer el camino andando, porque el presupuesto no da para gasolina, lo malo es que se hace de noche enseguida en esta época del año y como no hay alumbrado y el camino se encuentra entre dos olivares situados es poco seguro. Sobre todo si eres mujer y vas sola. Pues bien, el martes tenia el reparto con el equipo del voluntariado de Cáritas parroquial al que pertenezco y a la misma hora mi madre tenia una cita medica. Como Encarni y yo somos las que estamos en el reparto de alimentos  atendiendo a las familias, tuve que convencer a Pepe para que llevase a mi madre al especialista y yo irme andando. Pepe estaba reacio por la idea de que me volviera sola y me pillará la noche, me costó un poco convencerlo. Aunque a mi no me de miedo y me llevé la linterna para alumbrarme, él no se queda convencido. Lo cierto es que es peligroso porque en la zona donde vivo hay ciertas familias que se dedican a la venta de droga y a veces hay por los caminos un trafico de personas que pueden dar problemas.  Te cuento todo esto para ponerte en la situación en que me encontraba cuando sentí que Dios no podía hablarme más claro.

A veces el mensaje va acompañado de signos que podemos confundir con casualidades, pero cuando Dios quiere que te enteres de lo que va a decirte, anda que te enteras seguro, sí o sí. 

Salí de mi parcela con el tiempo justo, ya iba tarde porque para no variar los niños me dieron la lata y me entretuve para salir, así que ahora tendría que ir a toda pastilla caminando si no quería llegar tarde. A eso añadir que tengo muy malas pulgas y que me suelo cabrear con facilidad, así que ya iba de mala baba. Sabía que Pepe lo había aceptado contra su voluntad, los niños no se querían quedar en casa con mi padre, en fin, por servir al evangelio a menudo ya sabes lo que pasa con la familia. Ya lo dijo también Jesús: ....Esta es mi madre y estos son mis hermanos... Mateo (12, 46-50) 

Es difícil entender el sentido de este mensaje de Jesús, como los parentescos del espíritu han de prevalecer incluso por encima de los de sangre. Yo tuve el día anterior una lucha interna muy grande. Cuestionándome y preguntándome ¿qué debía de hacer? Suele pasarme que tengo esa lucha interna pese a que se que es lo correcto, pero elegir lo correcto es a menudo hacer daño a mi alrededor a personas que quiero y que no comprenden la magnitud de aquello que elijo. Porque la lucha interna que llevo mano a mano con mi enemigo por seguir los pasos de Jesús,  repercute en mi entorno más cercano y como dice el refrán: en la batalla y en el amor todo vale.  Y ser responsable de la fe depositada en nuestra persona por el Espíritu Santo es una lucha constante de elegir con todas las consecuencia. 

Tengo que decir que siento como Dios me ayuda en esta batalla y pese a que el enemigo está muy pendiente de hacerme la puñeta casi constantemente, también son más las fortalezas internas que siento que me transmite el Espíritu.  Pero como ya he comentado antes, al ser alguien con un carácter tan visceral, suelo desquiciarme como un petardo al que prenden mecha. Así que lo único que me faltaba era el frío que ademas hacia la tarde del martes en contraste para el calentón mental que llevaba y los meses de virus que llevo. El cielo estaba raso y aunque no era extremadamente fría la tarde para los del Sur si que hacía frío. La tos no me dejaba dar dos pasos seguidos sin que sintiera que me iba a morir asfixiada. Y ya me puse a disparatar mentalmente. 

¿Qué hacia yo mala con aquel frío en la calle?
¿Qué hacia enfadandome con mi marido por ir donde otros no van?
¿Qué hacia abandonando a mi madre en unas pruebas medicas para atender a un grupo de personas que ni siquiera llegan a saber el significado real de la caridad? (...) Juicio, juicio, protesta, más, y mi cabreo iba en aumento.

-Otra vez estás cayendo en la trampa.

