TANTOS PASOS...



Desde que comenzó el colegio, mi vida se ha convertido en un constante camino de pasos. No caminaba tanto desde que tenia 18 años y compré mi primer coche.  Hoy he cumplido 37 y me veo en la obligación de caminar, porque la medicación no me permite hacer una de las cosas que más me gusta hacer que es conducir.
No puedo negar que estoy muerta, hacia tanto que no sentía agujetas en ciertos músculos.  Si embargo en mi estado, poder caminar todos los días casi 3 kilómetros en una bendición. El primer día creí que moría, casi lo hago, porque como tengo tanta anemia me dan flatos, a la vuelta de dejar a los niños en el cole tuve que sentarme en la acera y tomarme un zumito y relajarme hasta que se me fue pasando. En ningún momento entré en ansiedad y di gracias a Dios. Por eso y por no pasarme con los niños. 
He superado la primera semana y aunque aún no llego a encontrar a la Mento que soy y que anda por hay dentro, al menos he encontrado su coraje, de hacerlo, sin miedo, he salido sola a la calle y me he estremecido bajo el peso de la fobia a la gente, he llevado y he recogido a mis hijos y no me ha dado vergüenza ponerme mal en el conservatorio , en la farmacia o en la pescaderia. Siempre alguien me ha socorrido. 
Así que ya que he arrancado, no pienso dejar de dar pasos, aunque este maldito pesado del demonio no para de decirme que no es tan fácil salir de donde estoy. Cállate imbécil. Le respondo, no ves que el Espíritu me da alas para elevarme, cuando caigo y no puedes pisotearme aunque me hagas caer. No ves que la Gloria de Dios está por encima de ti y que yo pertenezco a Él. 
Apártate  Satanás porque tengo aún tantos pasos que dar.

    POESÍA ES EL CAMINO

Poesía es caminar y hacer camino. 
Hacer camino es vivir y dar vida. 
Dar vida es sembrar y asombrar. 
Asombrar  con ojos de niño, 
hallarse poeta y sentirse poema.
En los labios siempre la risa 
como respuesta a una mirada, 
como apuesta de paz, 
como declaración de amor, 
que todo lo ameniza y armoniza. 
Que nos trascienda la luz 
en plena sombra y nos encienda 
el sosiego que nos asciende a Dios, 
¡sólo Dios es la fuente del gozo 
y el manantial de la Vida!.
Porque la Vida no es un instante, 
es un verso perpetuo, 
un latido de corazones, 
un aire desprendido, 
donde nadie es esclavo de nadie.
Hemos de amar al ser por ser persona. 
Hemos de amar  al ser. 
Hemos de amar. 
Hemos de ser para el mundo, ¡la poesía!.
Porque un corazón que no comparte, 
se parte; 
y roto es un modo de morir.
Víctor Corcoba Herrero