Ese voz, la de siempre, la de mi ángel bocazas. Así le llamo cuando no quiero ni escucharle, pero como él cumple ordenes, no calla ni bajo agua. Me decía esas cosillas que siempre me está recordando y que tan bien me viene en mi batalla por la conversión, pero en ese momento estaba tan ofuscada que de verdad no quería oír nada. Y va y me dice:

- No te quejes tanto, que ya sabes que esto es por tu bien y puesto a que fuera malo, también podría ser peor así que no le tientes a Él. Porque sabes que puede hacer que comprendas las cosas de muchas maneras.

Me calló tan mal escuchar aquella verdad con el mosqueo que tenia que respondí que no me importaba que fuera peor. Y fue.

No te lo pierdas. No había ni una nube en el cielo. Y de pronto una nube de esas negras, pero negras que se veía venir por el cielo a toda pastilla diciendo voy a descargar una que donde lo haga van a saber lo que es agua. Cuando la vi, ya supe lo que iba a pasar, solo me faltaba una mojada. Me puse a correr aunque sabia que no iba a llegar a ningún sitio donde refugiarme porque a lo largo del camino es como ir en un callejón sin salida. Dos olivares a cada lado del camino uno lindado de muro el otro de alambrada con carrasqueñas. Y la nube me alcanzó como si fuera el único punto a abatir. Llovió fuerte, con granizos, duró unos cuatro minutos, pero me calé hasta los huesos. Ves la imagen, pues lo único que atine a hacer cuando el cielo dijo: agua va. Fue abrir las ramas del follaje y agacharme entre ellas para protegerme un poco. 

- Vale, vale, lección aprendida. 
Grité literal.
No lamentarse, no maldecir, no tentar a quien no debo. Cosas así tan fuera de lo normal pueden pasar si una subestima la fe recibida hasta ciertos limites.

Llegué a la parroquia hecha una sopa. Y no te lo pierdas. Comentándolo con el jardinero de la parroquia, me decía que era asombroso que con un 1% de probabilidades de lluvia que teníamos para esta zona, que lo había visto en Internet hubiese caído tal pelotazo de agua y granizo. 

Genial, pues a mi me calló todo encima para que aprenda de golpe que cuando Dios habla con intención de que le escuche, o me entero, sí o sí.

Comentarios

  1. No me parecía bien reírme mientras leía lo mal que lo pasaste pero tengo que reconocer que me he reído y bastante. Y es que eres genial, si es que te prendes como un petardo, bien lo suples con tanta generosidad y sentido del humor.
    Es verdad que Dios habla claro. El tiene el poder para hablar y que le podamos escuchar. Si no lo hacemos es porque no queremos, porque preferimos taparnos los oídos espirituales.
    Un besazo.

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    1. Ay Fran, si es que las cosas que me pasan es para partirse de la risa. Si te digo que yo, cada vez que me acuerdo ahora que ya se me pasó el cabreo me parto yo sola de risa. Pero vamos que me rio a carcajadas imaginando como se vería allí agachada y lo más gracioso no lo conté. Que me caí de culo al levantarme porque me agarré a una rama y cedió, jajajaja. Mira, menos mal que no pasó nadie en aquel momento porque yo debía de parecer allí una pobre mujer en apuros con un apretón intestinal, jajaja.

      Lo mejor de todo amiga, es que con el gripazo que tenia, estaba preocupada. Porque llevo meses que no me limpio de un virus y se me refrescaba otro, incluso he estado con principio de neumonia. Y con la mojada que pillé y el frio que pase más de dos horas en la parroquia mojada. Imagina lo preocupada que estaba, pues me he limpiado. Sí, me he recuperado del resfriado completamente, eso para que me entere del todo del mensaje, jeje ;)
      Un abrazo guapa.

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    2. Todas las cosas ayudan para el bien de aquellos que aman a Dios.

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